Este espacioso piso de 124 m² se encuentra en un edificio modernista de principios del siglo XX recientemente rehabilitado, en una tranquila zona del centro de Moscú. La diseñadora de interiores Katya Begicheva lo ha concebido para un cliente habitual: un joven activo, amante de la vida urbana y de la proximidad a una buena infraestructura local. Entre sus principales requisitos figuraban las soluciones técnicas avanzadas, mientras que en el aspecto decorativo confió plenamente en la diseñadora.
«Cuando entré por primera vez, todo estaba en bruto, con el hormigón visto», recuerda la autora del proyecto. El espacio original tenía, como gran ventaja, tres ventanas que daban a la histórica fachada principal y otras tres con vistas panorámicas hacia un silencioso patio interior. Gracias a esta configuración, el piso disfruta siempre de luz natural. «Conozco bien al cliente, es enérgico y muy organizado. Quise reflejar su carácter a través de la idea del orden y la estructura», explica Katya. De ahí surgió un ritmo marcado por líneas verticales, tanto en las piezas de mobiliario como en los materiales.