En el corazón de la Ribera del Duero burgalesa, entre viñedos y pinares centenarios, se estrena una nueva bodega que promete convertirse en un punto de encuentro para los amantes del vino y la arquitectura. Hablamos de Bodegas LA HORRA, un nuevo enclave vitivinícola diseñado por la prestigiosa arquitecta Carmen Pinós, Premio Nacional de Arquitectura, y ejecutada en colaboración con Vértice21 Ingeniería e Inexo.

Bodegas LA HORRA

Una arquitectura que se mimetiza con el suelo 

LAHORRA bodegas

La bodega se encuentra semienterrada en una ladera orientada al sur, aprovechando la temperatura constante del subsuelo y ventilada mediante un sistema pasivo de zarceras, inspirado en las bodegas tradicionales de la zona pero con un toque contemporáneo. La imponente cubierta de hormigón visto parece emerger del paisaje como un gesto natural, cobijando un espacio diseñado para fluir con el proceso del vino: desde la vendimia hasta el embotellado.

Bodegas LA HORRA

El recorrido del visitante comienza junto a una antigua casa y una encina centenaria, testigos silenciosos de la historia familiar y ahora parte del relato arquitectónico. Desde allí, rampas y escaleras conducen a través de salas de fermentación, crianza y barricas, hasta llegar a una galería acristalada que actúa como antesala al corazón enterrado del edificio.

Exterior de bodegas LA HORRA

El proyecto es funcional y sostenible. Todo ello gracias a la ventilación natural sin uso de motores, el aprovechamiento geotérmico, el uso de energía solar y la construcción por gravedad permiten una elaboración sin sobresaltos, respetuosa con el vino y con el medio. Carme Pinós considera que una bodega con ventilación pasiva y enterrada mejora su rendimiento porque “reduce las diferencias térmicas entre las estaciones del año, refrescando en verano y templando el ambiente en invierno”. 

Los materiales empleados —hormigón, piedra de Calatorao, ladrillo macizo de tejar— refuerzan la integración del edificio en el paisaje, y evocan la tradición sin renunciar a la modernidad.

“A mí me gusta expresar mi arquitectura con el diálogo de dos elementos, máximo tres. En la bodega son dos: el paisaje y la gran teja de cubierta. Y si pensamos en tres elementos, estaría bien incluir los muros exteriores de gaviones que anclan el edificio a su entorno inmediato”, asegura Carme Pinós. 

Bodegas LA HORRA

Para Mario Rotllant, presidente de Grupo RODA, esta nueva etapa representa “un gran paso” tras 16 años de presencia en la Ribera del Duero: “con esta bodega, sostenible y de alta eficiencia energética, reforzamos nuestro compromiso con la excelencia y el territorio”. En palabras de Agustín Santolaya, director general, los vinos de LA HORRA recogen “la elegancia y la frescura de un paisaje de suelos calizos, pinares y plantas aromáticas”.

Bodegas LA HORRA

La nueva bodega ocupa 4.700 m² e incluye zonas de elaboración, crianza, exposición y venta directa. Con una inversión de 9,5 millones de euros, se posiciona como referencia en la Ribera del Duero tanto por su propuesta estética como por su responsabilidad ambiental. Con esta obra, Carme Pinós firma una de sus intervenciones más poéticas y comprometidas, y Bodegas LA HORRA da un paso firme hacia el futuro, con los pies bien anclados en la tierra que le da nombre.

Bodegas LA HORRA

Sostenibilidad, paisaje y arquitectura se unen para dar vida a la nueva sede de CORIMBO

Este nuevo edificio, culminación de un proyecto iniciado en 2009 por Grupo RODA, consolida la apuesta de la familia Rotllant Daurella por un modelo de elaboración en equilibrio con la tierra y el paisaje. Sede de los aclamados vinos CORIMBO y CORIMBO I, la bodega se presenta como un símbolo de innovación respetuosa. Sin duda, un templo de la enología donde la sostenibilidad, la eficiencia energética y el respeto por el entorno son los principales ejes.