Es el corazón de la casa, el lugar donde descansamos, recibimos a los amigos, compartimos con la familia o, simplemente, nos perdemos frente a una buena serie. Sin embargo, diseñar un salón equilibrado, cómodo y estéticamente potente no es tarea sencilla. José R. García, arquitecto de interiores del estudio madrileño Dimensi-on, lo resume sin rodeos: “8 de cada 10 salones están mal distribuidos”. Y no es una afirmación gratuita.
Desde su experiencia al frente de proyectos que van desde la rehabilitación integral hasta la decoración más exquisita, José R. García ha detectado patrones comunes de error que afectan a la funcionalidad y al disfrute real del espacio. Su estudio, Dimensi-on, se ha consolidado como un referente en arquitectura de interiores en Madrid, gracias a su enfoque integrador donde el diseño no es solo belleza, sino solución, emoción y bienestar.
El enemigo invisible del salón: la mala distribución
Puede parecer un detalle menor, pero la colocación del sofá, la orientación de la televisión o el simple hecho de interrumpir recorridos naturales puede sabotear la experiencia completa del salón. “Colocar el sofá cortando los recorridos principales es uno de los errores más comunes”, advierte José R. García en uno de los vídeos virales de su estudio. Y tiene lógica: no importa lo bonito que sea el mobiliario si caminar por la estancia se convierte en una carrera de obstáculos.
Además, la luz, tan deseada cuando se filtra por una buena ventana, puede convertirse en una trampa si no se gestiona con criterio. “Coloca la tele lejos de fuentes de luz directa, como por ejemplo ventanas, para evitar reflejos”, recomienda. Y no se trata solo de una cuestión visual: una mala ubicación del televisor puede arruinar el momento de relax que tanto se busca al final del día.
La fórmula mágica (y matemática) del confort
Una de las grandes dudas existenciales en cualquier salón moderno: ¿a qué distancia hay que poner el sofá respecto a la tele? Para ello, José R. García aporta una fórmula sencilla y eficaz: “Multiplica las pulgadas de tu tele por 2,5 y divídelo entre 100”. Así, para una televisión de 50 pulgadas, la distancia ideal sería de 1,25 metros; si es de 65, hablamos de 1,63 metros. Un cálculo rápido que puede marcar la diferencia entre una maratón de series agradable o un dolor de cuello garantizado.
El plano antes que el mueble
Antes de mover muebles por puro instinto o seguir la inercia de cómo estaba “cuando lo compramos”, José R. García recomienda algo básico pero olvidado: dibujarlo antes. Visualizar el espacio en papel (o en digital) permite anticipar errores, probar opciones y evitar decisiones impulsivas que luego se convierten en incomodidades diarias.
De esta forma, como insiste el interiorista, “una buena distribución cambia por completo cómo disfrutas tu casa”. Y en eso, los detalles importan y mucho. No se trata solo de estética, sino de crear una experiencia que hable de nosotros, que nos acoja y que potencie nuestro bienestar. Porque sí, el salón puede ser muchas cosas. Pero bien distribuido, puede ser tu mejor lugar del mundo.