Algo tan sencillo como modificar la disposición de varios elementos en una mesa de centro, puede transformarla completamente y de forma espectacular, independientemente de los objetos de los que se trate. Y es que, en contra de lo que pueda parecer, no se trata tanto del qué como del cómo. De hecho, la mayoría de ellas cuentan con elementos similares como libros, jarrones, plantas o figuritas. La cuestión es conocer y aplicar las técnicas más efectivas para lograr un resultado equilibrado y profesional.

Respecto a la mesa, para empezar a decorarla basta que esté vacía y limpia. Si bien su estilo no va a tener mucha relevancia en este momento, sí su forma ya que la combinación de líneas rectas y curvas resulta muy útil en ocasiones.

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Mesa de centro con libros y figuras
Pere Peris

Repetición de elementos

La repetición es uno de los fundamentos del diseño ya que equilibra y consigue crear ritmo y coherencia en cualquier composición. Para decorar una mesa de centro, tan solo se necesita repetir en ella uno o varios objetos como libros o figuras. Cuanta más diferencia de color o textura haya en los elementos repetidos, mayor interés se logrará.

Elementos agrupados en bandejas
Eugeni Pons

Decorar por capas

Para evitar una composición plana, es muy práctico superponer libros. Añadir sobre ellos un cuenco o una vela grande es un gran recurso para integrar objetos de distintas categorías proporcionando volumen, altura y estilo. 

El mismo principio se aplica con el truco de la bandeja. Todos los objetos que se coloquen sobre ella, por muy distintos que sean, pasarán a formar parte de un mismo todo además de proporcionar orden visual. Combinar formas redondeadas y cuadradas es una fórmula muy acertada para imprimir carácter a una composición.

La regla del tres
Pere Peris

La regla del tres

El ojo humano percibe como más atractivas las composiciones impares frente a las pares. Colocar tres objetos iguales, tres distintos con algo en común o tres de distinta altura siempre funciona. Ese triángulo imaginario que forman mejora sutilmente el espacio aportando dinamismo a la vez que mantiene el equilibrio.

Libros de gran formato en mesa de centro de madera
Pere Peris

Agregar naturaleza

La naturaleza es una de las grandes aliadas a la hora de decorar una mesa de centro. Añadir un buen ramo de flores en un bonito jarrón es suficiente para darle cuerpo y personalidad a esa zona. Elegir las propias de cada estación asegura un ambiente vivo y coherente con la época del año que se vive.

Otras ideas para estar en sintonía con la naturaleza aplicando las técnicas anteriores serían, por ejemplo, colocar una estrella de mar o una gran caracola sobre una pila de libros, o varias de ellas de tamaño mediano en una bandeja o recipiente.

Jarrón de cristal con plantas sofa blanco y espejo dorado
Eugeni Pons

Libros en gran formato

Además de ser preciosos y realmente interesantes, este tipo de libros encuentran su ubicación ideal en las mesas de centro. Están al alcance de todos, se pueden consultar más a menudo y sus bonitas cubiertas aportan un toque decorativo muy elegante. Si son muy grandes lo ideal es apilar dos.

Exposición de coleccione
Pere Peris

Exponer los objetos preferidos

Figuras con historia, lupas antiguas o piezas de bronce son algunos de los objetos que aportan personalidad a una composición. Si son varios, o incluso una colección entera, aplicar la técnica de la bandeja resultará de gran utilidad a la par que facilitará las tareas de limpieza.

Mesa de centro con libros y jarrones
Eugeni Pons

Decorar con cristal

La presencia de estos tres jarrones de cristal está plenamente justificada por su función práctica, pero realmente tienen bastante más peso que eso. Y es que decorar con cristal es una fantástica idea para ganar luz, amplitud visual y, más aún, si se sigue la regla del tres. El juego de volúmenes y alturas resulta también muy atractivo.

 

Mesa ovalada negra en salón gris
Eugeni Pons

Introducir un elemento inesperado

Para terminar, una mesa que presenta varias de las características anteriores como libros apilados, grupos de tres, elementos repetidos, flores y juegos de formas. 

Encontrarse un candelabro decorando una mesa de centro no es lo más habitual con lo que sirve de ejemplo perfecto para explicar la técnica del elemento inesperado. Un pequeño cofre, un abanico, un cepillo antiguo, una campana, unos pinceles o una bola del mundo son otras posibilidades.

 

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