Si hay algo en lo que están de acuerdo las dos hermanas de Burondo, Isabel y Beatriz Blanco, y los responsables de MRGO, Álvaro G. Onieva y Álvaro Mesonero, es que lo diáfano casi siempre funciona en las grandes ciudades. Porque en ellas los pisos acostumbran a ser cada vez más diminutos –adornando ese pequeño tamaño bajo el nombre de apartamento o estudio- y, cuando la casa es vieja, de normal suele incluir una distribución muy compartimentada con un pasillo kilométrico.

Esa es la constante que se ha vivido en las construcciones residenciales de España, sea el punto del país que sea, durante gran parte del siglo XX.

Cuando los metros escasean se puede optar por lo diáfano, pero no siempre

"Cuando estamos en un caso así, nosotras tratamos de evitar los pasillos generando espacios abiertos, ya que aprovechan mucho mejor los metros cuadrados", apuntan desde Burondo. También suelen hacerlo ante un piso que es interior en el que, para darle vida, hay que multiplicar y maximizarle la poca iluminación natural de la que disponga.

Lo que las dos hermanas no recomiendan, ojo, es recurrir a esta solución allá donde los techos sean bajos –porque esa sensación de agobio se amplificará-, o cuando existen diferencias y desniveles en las alturas de los techos. "En el momento en el que no exista un orden visual, lo diáfano resaltará ese desorden que con un tabique ocultaríamos perfectamente", argumentan ellas.

En las oficinas de la foto, Burondo no eliminó su pasillo. Quitó las puertas de acceso a las diferentes estancias o las sustituyó (a la izq.) por unas de cristal y hierro que dejan pasar la iluminación natural.

En las oficinas de la foto, Burondo no eliminó su pasillo. Quitó las puertas de acceso a las diferentes estancias o las sustituyó (a la izq.) por unas de cristal y hierro que dejan pasar la iluminación natural.  

Amparo Nadal

Si a ras de suelo, sin embargo, se dan varias alturas, según ambas no habría problema: "De hecho queda muy bien diferenciar estancias con un escalón". Pongamos que al final se opta por dejar varias habitaciones diáfanas, ¿es inteligente hacer variaciones a ras de suelo con las baldosas o el parqué?

Los de MRGO Arquitectos mencionan que podría ser una opción factible, aunque no para Burondo, precisamente por una razón: "Utilizando tan solo un material de pavimento aportas continuidad espacial y, por tanto, generas sensación de amplitud. Como mucho, una alternativa sería jugar con la colocación de las baldosas, con su orientación, o recurrir a tejidos como alfombras".

En esta estancia común de MRGO, los arquitectos han dividido el comedor y el salón utilizando alfombras a modo de separadores visuales, tal y como aconsejan desde Burondo.

En esta estancia común de MRGO, los arquitectos han dividido el comedor y el salón utilizando alfombras a modo de separadores visuales, tal y como aconsejan desde Burondo.

MRGO Arquitectos

Los espacios diáfanos casi nunca funcionan en las grandes casas

Onieva y Mesonero lo han vivido en primera persona en algunas de las viviendas que han reformado: "Si los pisos son grandes, las estancias diáfanas pueden llegar a convertirse en un espacio frío o poco acogedor".

Por no hablar de la acústica y del eco que eso supone, a no ser que haya presupuesto para resolverlo. En todo caso, dicen los dos arquitectos, lo esencial es prestar atención a las necesidades del cliente. ¿De verdad se requieren zonas tan grandes? ¿O lo que se prefiere son momentos más íntimos?

Para ello, puntualizan, lo que interesará es generar ambientes recogidos a través de la división física mediante tabiques o módulos: "El otro punto de partida lo pueden marcar las características del inmueble. Cuando tienes grandes ventanales, por ejemplo, se puede conservar la sensación de amplitud aun compartimentando el espacio".

Ante un jardín tan grande, el despacho de MRGO acotó los metros cuadrados creando pequeñas terrazas, aunque no con muros sino mediante celosías que filtran la luz.

Ante un jardín tan grande, el despacho de MRGO acotó los metros cuadrados creando pequeñas terrazas, aunque no con muros sino mediante celosías que filtran la luz. 

MRGO Arquitectos

Ante la situación de que no se quiera optar por tabiques, las divisiones es posible efectuarlas con muebles como sofás y estanterías, de acuerdo a MRGO. También esta es una fórmula que han probado en Burondo, casi siempre en tres situaciones.

La primera es para evitar esencialmente los muros y las compartimentaciones, puesto que un mueble o una celosía permitirá filtrar la luz natural –a diferencia de una pared de ladrillo-, volcándola de una zona a otra y tamizándola.

La segunda hipótesis de Burondo se da en esas situaciones en las que se quiera aportar orden visual a un espacio diáfano, para lo cual una estantería siempre ayuda.

Y la tercera, tal y como señalan Isabel y Beatriz, se trata de una elección meramente decorativa: "Cuando queremos destacar una pieza de mobiliario la instalamos de elemento divisorio, como un elemento articulador de espacios, con lo que se logra potenciar el cuerpo del mueble".

Ahora bien, si el mueble es un sofá, a veces en este estudio tienden a colocar una mesa para evitar que se vea la parte de atrás del asiento, concluyen ellas, "a modo de charnela".

También los de MRGO han empleado sofás y sillones para delimitar dos zonas, la del salón y la de la biblioteca. En la foto, además, han instalado una mesita que ordena los objetos decorativos y esenciales de la estancia.

También los de MRGO han empleado sofás y sillones para delimitar dos zonas, la del salón y la de la biblioteca. En la foto, además, han instalado una mesita que ordena los objetos decorativos y esenciales de la estancia.

MRGO Arquitectos

 

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