Cuesta creer, al admirar esta casa, que su dueño estuviera a punto de desprenderse de ella. La verdad es que su realización fue un “parto” difícil. Emil Thorup, creador de la marca Handvärk, llevaba mucho tiempo buscando el terreno perfecto en el norte de Selandia, la isla más grande de Dinamarca, que fuera lo suficientemente grande para que, como él mismo dice, “uno no tuviera que estar metido como sardinas en un barril y tener que mirar directamente a la casa del vecino”.

La condición era, por tanto, que la parcela fuera lo suficientemente grande como para albergar una casa de al menos 200 m2 –esta tiene 250–. “Cuando introduje los requisitos en el ordenador, solo apareció una dentro del presupuesto. Fui el mismo día, la vi y la compré”. Tardó casi tres años en construir la casa, debido a los cambios de contratistas, las quiebras, el aumento del precio de los materiales, los daños causados por el agua, los errores estúpidos, las reparaciones que había que volver a hacer...

“Cuando por fin estuvo terminada, estuve a punto de venderla de nuevo porque estaba completamente agotado. Aplicar nuevas soluciones en el sector de la construcción no es tan fácil como hubiera pensado. Hoy, sin embargo, estoy muy contento de no haberla vendido y de poder venir aquí a desconectar e inspirarme”. Cuando habla de nuevas soluciones se refiere a que Villa Mori –así se llama la vivienda– está construida con madera
contralaminada CLT
, un innovador método de construcción que prescinde por completo del hormigón y en el que los paneles de madera maciza se laminan transversalmente para crear una construcción excepcionalmente resistente y respetuosa con el medioambiente.

La fachada exterior está revestida con elegantes losas de granito, mientras que el interior es de cálida madera maciza de pino, creando un ambiente natural y acogedor. Arquitectónicamente, la casa consta de tres edificios compuestos, todos ellos abiertos a una terraza central; una estructura bien pensada que crea tanto zonas íntimas como conexiones fluidas entre las habitaciones. El cuerpo central alberga el núcleo social con la cocina, mientras que los dos edificios adyacentes contienen las salas de estar y los dormitorios, incluida la impresionante suite principal. El diseño interior refleja el sentido
de los materiales y las texturas de Thorup, que con su firma Handvärk aboga por un funcionalismo estético.

Casa con salón exterior y tarima de madera

Villa Mori consta de tres edificios articulados
alrededor de una terraza. El volumen central, más
pequeño, alberga la cocina, mientras que los dos
laterales, más alargados, contienen las salas de estar, el comedor y la suite principal –derecha– y las habitaciones de invitados a la izquierda.

Birgitta Wolfgang Bjornvad/ The Sisters Agency

El dormitorio principal tiene techos altos con estanterías continuas de madera como cabecero que crean una sensación aerodinámica. El lujoso cuarto de baño combina mármol negro Pietra Gray con suelos de hormigón y pino en una simbiosis contrastada. El ala de invitados ofrece tres habitaciones en las que las paredes y los techos revestidos de pino crean un ambiente cálido, acentuado por gruesas alfombras en tonos beige tierra. En el salón, unos paneles-columnas de madera con iluminación LED Philips Hue integrada funcionan como elegantes separadores de ambientes y dan fe de la capacidad del diseñador para aunar practicidad y estética.

Toda la vivienda está enmarcada por ventanales de suelo a techo que transforman la naturaleza exterior en una obra de arte viviente. La sostenibilidad no solo impregna la elección de materiales, sino también el concepto energético, que incluye paneles solares conectados a un avanzado sistema de baterías, lo que hace que Villa Mori sea casi autosuficiente en energía durante todo el año. Y es que, como concluye Emil, “la arquitectura del futuro puede ser a la vez consciente de los recursos y orientada al diseño”

Una casa sostenible que fusiona estilos

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