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Charlotte Perriand

Charlotte Perriand

Este otoño la fundación Louis Vuitton le ha dedicado una exposición, “Charlotte Perriand, un icono de modernidad” (hasta el 24 de febrero 2020), por algo será. Una de las razones conmemorar el 20 aniversario de su muerte, pero sobre todo, que Perriand (París, 1903-París, 1999) vino a abrir una brecha para las mujeres en la arquitectura. Empezó a trabajar en el estudio de Le Corbusier en 1927, desde donde concibió interiores y mobiliario para un nuevo estilo de vida, huyendo del exceso decorativo. Junto al arquitecto y a Pierre Jeanneret, creó la Chaise Longue LC4, que aún edita Cassina, todo un icono de modernidad. Su curiosidad por Japón le llevó a visitar este país; allí creció su amor por el minimalismo que aplicó a sus piezas. La madera fue su material preferido, y así produjo infinidad de sillas, mesas, aparadores… Resolver los problemas de almacenamiento junto a la creación de muebles que pudieran producirse en masa fueron otras de sus obsesiones, como quedó plasmado en la librería Mexique (en la imagen), y que concibió junto a Jean Prouvé. Perriand fue una adelantada a su tiempo: huir de lo superfluo o la producción en masa son dos premisas de nuestros días.

 

Aino Marsio Aalto

Aino Marsio Aalto

Esta diseñadora y arquitecta filandesa fue una de las primeras arquitectas europeas y también de su país. Comenzó trabajando como arquitecta en el estudio de  Oiva Kallio, y en 1924 cambia al estudio de Alvar Aalto con quien se casó poco después. Uno de sus primeros éxitos fue la serie de cristal Bölgeblick, de 1932, editada por Iittala: una serie de vajilla y vasos en cristal formado por círculos concéntricos y en una transparencia de tonos caramelo, azul, gris o sin color. Como le pasó a otras compañeras de profesión (Denise Scott Brown), sus proyectos de arquitectura quedaron asociados al nombre de Alvar Aalto, pero ella también trabajó en los proyectos para el Sanatorio Paimio o Villa Mairea, cuyo mobiliario e interior son obra suya. Con su marido creó el Minimun Apartment Exhibition en 1930, un estilo de vivienda pensada para la nueva sociedad que se estaba gestando y donde Aino diseñó la cocina mínima, un ahorro de tiempo y espacio, y fácil de limpiar. Más adelante, juntos fundaron Artek, centrada en piezas de iluminación y mobiliario minimalistas y de cuidado estético, de la que ella fue directora general.

Marianne Brandt

Marianne Brandt

Una de las alumnas de la Bauhaus que recorrieron un largo camino. Pintora, escultora y diseñadora industrial, Marianne Brandt (Chemnitz, 1893-Kirchberg, 1983) fue la primera mujer en entrar a formar parte del taller de metal que dirigía Laszlo Maholy-Nagy, quien quedó impresionado por la habilidad de Brandt con este material. En la escuela alemana también pasó por el taller textil bajo la batuta de Gunta Solzl. En 1928, reemplazó a Maholy-Nagy al frente del atelier de metal desde donde creó innovadoras piezas, tanto que sus ceniceros, teteras o juegos de café destacan incluso en nuestros días por su diseño moderno, minimalista y sereno. Una estética reducida a la mínima expresión resulta útil y bella a partes iguales.

Jane Drew 1

Jane Drew

El hecho de que un premio lleve su nombre da buena cuenta de la relevancia de esta arquitecta y urbanista, pionera del movimiento moderno en Inglaterra. Fue una de las principales precursoras de MARS (Modern Architectural Research Group), una asociación arquitectónica fundada en Londres en 1933 a raíz del Congreso Internacional de Arquitectura Modernsa (CIAM), que había sido creado, entre otros, por Le Corbusier, y que se centraba en una mejora de las condiciones de la vivienda y el urbanismo. Empezó a trabajar en Londres llevando a cabo grandes proyectos, para después asociarse con Maxwell Fry, su esposo. Su foco principal: el desarrollo de viviendas asequibles en Inglaterra o África Occidental. Su gran obra llegó cuando el ministro indio de la época les solicitó a Drew y Fry proyectar la nueva capital de Punjab, Chandigarh. Ante la envergadura del proyecto, hablaron con Le Corbusier para realizarlo en una estrecha colaboración los tres arquitectos. Chandigarh le sirvió como campo de experimentación de su visión de vivienda social y fue el catalizador del estilo de vivienda moderna en toda la India.

Margarete Schütte-Lihotzky

Margarete Schütte-Lihotzky

Una cocina le hizo famosa: la cocina de Frankfurt, la gran solución moderna para este espacio doméstico. Aunque de alguna manera renegó de ella, por quedar asociada a este diseño: “si hubiese sabido que todo el mundo se quedaría solamente con ese proyecto, no habría hecho esa maldita cocina”, dijo. Margarete Schütte-Lihotzky (Viena, 1879- Viena, 2000) fue la primera arquitecta austriaca. Creó casas en Viena y Bulgaria, y desde 1921, trabajó en la Secretaría de la vivienda de Viena, con Adolf Loos como arquitecto jefe, proyectando viviendas y equipos domésticos con una visión racionalista economizadora. En 1925, se trasladó a Frankfurt para trabajar en la organización doméstica de viviendas populares aportando su visión racionalista, y es ahí cuando concibe la “cocina de Frankfurt”. A pesar de sus palabras, fue una gran aportación al hogar moderno, al concebir la cocina con un sistema modular que permitía abaratar sus costes y adaptarla a cada vivienda, pensada para ayudar al trabajo diario con materiales en metal y azulejo para facilitar su limpieza. Schütte-Lihotzky, conocida como "Grete", vio reconocido su trabajo en vida con varios premios, como el galardón de arquitectura de la ciudad de Viena en 1980. Una suerte de la que no gozaron muchas de sus compañeras.

Eileen Grey

Eileen Grey

Nacida en el seno de una acomodada familia irlandesa que estimuló su creatividad y su formación artística desde niña, Eileen Gray (1878-1876) estudió arte y en 1902 se mudó a París donde se movían los círculos de vanguardia. Allí quedó cautivada por la belleza de los muebles lacados y se puso en contacto con un artesano japonés para aprender a trabajar esta técnica. A principios de los años 10, empiezó a recibir encargos, como del modisto Jacques Doucet, u otros para interiores para clientes adinerados, como la decoración del apartamento de Madame Lévy para el que diseñó su famoso biombo modular. En la siguiente década, se introdujo de lleno en la arquitectura: la construcción de la casa E-1027 en Mónaco, que diseñó con Jean Badovici. Sus diseños llamaron la atención de Le Corbusier quien la invita a mostrar su obra en la Exposición de París en 1937. Ahí empiezó a distanciarse del mundo arquitectónico y de la decoración hasta caer en el olvido. Décadas después, en los 70, es rescatada por el crítico Joseph Rykwert. Sus piezas geométricas suelen ser reconocibles por su sello característico: la combinación de acero tubular y vidrio. Se la puede considerar una verdadera pionera del modernismo.

Lilly Reich

Lilly Reich

Aunque fue la mano derecha de uno de los grandes arquitectos del siglo XX, Ludwig Mies van der Rohe, sus aportaciones quedaron en la sombra. Reich creó junto al arquitecto el pabellón alemán de la exposición de Barcelona de 1929, de hecho, todo el diseño del interior así como la famosa butaca Barcelona salieron de la imaginación de la diseñadora. Nacida en Berlín, Reich (Berlín, 1885 - Berlín, 1947) se formó como costurera industrial en Viena. De regreso a Berlín en 1911, trabajó como diseñadora de moda y mobiliario, y se unió a la Deutscher Werkbund – asociación de arquitectos, artistas y diseñadores–, conviertiéndose en su primera directora en 1920. Se trasladó a Frankfurt como diseñadora, es allí donde conoció a Mies van der Rohe con quien trabajó en su estudio. Su colaboración terminó como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, cuando Mies emigra a Estados Unidos en 1937. Tras la guerra, se centró en la docencia en la Universidad de las Artes de Berlín. Aunque su autoría había quedado eclipasada por el nombre de Mies van der Rohe, ahora la Fundación del mismo nombre reconoce su gran aportación al diseño con una beca para la igualdad en la arquitectura.

Lina Bo Bardi

Lina Bo Bardi

Italiana de nacimiento, se convirtió en brasileña por adopción (y por aportación). Lina Bo Bardi (Roma, 1914-Saõ Paulo 1992) estudió arquitectura en Roma y al acabar, en 1939, se traslada a Milán donde luego crea su propio estudio. Debido a la falta de proyectos por la guerra, empieza a trabajar en la revista Domus. En 1946, se muda a Brasil con su marido, el crítico de arte Pietro María Bardi, donde le encargan el diseño de MASP, el museo de arte de la ciudad, su gran obra. Su Casa de Vidrio, su residencia abierta a la vegetación circundante, es todo un referente del modernismo brasileño. Su arquitectura está centrada en el ser humano y con el tiempo se fue simplificando más y más hasta levantar lo que ella denomina “arquitectura pobre”. Pero su obra no se reduce a esto, también creó piezas de mobiliario en madera contrachapada, decorados de ópera y teatro, y comisarió exposiciones.

Marion Mahony Griffin

Marion Mahony Griffin

A la cabeza de las pioneras pues fue una de las primeras arquitectas del mundo al graduarse en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Mahony (Chicago, Illinois, 1871-1961) tras titularse empezó a trabajar con su primo, casualmente, en el mismo edificio donde lo hacía Frank Lloyd Wright, quien la contrató en 1895. A ella se deben las acuarelas asociadas al estilo arquitectónico de Wright, de líneas puras y precisas, como la arquitectura que firmaba el estadounidense, acompañada de delicados detalles vegetales. Tras casarse con Walter Burlet Griffin, decidieron trabajar juntos; se les encargó el proyecto de la nueva capital de Australia, Canberra, para lo que se mudan allí. Posteriormente, se trasladaron a la India. Tras fallecer su marido, en 1937, Mahony Griffin abandonó definitivamente la práctica de la arquitectura.

Sophia Hayden

Sophia Hayden

Nacida en Santiago de Chile en 1869, fue una de las primeras en recibir el título por el MIT en 1890. A pesar de ello, los comienzos no fueron fáciles y le costó encontrar trabajo como arquitecta: Hayden empezó a trabajar como profesora de dibujo técnico en una escuela secundaria. El presentarse a un concurso pudo cambiar su destino. Envió su propuesta para la World’s Columbia Exposition de Chicago, un edificio de tres alturas de estilo renaceista italiano, elegante y equilibrado, demostrando su conocimiento en Bellas Artes, y recibió el primer premio. Sin embargo, los cambios en su proyecto durante la construcción le llevaron a la frustración. Aún así recibió el premio por "su estilo delicado, gusto artístico y la genialidad y elegancia del interior". Los edificios de la feria estuvieron en pie dos años. Tras ello, Hayden se alejó de la arquitectura y no volvió a ejercer. Se dedicó al arte y a una vida tranquila alejada de las obras.