Todos tenemos ese pueblo al que volver cuando queremos escapar de la ciudad. Ese lugar al que acudimos cuando queremos conectar con nuestras raíces y que vio nacer a nuestros antepasados. Aquellos que han pasado los veranos de su infancia en las zonas rurales de España, entenderán de lo que hablo. Casas bajas que están unas pegadas a las otras, patios interiores en los que tomar el fresco y cocinas rústicas donde nuestras abuelas nos enseñaban los mejores platos tradicionales son algunos de los rasgos más característicos de estas viviendas.
Las casas de pueblo de nuestras abuelas nos traen muchos recuerdos, tantos, que a día de hoy seguimos plasmando parte de su decoración en nuestros hogares contemporáneos. No obstante, las viviendas rurales antiguas presentan algunas diferencias con las más modernas, como es la falta de los espacios abiertos. Isabella Breukers, diseñadora de interiores, hace especial hincapié en este concepto. "En las casas de pueblo, cada estancia tiene su habitáculo", comenta la experta.
Casas de pueblo de las abuelas españolas vs. pisos urbanos contemporáneos
La diseñadora de interiores y creadora de contenido explica cuáles son los 8 rasgos que más caracterizan a las casas de pueblo de las abuelas españolas. Algunos de ellos han vuelto este año con el auge de la tendencia grandmacore y el estilo rústico y, otros, han sido substituidos por ideas más innovadoras.

La madera es un material que también está muy presente en las casas de pueblo de nuestras abuelas.
Eugeni Pons
Transformación de colores
"Normalmente, cada habitación la tienen diferente. Suelen ser de tonos pastel o, por defecto, vienen pintadas por colores como el amarillo, verde o crema", comenta Isabella Breukers. Estas tonalidades se siguen conservando hoy en día, sobre todo, el matiz mantequilla que es tendencia este verano 2025 o el salvia que está muy presente en las cocinas modernas.
Espacios diáfanos
Las cocinas americanas y la eliminación de elementos divisorios entre estancias son dos factores muy recurrentes en los pisos urbanos. En cambio, en las viviendas rurales, esta situación es muy diferente. "En las casas de pueblo de nuestras abuelas españolas, los espacios abiertos no existen", afirma la diseñadora de interiores. Añade que cada ambiente tiene sus metros bien definidos por los muros y sin ninguna otra conexión que no sea el pasillo.

Mantener las vigas vistas del techo es algo frecuente en las casas rústicas.
J. Canosa, P-Peris, P. Zuloaga y A. Fernández
Paredes con texturas
"En las casas de pueblo, las paredes son muy gruesas. No se escucha nada", dice la creadora de contenido. La piedra, el ladrillo o el barro son algunos de los materiales que más se utilizaban para este tipo de hogares. Sin embargo, en la actualidad se recurre a otras alternativas como la madera reciclada o el hormigón. Además, a nivel decorativo, los muros antiguos iban acompañados por el gotelé, mientras que los de 2025, suelen tener otro tipo de texturas, como el papel pintado o las molduras.
Pavimentos en común
En las casas rurales, los suelos suelen ser de terrazo o de baldosas hidráulicas. Esta última es una de las corrientes que ha vuelto esta temporada, sobre todo, para zonificar ambientes que están dentro de una misma estancia. Lo podemos ver en la parte de cocción de una cocina o en baños. Breukers hace énfasis que este modelo no se potencia al máximo en los hogares de los mayores de nuestra familia porque "lo tapan con alfombras".

En las casas de estilo rústico es típico conservar la piedra de las paredes.
Eugeni Pons
Muebles de diferentes formatos
Todos nos acordamos de los típicos muebles clásicos que tenían nuestras abuelas en casa, como puede ser un buró. Sin embargo, hay otros que seguimos teniendo, pero que han cambiado tanto en su forma como en su diseño. "Los armarios de las casas de pueblo son de madera maciza, altos y grandes. Sinceramente, no sé ni como los metían en la vivienda", comenta Isabella. En la actualidad, los pisos urbanos tienen modelos estrechos o ejemplares empotrados con el objetivo de que quepan en sus escasos metros cuadrados.
Por otro lado, la vitrina es una de las piezas más atemporales. Tal y como dice la diseñadora de interiores, este mueble que tenían nuestras abuelas siempre albergaba diferentes vajillas en su interior que nunca se utilizaban. En la actualidad, el elemento se ha conservado con su esencia original, con el objetivo de que los ambientes ganen un toque clásico.
Cuadros de diseños naturales
Los cuadros son nuestro recurso más preciado para sumar valor estético a una pared. "La decoración con estos elementos suele ser de paisajes. Van acompañados por marcos dorados que tienen un poco de relieve", comenta Isabella Breukers. Los acabados dorados de estilo mid century eran los más usados y se siguen conservando hoy en día. Por otro lado, en las casas urbanitas, se frecuentan este tipo de diseños, pero con dibujos más minimalistas.

Las cocinas de las casas rústicas tienen una esencia muy atemporal.
Meritxell Arjalaguer
En la cocina
Las cocinas de pueblo de las abuelas españolas tenían algo en común: las hornillas de gas. Este método para calentar es efectivo y sigue vigente en casas muy modernas. Solían estar acompañados por una campana de obra y por un salpicadero de azulejos. En pleno siglo XXI, se prefiere otro tipo de modelos, como es la vitrocerámica, con un sistema de extracción integrado en la encimera.
Textiles acogedores
"Nuestras abuelas, en vez de tener edredones, tenían ropa de cama hecha de lana. Eran gruesas y pesaban mucho", comenta Isabella. En cambio, las casas modernas apuestan por modelos hechos de otro tipo de fibras naturales, como es el lino. Gracias a este material, los textiles son más ligeros, suman frescura a los ambientes y aíslan mejor de las temperaturas, tanto en invierno como en verano.
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