Reformar y redecorar una vivienda no es igual que hacerlo con un espacio fabril, donde surgen numerosos retos derivados de su uso industrial. Aída Medina y Beatriz Gómez, autoras del cuidado interiorismo de este antiguo taller en Valencia y cofundadoras del estudio de interiorismo Iroco, con más de 10 años de experiencia, así lo corroboran. “Transformar este antiguo taller mecánico en un moderno y elegante loft de estilo industrial fue una tarea desafiante, pero muy emocionante”.

El suelo de hormigón pulido cubre el suelo radiante
Fran Álvarez / Interiorismo: Iroco
Con espíritu práctico, además de valorar el espacio disponible para crear una vivienda, lo primero que hicieron fue “conseguir la cédula de habitabilidad de la mano del proyecto técnico del arquitecto Josep Congost”, apuntan las profesionales, que se fijan especialmente en los materiales y la iluminación en cada una de sus propuestas “para crear atmósferas cálidas y acogedoras”.

La zona del comedor se abre al patio, que cuenta con unos 100 m2
Fran Álvarez / Interiorismo: Iroco
Un gran espacio diáfano de techos amplios y con mucha luz natural
Del espacio diáfano con el que se encontraron destacan “los techos altos y amplias áreas de trabajo, que nos permitió crear un ambiente de loft abierto y espacioso”. La clave de una reforma exitosa como esta ha consistido aprovechar al máximo la luz natural. Para conseguirlo, añadieron “grandes ventanales que abren el interior al patio y resaltan la belleza de los materiales y elementos estructurales originales de la casa”.

Elementos como las vigas de madera y las bovedillas se han conservado
Fran Álvarez / Interiorismo: Iroco
Se han conservado elementos originales para disfrutar de un espacio más cálido y acogedor
Las interioristas se han decantado por un suelo de hormigón pulido para cubrir el suelo radiante y aislar bien la vivienda. Además, elementos como las paredes de ladrillo,las vigas de madera y bovedillas originales se han conservado “para crear un ambiente cálido y acogedor y darle el estilo industrial que estábamos buscando”.

En la parte baja se respetó el ladrillo visto para favorecer la transpiración del material
Fran Álvarez / Interiorismo: Iroco
No se acaban aquí las decisiones con las que buscaban aportar “un toque de crudeza y fuerza al espacio”. Así, las instalaciones de electricidad se han dejado vistas “utilizando tubo de acero galvanizado”. Lo mismo sucede con las columnas, cuya parte superior “se enfoscó en blanco y se remató con azulejo azul por motivos estéticos, mientras la parte baja se respetó el ladrillo visto para favorecer la transpiración del material y disimular posibles marcas de humedad residual”.

Las interioristas han conseguido un interior cálido y acogedor
Fran Álvarez / Interiorismo: Iroco
Medina y Gómez apuntan que, a la hora de recuperar elementos originales en reformas viviendas, intentan hacerlo “estudiando antes su valor histórico, si los materiales son de calidad, si están en buen estado, si es sostenible reutilizarlos, si cumplen con la normativa y si aportan valor al diseño”.

Muchos de los muebles son de segunda mano y se han elegido para complementar el estilo del espacio
Fran Álvarez / Interiorismo: Iroco
Los muebles se han seleccionado cuidadosamente para complementar el estilo del espacio
La propietaria, que es una gran enamorada de Wallapop y de las tiendas de segunda mano en general, ha comprado piezas como una lámpara de los años 60, de la firma Flos, diseñada por Achille y Pier Giacomo Castiglione; o la silla Wassilly, de Marcel Breuer. Además, unas sillas antiguas de colegio, unas mesas de metacrilato o un pequeño piano de madera antiguo acaban por redondear la decoración de este original interior.
También merece la pena resaltar la gran alfombra en tonos fucsia: “fabricada artesanalmente por Mamarugs y que combina con unas butacas amarillas industriales, dando color al espacio y haciéndolo muy acogedor”.

Patio con huerto urbano
Fran Álvarez / Interiorismo: Iroco
Un huerto urbano en el patio
El patio es protagonista de esta reforma cuyo presupuesto rondó los 80.000 €. Las interioristas lo crearon desde cero porque no existía un patio como tal y una las premisas de la pareja propietaria fue la de poder disfrutar de un huerto urbano en su casa. “Lo conectamos con el interior mediante grandes ventanales que comunican con el dormitorio principal y con la amplia zona de día: salón, cocina y comedor. Cuando los ventanales están abiertos, se crea un espacio casi continuo, sin barreras visuales ni físicas, que integra interior y exterior de forma fluida”.