Ha llegado el verano. Unos dirán que por fin; otros ya estarán contando los días para que acabe. En cualquier caso, el calor y el buen tiempo reinante suelen necesitar de un plus de tecnología que acomode temperaturas y gane en bienestar. Sin embargo, si la buena arquitectura, obviamente sostenible, fuera la norma, no sería necesario escribir este artículo, porque su propio diseño y materiales aislarían de la irradiación excesiva, la ventilación cruzada refrescaría el aire, y las cubiertas vegetales y otras plantas actuarían como barreras permeables que mantendrían una temperatura de confort y una calidad del aire suficiente para garantizar la salud y el bienestar de las personas. Pero no es así. Las casas actuales son como son, los recursos en origen son los que son y el cambio climático va a haciéndose presente año tras año con olas de calor y veranos más largos. El imperativo de la sostenibilidad nos lleva a que refrescar la casa con la fuerza bruta de la energía y las tecnologías contaminantes sea cosa del pasado.
LOS VENTILADORES, la alternativa barata
Los ventiladores son la alternativa más barata y ecológica al aire acondicionado, además de una solución muy adecuada para buena parte de nuestro país durante la mayor parte del verano siempre que no se superen los 40 ºC. Pero no siempre es la opción ideal y se han de tener en cuenta ciertas limitaciones. Según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (USEPA), el uso de ventiladores a temperaturas superiores a 37 ºC y con una humedad muy baja aumenta el estrés por calor al que el cuerpo debe hacer frente, y puede causar incluso deshidratación en personas delicadas. Por eso en zonas muy secas es necesario aportar humedad mediante humidificadores. Un complemento necesario en zonas áridas, alejadas de la costa y de los ríos. Así, incrementando la humedad relativa al menos hasta el 60% el efecto refrescante continúa por encima de los 40 ºC ya que la sensación térmica desciende aún más, llegando a los 8 o 9 ºC, y con un consumo del 90% menos de energía que el aire acondicionado.
TRABAJO EN EQUIPO
Sea por las aspas de un ventilador o por la corriente entre dos ventanas, el movimiento del aire, si bien disminuye la sensación térmica hasta en 5 ºC, también remueve las partículas del aire y el polvo y provoca un descenso de la calidad real del aire al incrementar la concentración de contaminantes respiratorios. Por eso, lo ideal es combinar la ventilación con purificadores de aire que atrapen las PM. Trabajando en equipo, ambas funciones contribuyen al bienestar global en un sistema de ergonomía consciente que va más allá de la temperatura y que se preocupa también de las condiciones que de manera invisible afectan a la salud como es la calidad del aire o las radiaciones. En verano, con temperaturas muy elevadas y niveles de contaminación igualmente elevados, conviene prestar aún más atención para refrescar el aire y a la vez hacerlo más limpio.
ENEMIGOS INVISIBLES
Lección número uno: la ventana abierta y la ventana cerrada son las mejores aliadas. Parece contradictorio, pero así es la física. Generar ventilación natural baja la temperatura de la estancia en varios grados. Pero también es cierto que, en situaciones de altas temperaturas, sol directo o viento de calima, la ventana abierta es la entrada directa al exceso de grados del exterior. Y también podría pensarse que de la contaminación del tráfico, y es verdad, pero hay que tener en cuenta que el aire interior puede ser de peor calidad que el del exterior. Los principales agentes peligrosos en el aire interior son las partículas en suspensión (PM) y los compuestos orgánicos volátiles (VOC). Las primeras están formadas por pequeñas gotas y materiales en suspensión que por su pequeño tamaño son inhaladas. Los VOC son emitidos por las pinturas, los tableros aglomerados, los barnices y otros componentes. Y luego están los no menos agresivos productos de limpieza, que generan una nube tóxica durante la limpieza que perdura horas después. Por eso, incluir en el equipamiento del hogar un sistema de purificación de aire que retenga todos estos enemigos invisibles es una muy buena idea.