La distribución del salón-comedor es una de las decisiones más importantes a la hora de planificar una vivienda. Se trata del corazón de la casa, el lugar donde se recibe, se comparte, se come y se descansa. No es solo un espacio funcional: también tiene un fuerte impacto en nuestro bienestar físico y emocional. Por eso, cada vez más personas recurren al Feng Shui para organizar la zona de día de forma que favorezca la energía positiva, el confort y la armonía.
El Feng Shui es una disciplina milenaria china que estudia cómo influyen el entorno y la disposición del espacio en nuestro estado emocional, mental y vital. Su enfoque no es estético, sino energético. Se basa en el equilibrio de los cinco elementos (madera, fuego, tierra, metal y agua) y en la fluidez del "chi", la energía vital que circula por la casa. Una mala distribución puede bloquear esa energía, generar incomodidad o incluso interferir en nuestras emociones. Por el contrario, una disposición armónica puede potenciar el bienestar y mejorar la calidad de vida.

Proyecto Pantano III, de Alberto Torres.
Amador Toril ESTILISMO Beatriz Sánchez
Tenemos las claves de un experto
Para conocer en profundidad cómo aplicar el Feng Shui en la distribución del salón-comedor, contamos con el asesoramiento del interiorista Alberto Torres, experto en diseño y energías del hábitat: "El Feng Shui trata de cómo fluyen los espacios, cómo nos sentimos en ellos y cómo nos afectan, y una mala distribución en la zona de día de la casa es capaz de interferir en ello, por lo que una buena distribución de los espacios es la clave”, explica. Y tomamos nota de sus consejos clave para una distribución armoniosa:
Mantén la entrada despejada para que la energía, y las visitas, fluyan sin obstáculos. Si el salón-comedor está cerca de la puerta principal, lo primero es mantener esa entrada libre de trastos. Nada de auxiliares, decoración ni mobiliario que bloqueen el paso.
Intenta que la zona de comedor esté más cerca de la cocina. Eso evita trayectos incómodos y también simboliza una conexión directa entre la alimentación y la energía vital.

Proyecto Manilva, de Alberto Torres.
Amador Toril
La zona de descanso debe estar resguardada, pero no aislada. El sofá o el área de estar deben estar en un lugar que transmita recogimiento. Idealmente con un respaldo sólido, una pared, no una ventana, para que la sensación sea de apoyo y protección.
Evita que el sofá “flote” sin sentido. Nada da más ansiedad energética y estética que un sofá perdido en medio del salón sin anclaje. Si no puedes ponerlo contra una pared, usa una consola o un mueble bajo detrás.
Prioriza una mesa de comedor en formas redondas o suaves. En Feng Shui, las mesas redondas u ovaladas promueven la armonía y la conversación. Si ya tienes una mesa cuadrada, puedes suavizarla con un centro redondo, como una bandeja o un jarrón circular.
Evita las alineaciones directas entre puerta-sofá, puerta-mesa… Si al abrir la puerta te chocas de frente con la mesa o el sofá, estás en línea directa de fuga. Eso genera incomodidad y sensación de urgencia. Para corregirlo, pon una planta o una alfombra para frenar ese ímpetu energético.
Usa elementos naturales para conseguir equilibrio de los cinco elementos. Introduce madera, fuego, tierra, metal y agua de forma equilibrada. Por ejemplo: madera en la mesa, estanterías o en marcos de fotos; fuego en velas, lámparas cálidas, o en algún elemento de color rojo; tierra en elementos de cerámica, con alfombras o usando piezas y detalles en tonos ocres; metal mediante detalles decorativos o con la estructura de sillas o mobiliario; agua con algún elemento azul, una imagen con agua o un objeto fluido.

Proyecto La Carihuela de Alberto Torres.
Amador Toril
Busca una circulación entre zonas. No pongas la mesa tan pegada al sofá que dificulte para pasar entre ambos. Entre comedor y salón debe haber una transición amable. Si puedes, usa una alfombra o un mueble bajo para dibujar esa separación sin muros.
Luz equilibrada. Ilumina en capas con luz general, luz puntual para comer y luz ambiental para charlar o leer. La idea es que cada zona tenga su atmósfera propia.
Escoge objetos decorativos que tengan un significado. En Feng Shui, lo que colocas a la vista tiene impacto emocional. Así que olvida los elementos que no te dicen nada. Mejor una foto familiar, una escultura que te inspire, un cuadro que te recuerde algo bonito o una pieza que cuente una historia.
Claves adicionales para aplicar Feng Shui con lógica
Además de seguir estos principios, hay aspectos complementarios que pueden ayudarte a afinar la distribución del salón-comedor:
Zonifica sin cerrar. Si tienes un espacio abierto, lo ideal es delimitar las zonas visualmente sin levantar barreras. Una alfombra bajo la mesa y otra bajo el sofá pueden marcar territorio sin cortar el flujo. También sirven los biombos ligeros, las cortinas de lino o los cambios sutiles de iluminación.

Proyecto La Rosaleda de Alberto Torres.
Amador Toril ESTILISMO Beatriz Sánchez
Elige colores que aporten equilibrio. El Feng Shui no impone una paleta, pero sí invita a elegir colores en función del uso del espacio: tonos tierra en el comedor, para conectar con la alimentación; tonos suaves y cálidos en la zona de estar, que inviten a la calma.
Evita el exceso de ángulos agresivos. Si hay muchos muebles con esquinas pronunciadas o ángulos rectos, elige complementos más suaves: lámparas redondeadas, mesas auxiliares circulares o alfombras ovaladas.
Piensa en la circulación de personas. Una distribución armónica no solo debe ser bella, también práctica. Asegúrate de que se pueda caminar entre las piezas sin tropiezos, que las puertas abran sin obstáculos y que las sillas se puedan retirar cómodamente.
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