Entre los muchos rincones que podemos descubrir en el centro de Madrid, pocos son tan encantadores y románticos como el jardín del Príncipe de Anglona. A un paso del bullicio de la Plaza de la Paja, en el corazón del barrio de La Latina, y escondido tras una pequeña puerta en un muro de ladrillos que pasa desapercibida, este jardín conserva el alma de un pasado noble y está abierto al público para seguir siendo un refugio íntimo.

Diseñado a mediados del siglo XVIII como parte del palacio del mismo nombre, este pequeño jardín histórico es una joya del paisajismo neoclásico. Su trazado ordenado, su equilibrio entre lo silvestre y lo diseñado lo convierten en un lugar perfecto refugiarse en el el centro de Madrid, tanto en verano como en invierno. 

Jardín principe de anglona

Un jardín para conectar con la historia

Lo que en su día fue un espacio privado de recreo para la nobleza madrileña, hoy es un jardín público propiedad del Ayuntamiento de Madrid desde 1978.  El jardín fue creado en torno a 1760 y debe su nombre a Pedro de Alcántara Téllez-Girón, príncipe de Anglona y destacado militar y político en la corte de Fernando VII. Dicho noble fue uno de los ilustres habitantes de la casa palaciega en la que se encuentra el jardín. Se trata de una típica residencia nobiliaria que perteneció a los herederos de Álvaro de Benavides. Fue construida en el siglo XVII con la sobriedad que caracteriza las edificaciones castellanas. 

El diseño original del jardín fue realizado por Nicolas Chalmandrier, si bien fue reformado en 1920 por Javier de Winthhuysen, pintor y diseñador de jardines como los de la Moncloa en Madrid o el Palmeral de Elche. La última restauración es de 2002 y es obra de la paisajista Lucía Serredi. El diseño actual, con parterres simétricos, bancos de piedra y una fuente central, es una reconstrucción fiel realizada en los años 80, respetando el trazado original.

Jardín del Príncipe de Anglona

UN Refugio con encanto

Aunque no es muy grande, apenas ocupa unos 800 metros cuadrados, a este coqueto jardín no le faltan detalles. Celosías cubiertas de buganvillas, árboles frondosos y una pérgola cubierta de rosales trepadores se distribuyen a ambos lados de los caminos que marcan un recorrido por todo el espacio. 

El jardín ha mantenido el trazado y el solado original de los caminos realizados en ladrillo colocado a sardinel, una técnica de albañilería que consiste en colocar los ladrillos de canto, en posición vertical, adosados por sus caras. Su trazado neoclásico, estructurado a partir de un parterre en crucero dibujado con setos bajos de boj, se completa con una fuente de piedra que rememora a la original.

Jardín Príncipe de Anglona

Oculto por tapias muy altas, este rincón secreto pasa desapercibido para la gran cantidad de personas y turistas que visitan esta zona de Madrid. Abierto al público todos los días de forma gratuita, dispone de varios bancos en los que poder sentarse y disfrutar de la tranquilidad del lugar.