Las cocinas han sido, tradicionalmente, el corazón de la casa. Y aunque los estilos evolucionan, cada cierto tiempo vuelven con fuerza algunos elementos de épocas pasadas, reinterpretados desde la funcionalidad y las exigencias actuales. Felipe Araujo, del estudio Egue y Seta, lo expresa con claridad: “Creo que lo que puede haber 'vuelto' como tendencia (y eso a nivel muy parcial y/o de nicho) son pequeños guiños estéticos a las cocinas de casas más rústicas, de campo, de la abuela, etc.”.

decoracion cocinas antiguas

La cocina también tiene que ser un lugar no solo para cocinar, también para reunirse con los amigos en un ambiente cálido y acogedor.

Del Río Bani | Proyecto de Nook Architects y Amomicas

En efecto, no se trata de una recuperación literal, sino de una relectura emocional que rescata el imaginario visual y material de aquellas cocinas cálidas y familiares. Muebles bajos con cortinillas, fregaderos de piedra, baldosas hidráulicas o cacerolas de barro vuelven a verse en casas contemporáneas, pero siempre desde un enfoque más práctico y eficiente. “Siempre dentro de un esquema y un programa de cocina que es muy diferente de la cocina de antes”, aclara Araujo. “La cocina es, junto con el baño, la zona que más ha evolucionado de la casa y que lo ha hecho y lo seguirá haciendo de forma irreversible o muy poco cíclica al menos en lo funcional”.

Lo que regresa: guiños a la tradición

Entre los elementos que más están resurgiendo en cocinas contemporáneas, destacan:

  • Fregaderos tipo “farmhouse” o de seno visto. Inspirados en las cocinas rurales, estos fregaderos de gran tamaño, habitualmente de cerámica o piedra natural, son hoy apreciados por su resistencia, facilidad de uso y estética atemporal. Se integran tanto en cocinas rústicas como en espacios más minimalistas para aportar carácter.
Cocina

Una pila grande y blanca, mucha madera, si tu abuela la viera estaría orgullosa de esta cocina.

Nordiska Kök
  • Cortinas en lugar de puertas en los módulos bajos. Este recurso, habitual en casas de campo, regresa en proyectos donde se busca una estética más informal o nostálgica. Hoy se emplean tejidos de lino, algodón lavado o estampados discretos en las cortinas, con sistemas de fijación que facilitan el lavado.
  • Revestimientos de baldosas tipo metro o hidráulicas, que remiten a las cocinas del siglo XX. Las primeras aportan un aire industrial vintage y son prácticas por su limpieza. Las segundas, con sus motivos florales o geométricos, se usan como acento en suelos o zócalos para dotar de personalidad el espacio.
Cocina

¿Revestimiento de baldosas con motivos geométricos? Siempre.

Eric Pámies | Proyecto de The Room & Co
  • Cacerolas y ollas a la vista, en estanterías abiertas o colgadas de barras de forja. Se trata tanto de una solución funcional —tener los utensilios al alcance— como estética, ya que muchas marcas han recuperado diseños clásicos en hierro fundido o cerámica esmaltada.

Lo que cambia (y para bien)

Aunque visualmente nos transporten a otra época, estas cocinas no funcionan igual que las de antaño. La principal diferencia está en la planificación del espacio, el almacenaje y la tecnología.

  • Electrodomésticos integrados. El horno, la campana extractora o incluso el frigorífico desaparecen visualmente en muchos diseños, ocultos tras frentes de madera o lacados. Esto permite mantener la estética tradicional sin renunciar a las comodidades actuales.
cocina

Apostar por piezas artesanales y trabajadas con las manos siempre es un acierto.

Eugeni Pons
  • Encimeras de materiales actuales. Aunque se busque una apariencia rústica, materiales como el porcelánico o los compuestos de cuarzo permiten acabados que imitan la piedra natural pero con mayor resistencia y sin mantenimiento.
  • Iluminación pensada. Las cocinas antiguas eran, muchas veces, espacios sombríos. Hoy se potencia la luz natural, se incorporan tiras LED en zonas de trabajo y se utilizan lámparas colgantes con bombillas cálidas para reforzar la sensación de hogar.
Cocina

Colores cálidos como el verde y detalles como los botes con comida a la vista tienen siempre ese toque de cocina de la abuela pero modernizado.

Robert Rieger

Colores y materiales que reconfortan

El gusto por lo artesanal y lo natural también ha traído de vuelta ciertos colores y acabados. Tonos como el verde oliva, el azul lavado o los beiges arcillosos ganan terreno, así como la madera sin tratar, los tiradores de latón envejecido y las encimeras con textura. En muchos casos, los acabados son mate, para evitar reflejos y reforzar la idea de cocina vivida y acogedora.

Materiales naturales

Nos rendimos al encanto de la piedra en la cocina, bien sea en la pared, en una doble pila o en la encimera.

Eugeni Pons

También se cuida la dimensión emocional del espacio, buscando no solo cocinar, sino reunirse, conversar o simplemente estar. Por eso se revalorizan las mesas centrales, las banquetas, las alacenas recuperadas o los suelos cálidos que invitan a caminar descalzo.

Una estética nostálgica, una lógica contemporánea

Como concluye Felipe Araujo, “la cocina ha cambiado de forma irreversible en lo funcional”, pero eso no impide que pueda “abrazar pequeños guiños” al pasado. La clave está en equilibrar memoria y modernidad, estética y usabilidad. La cocina de la abuela, sí… pero con placa de inducción y campana integrada.

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