Más que una moda, una declaración de intenciones para quienes buscan autenticidad entre las paredes de su hogar: así es el estilo RAW que está arrasando como tendencia este 2025. Y tiene todo el sentido: en un mundo saturado de imágenes perfectas, el diseño de interiores se abre paso hacia una nueva honestidad visual. El estilo RAW —crudo, en su traducción literal— apuesta por mostrar los materiales tal y como son: sin máscaras, sin adornos innecesarios, sin esconder su naturaleza.

Así, siguiendo las pautas de este estilo decorativo, las paredes se convierten en lienzos expresivos, donde el cemento visto, el yeso texturizado, el ladrillo antiguo o la madera sin tratar cuentan su propia historia. Una estética que, además, se alinea con lo artesanal, lo natural y lo imperfecto.

Cocina de estilo industrial con ladrillo

En el proyecto de rehabilitación de esta antigua forja en Londres, Studio Basheva ha restaurado los elementos originales de hierro, ladrillo y madera, como ventanas, paredes y vigas. 

Studio Basheva

Paredes reales como la vida misma

Las paredes RAW no buscan parecer nuevas, sino reales, con historia y con pátina. En ellas se aceptan las marcas del tiempo, las grietas sutiles, los tonos irregulares. Lejos de los acabados lisos y pulidos, aquí el protagonista es el carácter: esa personalidad que solo dan los materiales cuando no se les fuerza a fingir otra cosa.

bronte beach house Tom Mark Henry 02

El estuco veneciano llena de calidez esta casa en Sídney en la que se han trabajado diferentes texturas aportando un aspecto honesto y natural. 

Pablo Veiga

Menos maquillaje, más materia

Una de las claves del estilo RAW está en trabajar con materiales nobles y permitirles mostrarse sin maquillaje. Así, cada vez nos encontramos con más casas donde el estuco artesanal desplaza a la pintura plástica, donde el microcemento texturizado reemplaza a los azulejos brillantes, y donde el ladrillo original de una estructura se convierte en valor estético, no en algo que hay que cubrir.

El yeso mate aplicado a mano, con todas sus irregularidades, es otro de los acabados estrella de esta corriente. También crecen las propuestas que incorporan barro cocido, morteros de cal o revestimientos de arcilla. Los tonos naturales —arenas, grises terrosos, blancos velados— refuerzan la conexión con lo orgánico, lo elemental.

El carácter imperfecto y desnudo de su interiorismo, con ladrillos vistos y pátinas de pintura aboga por el respeto y la consolidación arquitectónica de los barrios más emblemáticos de Valencia.

Lo imperfecto como lujo

El auge del estilo RAW responde a un deseo creciente de volver a lo esencial. Frente a una apuesta por decorar en exceso, esta tendencia reivindica que no hace falta añadir demasiado para que un espacio emocione. Lo importante es la materia, la textura, y los acabados que resuenen a originales y honestos.

BIDERBOST PHOTO

Cómo integrarlo en casa

Para abrazar esta tendencia en el hogar no hace falta tirar todas las paredes. Puedes empezar por una: un paño de cemento visto en el salón, una pared de ladrillo recuperado en la cocina, un baño con acabado de arcilla en tonos neutros. Lo importante es que el resultado respire honestidad.

Complementa estos muros con muebles de líneas depuradas, fibras naturales y piezas que dejen espacio al aire. Añade textiles cálidos y luz tenue para suavizar el conjunto y crear atmósferas serenas. Lo importante es que tengas en cuenta que el valor de este estilo no depende de los colores de temporada, sino que es una apuesta por lo duradero.