La tendencia de las cocinas abiertas al salón no deja indiferente a nadie. Este 2025 se ha posicionado como una de las modas que recoge más adeptos en interiorismo y arquitectura. Uno de los elementos estructurales que pone sobre la mesa (nunca mejor dicho), es la presencia de lasislas o penínsulas. Sin embargo, aunque son elegantes y aportan almacenamiento extra, no siempre es una decisión acertada incorporarlas al diseño de la cocina.
La verdad es que en estancias de poco espacio o en cocinas rústicas o campestres, se suele optar por otras soluciones. Por ejemplo, un bonito comedor de diario o simplemente dejar el espacio libre para una cómoda circulación. Revisa estas ocho inspiradoras cocinas que nos demuestran que una isla NO siempre es fundamental para una vivienda cómoda y moderna.

Una cocina sin isla, pero con una encantadora mesa de diario.
Meritxell Arjalaguer | Proyecto de Nora Battlé
1. Comedor integrado
En este pequeño piso recién reformado, la cocina aporta calidez, comodidad e intimidad. Gracias a los colores claros y los muebles de acabados limpios, la presencia del comedor de madera es ineludible. Para dar un toque extra de elegancia, se juega con la luz directa de la lámpara de techo y la pequeña lámpara de sobremesa en el aparador.

Una cocina muy luminosa gracias a los amplios ventanales.
Salva López | Proyecto de Cirera Studio
2. Esencialismo puro
Esta luminosa cocina que goza de una ventana directamente al jardín pertenece a la reforma de una casa de 1947. Una preciosidad que mantiene viva el alma mediterránea y barcelonesa que la caracteriza. En ella, la cocina sorprende con sus acabados limpios y la continuidad visual que genera la tríada de techo, suelo y paredes.
Destaca el mueble principal donde la funcionalidad de sus cajones con uñeros facilita el uso diario. La ausencia de una isla permite el paso directo hacia el jardín y la cómoda circulación a través de la estancia.

Un piso de 42 m2 muy bien distribuido.
Carlota Grau | Proyecto del estudio Torndelacreu.
3. Bañada por la luz
En este piso de solo 42 m2, la cocina disfruta de una ubicación privilegiada con luz solar directa. Comparte estancia con el comedor y la sala, aunque gracias a los muebles en forma de U, se separa visualmente.
El fantástico techo de volta catalana se ha mantenido y contrasta con las terminaciones modernas de la encimera. Todo un acierto en el que no hizo falta la presencia de una isla de cocina.

Una cocina a todo color donde los azulejos son los protagonistas.
JB Thiriet | Proyecto de Aliénor Louédin de Inaugure Architecte
4. ¡A todo color!
¿Quién necesita una isla de cocina cuando tienes estos colores tomando todo el protagonismo? Los azulejos amarillos en la pared se convierten en el punto focal de esta cocina parisina. A falta de isla, se ha dispuesto un comedor en el que tampoco falta el color: taburetes verdes y sillas rojas añaden aún más personalidad.

Cocina de Tini M Madrid.
Paco Marín | Proyecto de Tini Living
5. La joya de una casa modular
Una cocina bien equipada nunca puede faltar, ni siquiera en esta casa modular de 34 m2. Evidentemente, no es posible hacer entrar una isla de cocina ni mucho menos una zona de desayuno. Sin embargo, el mueble principal fabricado en abedul con una encimera de Corian, ofrece todo lo necesario para habitar cómodamente el espacio: almacenaje, funcionalidad y electrodomésticos prácticos.

Cocina separada del comedor con puertas correderas.
Victoria Gil | Proyecto de Adela Cabré & Son y BCA arquitectura
6. Separada, ¡pero no tanto!
Esta fantástica cocina de una casa ubicada en Barcelona ha sido diseñada para separarse del comedor, pero seguir haciendo posible el contacto entre estancias. Para ello, el equipo encargado optó por unas puertas correderas de cristal en tonos ahumados. La división se transforma en una separación elegante y en un elemento importante del diseño estético.

En esta vivienda, la cocina es la verdadera protagonista.
Meritxell Arjalaguer | Proyecto de Nora Battlé
7. Pulcra y cálida a la vez
La cocina es el núcleo central de este minipiso. A través de ella podemos acceder al salón, al comedor y también a habitaciones más íntimas como el baño y el dormitorio. No tiene una isla, pero la encimera aprovecha su condición de "muro divisorio" para extenderse y ofrecer bastante espacio de trabajo y de almacenaje. Los tonos claros de toda la vivienda han sido clave para favorecer esta sensación de amplitud, a pesar de los pocos metros cuadrados del piso.
8. Cuidar la amplitud
Aunque renunciar a la isla puede ser lo más adecuado en las cocinas pequeñas, también puede ser un acierto en estancias amplias. En este caso, todo el espacio de trabajo está reservado al mueble principal que además aprovecha la esquina.
El correcto uso del blanco ayuda a fortalecer la frescura del ambiente y consigue estilizar el entorno. Para complementar y añadir un toque de calidez, el comedor marca la diferencia: madera y fibras naturales invitan a compartir.