Puede que tu cocina implore a gritos una renovación pero, por distintos motivos, no sea el momento adecuado para hacer obras o reformas de calado. No te preocupes, hay otras muchas opciones para poder conseguir darle una nueva imagen (y hasta nuevos usos) de forma económica y sin obras de las que duran semanas. Eso sí, para empezar, una de las cosas más importantes que debes tener claro es si se busca solo una renovación estética o, por ejemplo, necesitas reforzar aspectos como una mayor luminosidad (para lo cual la elección de colores y lámparas será relevante) o intervenir aspectos como el espacio y los muebles. 

Los pilares fundamentales para un cambio sin obras en la cocina

En todo caso, si no buscamos hacer obra, algunos de los pilares fundamentales a los que debemos prestar atención son sobre todo tres: la encimera, los muebles y el suelo. En el mercado tienes numerosas alternativas (a buen precio) para poder cambiar la imagen de esos tres elementos estrella de la cocina.

¿Un ejemplo? Pinturas (con las que puedes incluso cambiar la imagen de un suelo), lamas de madera adhesivas o suelos vinílicos. Solo tienes que decidir cuál es la mejor técnica dependiendo de tu presupuesto (bueno, y tus ganas).

En la galería que hemos elaborado puedes encontrar cocinas de todo tipo, desde clásicas a contemporáneas y de pura tendencia. Pero todas tiene algo en común: son un ejemplo de algunas de las soluciones más útiles para dar nueva vida a tu cocina y que esta se convierta en el corazón de la casa. 

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Cocina hecha con muebles a medida de madera.
Eugeni Pons

Decora, decora y decora

Decorar la cocina es, en realidad, la manera más sencilla de modificarla y darle nueva imagen con la menos cantidad de esfuerzo posible. Una solución muy útil es, por ejemplo, elegir un menaje de cerámica de estilo tradicional o de diseño. Jarrones, fruteros, bowls de diferentes tamaños... Todos esos pueden ser elementos perfectos para decorar la mesa o la encimera. ¿En la pared? Apuesta por láminas botánicas o frutales. Incluso puedes poner recetas enmarcas o hasta obras de arte.

 

Cocina moderna con plantas.
Thomas de Bruyne / Photofoyer

Apuesta por lo vegetal

Como en el resto de la casa, apostar por las plantas en la cocina también es un acierto. Si no tienes mucha mano puedes partir poniendo elementos como flores frescas o pequeñas plantas que no requieren casi riegos o cuidados. Si te ves más seguro, comienza a añadir plantas en algunos puntos estratégicos de la encimera o en las esquinas. Cambiará su imagen completamente. Si cuentas con una ventana exterior, prueba a poner plantas aromáticas, serán útiles para cuando cocines y bonitas. 

Cocina con mesa blanca y office con mesa de madera con sillas y lámparas de colores,
Eugeni Pons

Cuidar la elección del mobiliario

Los muebles, como en el resto de la casa, tienen la última palabra para transformar con éxito un espacio. En la cocina puede que sea algo más complicado ya que prioriza la higiene, la limpieza y el orden.

En todo caso, hay pequeños gestos que van a marcar la diferencia. Por ejemplo, si cuentas con una zona de barra de desayunos puedes apostar por unos taburetes altos y, si tienes un comedor integrado, sustituir la mesa o las sillas. En cuanto a los materiales, la cocina es una zona en la que la madera siempre funciona muy bien, sin embargo, una mesa de acero o sillas con acabado metálico pueden ser una decisión muy original. 

Mesa de comedor con mantel.
Zara Home

Viva lo textil

Si tienes la suerte de tener una cocina amplia en la que también dispones de mesa de comedor, otra solución es renovar los textiles de mesa. Un nuevo mantel, en materiales prácticos y con textura como el lino o con discretos estampados, puede cambiar al completo la imagen de tu cocina. En todo caso, si tu cocina no cuenta con mesa puedes apostar por manteles individuales o renovar los trapos de cocina, seleccionándolos en colores o estampados tradiciones y dejándolos a al vista (si están sin usar, claro). Cambiarán completamente tu cocina con muy poco esfuerzo. 

Cocina rústica modernizada madera y mármol.
Pere Peris

Pintar la pared

La pared de la cocina sufre al estar continuamente expuesta a la grasa, la humedad y la condensación con lo que ya solo con pintarla se verá más limpia y renovada. Sin embargo, si se desea un golpe de efecto lo más fácil es pasar de un color oscuro a otro más claro y viceversa. 

Por su parte, la pintura de pizarra también es una opción creativa y desenfadada, mientras que el papel pintado ha cobrado fuerza en los últimos años posicionándose como una interesante opción para el office. Eso sí, si te decides por el papel recuerda que este debe contar con determinadas características: soportar la humedad y ser fácil de limpiar. 

Cocina con muebles azules con vigas a la vista y baldosas hidráulicas vinílicas
Eugeni Pons

Pintar los muebles

La pintura hace milagros también en los muebles gracias a los esmaltes acrílicos que apenas huelen y son de secado rápido. En caso de mobiliario de melamina se aconsejan las pinturas con alta adherencia. Para detalles pequeños como tiradores lo mejor es utilizarla en spray.

Respecto a la elección del color, una cocina blanca agradecerá un tono más vivo mientras que una más oscura rebajará su intensidad con uno más suave. 

Cocina con isla blanca de mármol con sillas y frontales de madera
Pere Peris

Cambiar los frontales del mobiliario

Para modificar el aspecto de los muebles sin molduras los vinilos adhesivos son una de las tendencias del momento. Tienes hasta firmas especializadas en crear paneles personalizados para cocinas de marcas como Ikea. Otra posibilidad es cambiar las puertas dejando intacto el interior. 

Cocina blanca de mármol con isla y sillas altas.
Pere Peris

Renovar la encimera

El constante uso de la encimera, los roces y los productos de limpieza hacen que se estropee más de la cuenta. Si su aspecto no es bueno lo aconsejable es sustituirla.

En este sentido surgen dos posibilidades: procurar que sea del mismo tono del mobiliario o totalmente distinta para generar contraste. Madera y blanco es una combinación limpia y elegante muy recomendada para esta zona de la casa pero hay que tener en cuenta que la madera es algo delicada y requiere de limpieza inmediata, además de no tolerar el exceso de calor de ollas o fuentes.

Grifería negra y mármol de Carrara
Eugeni Pons

Sustituir la grifería

Una manera fácil de darle un cambio a la cocina es sustituyendo los grifos por unos de diseño más actual. Además de que su instalación es sencilla, los nuevos modelos ayudan a reducir el consumo de agua. ¿Una de las grandes tendencias del momento? Los grifos de color negro.

Cocina de madera y mármol con taburetes negros.
Pere Peris

Renovar el salpicadero

Aunque los azulejos en general imponen mucho respeto, los de esta zona más pequeña pueden actualizarse sin mucha complicación. Utilizar un esmalte acrílico con una imprimación previa ayuda a transformar y sanear la cocina de una forma muy cómoda. 

Otra opción es empapelarlos con un papel pintado especial para cocinas que, además de aislar la humedad, se limpia fácilmente con una bayeta húmeda. Si se quiere añadir azulejos donde no los hay puede optarse por vinilos que los simulan, habiendo disponibles distintas texturas como ladrillo visto o piedra.

Cocina blanca y negra con suelo en damero.
Eugeni Pons

Cambiar el suelo

Aunque a priori parezca lo más complicado, es posible renovarlo con soluciones con poco presupuesto con lamas de madera adhesivas, instalación con clic o suelo vinílico. En este sentido, las posibilidades estéticas son muy variadas ya que, al ser tendencia, es posible encontrar colores y patrones para todos los gustos y estilos.

Cocina con office con lámpara de mimbre en cocina rústica y cubierta catalana.
Pere Peris

Dar mayor protagonismo a las lámparas

En la mayoría de las cocinas hay al menos dos puntos de luz que pueden complementarse, además de contar con la luz natural que viene de serie. Por un lado, hay que centrarse en reforzar la presencia estética de la lámpara de la zona destinada a comer. Por el otro, es bueno dar un plus en la zona de trabajo con una iluminación distinta en la que no prima tanto el resultado cálido y acogedor sino la calidad de la misma. 

 

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