Antes que una disciplina como tal, la decoración es un juego de emociones y recuerdos. Los objetos que nos rodean en nuestras casas dicen mucho de nosotros: gustos personales, colores que nos identifican, memorias en forma de accesorios, obras de artistas que admiramos, y un largo etcétera.
A quién queremos engañar... Por mucho que la efervescencia de la última moda nos llame como la miel a la abeja, lo que realmente anhelamos de nuestras casas es esa sensación de "hogar". Un sentimiento similar al que nos genera el recuerdo de nuestros abuelos y la casa de la infancia: alguien leyendo en la butaca, la cocina humeando deliciosos aromas, un salón adornado en loza, lámparas de bronce o muebles vintage. Objetos que, tiempo atrás, parecían formar parte de una estética "anticuada", muy lejos de las tendencias modernas, los colores ultra claros y el minimalismo extremo. Sin embargo, en los últimos años muchos especialistas están volviendo la mirada hacia el pasado. Y es que, en cada mente creativa, se guardan imágenes e historias familiares que hoy inspiran sus proyectos.
En esta ocasión, abrimos el baúl de los recuerdos junto a Manu Bauzá, diseñador de interiores y cofundador de Bloomint Design (@bloomintdesign). El experto nos revela cuáles son esas piezas que han recuperado un espacio en su hogar y que, antiguamente, pertenecieron al imaginario de su infancia.

Los detalles crean el alma de toda casa.
Proyecto de Bloomint Design
La magia de coleccionar recuerdos
- Manu, ¿recuerdas algún detalle, costumbre o elemento decorativo que de niño te parecía anticuado o fuera de lugar, y que ahora tú mismo hayas recuperado en tus proyectos o tu casa?
"Sí claro, ¡muchas cosas! Soy de esos que coleccionan cosas por recuerdos. En mi casa tengo macetas típicas de patio andaluz, una tela de cortina mallorquina, plumas de pavo real que mi abuela ponía detrás de la televisión…
En los proyectos que hemos hecho hay muchas referencias a esos elementos decorativos, sobre todo a las figuras cerámicas y de cristal que mis abuelas colocaban de manera perfecta en los estantes. Podía haber de todo; desde un plato cerámico, un recuerdo de bodas, una cajita con collares, algún libro o álbum de fotos...".

Cas del interiorista Mikel Irastorza en Berlín.
Catherine Scoffoni
"Creo que es una manera de recordar de dónde venimos. Estamos tan abrumados de la cantidad de referencias que vemos, que acabamos por perseguirlas sin pararnos a entender qué es lo que nos mueve en un espacio.
Es algo más allá de la nostalgia, es dar espacio emocional y visual a aquellos momentos donde nos formábamos como personas. Al final siempre volvemos a nuestros orígenes porque es donde aprendimos sobre el mundo, y hay historias tan bonitas que contar y que olvidamos. Esta es una manera de volver a ellas en el espacio en que estamos en nuestro día a día".

Proyecto de La Cabina de la Curiosidad. Casa-taller realizada con materiales locales.
Jag Studio
- ¿Qué objetos o materiales tradicionales estás viendo volver con fuerza en interiorismo?
"Estamos en una época collage, hay tanto de todo que podemos hacer combinaciones de materiales infinitas. Creo que hay una tendencia hacia romper lo que se ha dicho que hasta ahora era estético o no.
Veo volver con fuerza la cerámica y ciertas artesanías, pero con apariencia nada tradicional, aunque la técnica sí lo sea. En cuanto a materiales, ya no es tan importante que sea natural, aceptamos materiales menos puristas e incluso reciclados postconsumo, aceptando acabados más brutalistas, sin esconder su fuerza y sus texturas".
"Al final siempre volvemos a nuestros orígenes porque es donde aprendimos sobre el mundo", Manu Bauzá.

Biblioteca de roble oscuro. Sillones de terciopelo de Minotti y luminarias escultóricas de Christopher Boots.
Mikhail Loskutov | Proyecto de Ariana Ahmad
Una reinterpretación de lo clásico
- ¿Cómo se puede reinterpretar lo clásico sin caer en lo kitsch?
"Hay que ser más reales con la historia de los materiales que utilizamos, con las intenciones de cómo y dónde lo queremos utilizar. Lo kitsch viene de una época de abundancia y despilfarro.
Ahora aceptamos la herencia de las tradiciones, pero nuestra materia prima natural no es ilimitada y empezar a utilizar lo que ya hay fabricado en el mundo nos hace ser más responsables. Lo clásico seguirá, pero su esencia en su construcción o sus acabados son los que cambiarán por necesidad de un futuro más sostenible".