Cuando los metros cuadrados escasean, el reto está en hacerlo todavía mejor. No solo se debe aprovechar todo el espacio disponible, también hay que maximizarlo. Esa es la premisa de la que partió la interiorista Nora Battlé cuando le encargaron ejecutar la reforma de la mini vivienda Nil Fabra. Su respuesta fue estructurarla en torno a un módulo central que cumple múltiples funciones: “organiza el espacio, divide la zona de día del lavadero y oculta los accesos al dormitorio y al baño”, dice.

Con este gesto limpio, continuo y funcional del módulo central, la experta resuelve  circulación, almacenamiento y orden visual de la vivienda. Además, como elemento cohesor, se ha utilizado un lenguaje sobrio, cálido y minimalista que amplifica la sensación de amplitud y calma.