Hay lugares que te abrazan en cuanto pones un pie en ellos. No sabes por qué, pero algo en ellos te dice que podrías quedarte a vivir ahí para siempre. Puede ser el olor a madera vieja, la luz entrando de lado por una ventana sin cortinas, o la forma en que el pasillo gira a la izquierda. A veces es instinto. Otras química. Pero lo cierto es que nuestro cerebro ya ha tomado partido cuando aún creemos estar haciendo una primera visita.

Sara Escolà lo explica sin rodeos: “Estudios de neurociencia del consumidor revelan que solemos formar una impresión sólida en los primeros 7 a 90 segundos tras entrar en un espacio, y luego nuestras decisiones giran en torno a confirmarla”. Esta experta en Feng Shui con más de 20 años de experiencia, directora en Europa del Feng Shui Cultural Center International, sabe bien de lo que habla. Su trabajo consiste, precisamente, en traducir esas intuiciones invisibles en claves tangibles para vivir mejor.

Comedor con detalles artesanales y de diseño en un piso del barrio Salamanca. Home staging: Paula Mataix 

Comedor con detalles artesanales y de diseño en un piso del barrio Salamanca. Home staging: Paula Mataix 

Kelly Hurd

Decidir con el cuerpo (y luego justificar con la cabeza)

"En esos primeros instantes se activan mecanismos como el anclaje y el halo: una buena entrada, una agradable fragancia o una vista atractiva establecen una referencia emocional potente", explica Escolà. Lo demás viene por añadidura. "La mente entonces busca confirmar esa sensación, seleccionando inconscientemente detalles que encajen con lo que ya hemos sentido".

De repente, lo que era un ventanal sin cortina se convierte en "una entrada de luz maravillosa", y el suelo que chirría pasa a ser "con encanto". El sesgo de confirmación hace su trabajo: "Después de sentir ‘esto es para mí’, es común buscar pruebas, aunque sutiles, para justificar esa atracción emocional, más que cuestionarla".

¿Es un problema? No necesariamente. Pero sí conviene saber que no estamos tan en control como creemos. "Bajo la ilusión de una elección racional, en realidad gran parte de la decisión ya se ha activado en nuestra mente inconsciente", sostiene Escolà. Por eso propone una estrategia sencilla, pero efectiva: "Dar tiempo entre la primera visita y cualquier decisión. Tomarse un momento, aunque sea breve, para respirar, salir del lugar, y volver a mirarlo con ojos nuevos puede cambiar por completo la percepción”.

piso frances

Luz, energía y otras cosas que no se negocian

Desde el Feng Shui, lo esencial es priorizar lo que de verdad influye en nuestro bienestar. Y no hablamos solo de metros cuadrados o de si la cocina es abierta o cerrada. "Desde la visión milenaria del Feng Shui, siempre hemos recomendado elegir viviendas que reciban luz solar directa, sobre todo con el sol de la mañana. No es solo una cuestión de orientación: la luz natural tiene un impacto directo sobre nuestro estado emocional, nuestra vitalidad y el equilibrio energético del espacio".

Ese sol temprano no solo alegra el desayuno. "Aberturas bien ubicadas, ventanas o balcones hacia el sol de la mañana crean una relación sana con el entorno y favorecen el flujo del Qi, esa energía vital que también reconocemos, desde otras disciplinas, como bienestar térmico, regulación circadiana o conexión biofílica".

Escolà insiste en mirar más allá de la escenografía: "Hay viviendas que en verano parecen cálidas y luminosas, pero que en invierno no reciben ni un rayo de sol. Esas sombras persistentes enfrían los muros, alteran el microclima interior y generan humedad, lo que puede afectar no solo al confort físico, sino también al ánimo y al descanso".

PISO GIRONA 09

El arte de elegir

En tiempos de home staging y filtros de inmobiliaria, conviene recuperar una mirada más afinada. "Una recomendación útil es descomponer la experiencia en partes: valorar la ubicación, la distribución, la ventilación, la orientación, la relación con el entorno, sin dejarnos llevar solo por los acabados o por la decoración. Esos elementos pueden cambiar; lo esencial no".

¿Y si todo parece estar en orden, pero algo no cuadra? Sara tiene una respuesta para eso también: "Hay casas que están perfectamente diseñadas pero no terminan de ‘sentirse bien’. Algo no encaja. Y a veces, lo que no encaja no está en los planos ni en los colores, sino en la energía del lugar".

Puede sonar intangible, pero no lo es tanto. "Observar los espacios desde esa dimensión más profunda, más intuitiva, puede ayudarnos a tomar decisiones más sabias, más coherentes con nuestra vida interior".

Al fin y al cabo, comprar una casa no es solo una operación financiera. "Elegimos un territorio desde el cual vivir. Y cuanto más conscientes seamos del diálogo entre espacio y persona, más fácil será elegir con claridad, sin dejarnos arrastrar por el primer impulso ni quedarnos atrapados en la ilusión de una escenografía perfecta".

Lo dice alguien que lleva dos décadas escuchando lo que los espacios quieren decirnos. Y lo resume con una frase que encierra la esencia de su trabajo: "Detrás de cada elección inmobiliaria no solo hay metros cuadrados, presupuesto o estilo. Hay una parte más íntima, casi invisible, donde entran en juego la memoria, la percepción, el estado emocional y una cierta vibración difícil de explicar con palabras".

En eso consiste también el Feng Shui: en "afinar la escucha".