Aunque seas un gran defensor del sofá y manta en el salón, la habitación para dormir es la estancia donde más horas vives. Aunque te creas que no eres muy consciente de ello y le restes importancia, la decoración en esta estancia es la que más repercute en tu bienestar. Tal vez, incluso, es la que mira más hacía dentro, no debe estar tan pensada para mostrar hacía fuera, si no para los gustos y necesidades personales.

Una buena manera de hacer una labor de introspección y, paso por paso, analizar todos los elementos: los estampados, las paredes, las mesitas de noche, el colchón, el cabecero, el suelo, la luz, el tamaño de la cama...

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Dormitorio con ropa de cama color crema y cojines con estampados de rayas
Ferm Living

1. Los estampados

Cuidado con los recargados. Apostar por los lisos en las superficies más grandes es siempre un acierto. Y, si cambias los cojines cada cierto tiempo, te darán un aire nuevo a la estancia del dormitorio.

En caso de que quieras estampados maxi sí o sí, puedes elegirlos pero con la consigna de los tonos discretos y suaves, que también te recomendamos para las paredes más adelante.

Dormitorio con cama con ropa de cama color naranja y verde.
GERMÁN SAIZ

2. El color, más allá de las paredes

Cuando deseamos dar un toque a la habitación, el primer paso que nos viene a la cabeza es cambiar el tono de las paredes. Pero ojo, a diferencia de otras zonas, un color excesivamente fuerte dificulta el descanso.

No hablamos de que te mantengas en el blanco, puedes moverte en los pasteles, neutros o tierra y conseguir un templo relajante. Incluso, los colores más oscuros como los grises están permitidos en dormitorios luminosos si quieres lograr un ambiente elegante y sobrio. Solo debes "aligerarlos" con textiles más claros.

¿Sigues queriendo un toque chillón? Vale, pero solo en una pared.

Dormitorio de tonos neutros con cama con lampara en mesilla de noche
Ben Hosking for CJH Studio

3. Las lámparas de las mesitas de noche

Son fundamentales. En la habitación no sólo dormimos, también leemos, por decir algo. Así que debemos contemplar todo aquello que hacemos para tener en cuenta los puntos de luz y no quedarnos únicamente con una lámpara central.

Las indirectas y cálidas convertirán el espacio en tu refugio particular. Pero de nuevo, revisa tu actividad y el tamaño de la mesa para buscar la mejor opción (con apliques reclinables para leer…).

Cama con sabanas de color blanco
Westwing

4. La importancia de un buen colchón

De todas las cosas por la que vale la pena invertir en una casa, el colchón (junto al sofá) estaría en el TOP3. Simplemente, es imprescindible que no escatimes en un lugar donde pasas más de 3 partes de tu vida, donde sueñas, hablas, reposas, duermes, abrazas…Seguramente, es donde más somos nosotros mismos.

Cabcero de tela acolchada en color gris.
Derek Swalwell para Rob Kennon Architects

5. El cabecero debe ser estético (y cómodo)

El tamaño, acorde con la cama y con el espacio. Pero también ha de cumplir la función para la que fue diseñado o elegido: separar, delimitar, proteger la pared, servir de apoyo… Si el dormitorio es mini (o no), puedes prescindir de él y sustituirlo por cojines o un papel pintado.

Pero ten en cuenta que hay algunos que son la vez mesa de noche, tabique de división, iluminación, y armario zapatero en su cara posterior. Así que adáptalo a tus actividades.

Dormitorio con paredes de tablones de madera y balda con objetos decorativos lampara cestita santa cole
Derek Swalwell

6. Diviértete con la decoración

Y adora todos sus elementos. Compra las cortinas en un sitio, los visillos en otro, hereda la cama, el escritorio, hazte con una cómoda vintage, teje tu mismo la colcha…

Son solo sugerencias pero olvídate del todo-a-juego.

Dormitorio en color beige con ropa de cama gris lampara tipo pompon en el techo y alfombra
Anders Bergstedt

7. No subestimes las alfombras

Son las que te darán la bienvenida cuando te despiertas, lo primero que tocas al salir de la cama, sea verano o invierno. Coloca un par de alfombras a cada lado de la cama o una grande que abarque de lado a lado para que al despertarte el pie toque la suavidad del material. También son ideales para separar espacios: la cama del vestidor, por ejemplo.

Cama king size doble con ropa de cama de color blanca y dormitorio con radiadores
Bosthlm

8. El tamaño de la cama

A todos nos encantan las King size, son un lujo. Aunque te diríamos que, deben quedar al menos 50-60 cm hasta la pared a cada lado desde la cama para que el paso sea cómodo y visualmente no se "encajone" la cama. Si no es así, ya las disfrutarás en el los hoteles.

Dormitorio con paneles de madera y armario empotrado
H&M Home

9. Crea una buena estrategia espacial

Cuidado con los caprichos. A veces nos enamoramos de piezas que luego no nos pueden dar el uso que requerimos o no almacenan todo aquello que tenemos. Toma bien las medidas y valora con frialdad.

Por otro lado, hay elementos como un taburete que sirven, también para calzarte y descalzarte y ocupan poco.

 

Dormitorio con espejo y ventana con luz natural.
Shannon McGrath para Whiting Architects

10. La principal protagonista, la luz natural

Si la habitación de por sí es oscura, no hemos dicho nada. Pero intenta sacarle el máximo partido. Es la que hará que te sientas en un remanso de paz.

Ante la duda de si las cortinas deben ser tupidas para evitar las miradas de intrusos o ligeras para que entren los rayos de sol, nuestro consejo es: combina.

Los visillos ligeros son muy apropiados. Te damos dos ideas: una, colócalos dobles para lograr mayor privacidad en el interior del dormitorio sin restar luminosidad. Dos, acompáñalos con unas cortinas con más presencia para cuando busques intimidad.

 

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