Sabemos que tratar de diseñar espacios pequeños puede ser un gran reto; sin embargo maximizar el sitio disponible y dar el mejor uso a los metros cuadrados requiere un poco de atención extra en la planificación. “Cuando no se diseña bien un espacio pequeño, lo que se pierde no son solo funciones: se pierde calidad de vida”, sentencia Meritxell Ribé, al frente de The Room Studio. La interiorista asegura que un mal diseño genera desorden, caos visual y agotamiento mental. “El espacio se vuelve rígido, los objetos invaden y el confort desaparece”.

Cuando los metros cuadrados escasean, el desafío está en organizarlos bien para vivir mejor. Cuando imaginamos un apartamento de 45 m² en el centro de cualquier gran ciudad, todo parece estar donde no debe: la mesa de trabajo compite con la cama, la cocina invade el salón y el armario queda relegado a un rincón sin luz. Suele ser una escena muy habitual. Pero eso no significa que falte espacio, implica que falta diseño”.

Ribé apunta que el error más común es pensar en planta, no en volumen. “Si solo observamos los metros cuadrados y no los cúbicos, renunciamos de entrada a la mitad de las posibilidades del espacio. La verticalidad, el flujo de luz, la versatilidad del mobiliario y la calidad sensorial son claves para recuperar lo que la falta de superficie parece haber quitado”, dice la experta que comparte seis ideas útiles para mejorar la visión de espacios reducidos.

Cocina con isla

Una iluminación cuidada crea profundidad y confort

MAURICIO FUERTES / PROYECTO: THE ROOM STUDIO

1. Verticalidad útil: los metros cúbicos

Uno de los recursos más infravalorados en casas pequeñas es la altura. Altillos habitables, no solo como zona de descanso sino como estudios o rincones de lectura, ofrecen nuevos usos sin ampliar superficie. Estanterías hasta el techo, armarios suspendidos o mobiliario colgante permiten liberar el suelo sin perder capacidad de almacenaje. Debemos mirar hacia arriba y cuestionar el espacio.

2. Zonas híbridas: un espacio, múltiples funciones

El dormitorio que es oficina, el salón que se convierte en comedor. La clave está en el mobiliario modular y transformable: mesas abatibles, paneles móviles y elementos que se esconden o se expanden según la hora del día. Un solo ambiente puede asumir varios roles con las herramientas adecuadas. El problema de la mayoría es comprar sin pensar, embutir mobiliario sin sentido por el mero hecho que sea pequeño. En estos casos tenemos que pensar que un mobiliario a medida es la mejor opción para aprovechar espacio.

Mueble modular

El mobiliario modular permite comprimir o expandir las estancias

Mauricio Fuertes / Proyecto: The Room Studio

3. Estudio lumínico: la luz es esencial

Un diseño inteligente debe estar acompañado de una iluminación igual de precisa. En casas pequeñas, una mala iluminación reduce visualmente el espacio y anula su potencial. Se debe apostar por luz cenital, siempre que sea posible, iluminación indirecta y una distribución lumínica por zonas funcionales crea profundidad y confort. La luz natural, además, debe canalizarse con espejos, cristales o superficies reflectantes. Si hablamos de iluminación técnica esta debe ser con distintos enfoques, jugar con diferentes tipos de luz a la hora de iluminar. Indirecta, más focales y cerradas. Crear escenografías.

4. Mobiliario integrado

Muebles que nacen del propio espacio: bancos con almacenaje, cabeceros que integran armarios, escritorios plegables en pared. No es comprar muebles para encajar, sino diseñarlos como parte de la arquitectura misma. Esta estrategia maximiza el uso y mantiene el orden visual.

Cama con cajoneras

Los muebles con almacenaje maximizan el uso y mantienen el orden

Mauricio Fuertes / Proyecto: The Room Studio

5. Zonas más sensoriales

Cuando no se puede compartimentar con muros, se delimita con estímulos. Cambiar la textura del suelo, la temperatura del color en la iluminación o los acabados de las paredes crea ambientes diferenciados. Así, un mismo espacio se puede percibir de forma distinta sin levantar tabiques, una distribución de espacio no tiene que ser con paredes.

6. Transparencia y fluidez visual

El uso de materiales livianos y transparentes, como cristal, policarbonato o textiles traslúcidos, ayuda a mantener la continuidad visual sin sacrificar privacidad o funcionalidad. Las puertas correderas y los cerramientos ligeros son aliados de la amplitud percibida. La fluidez visual tiene que existir nada más entrar por la puerta. La sofisticación de estos espacios reside en los materiales usados.

cocina con isla

Los cerramientos ligeros aportan fluidez y ligereza en los espacios

Meritxell Arjalaguer / Proyecto: The Room Studio

En The Room Studio lo tienen claro: el lujo no es el tamaño, sino la calidad espacial. “En varios de nuestros proyectos urbanos hemos integrado altillos como zonas de lectura, cocinas invisibles que se ocultan tras paneles, y estructuras de mobiliario que dividen espacios sin cerrarlos. Trabajamos la luz como una herramienta arquitectónica más y la integración tecnológica como extensión de la funcionalidad”, dice la experta.

Rediseñar microespacios no es una solución de emergencia, es una forma de vivir mejor con menos. “Creemos que el futuro de la vivienda, sobre todo en entornos urbanos, no será más grande, pero sí puede ser más inteligente, más sensorial y más humano. O, al menos, eso esperamos que suceda, si apostamos por un diseño más inteligente y coherente”, sentencia Ribé.