En la arquitectura tradicional, la cercanía del cliente con el arquitecto, el constructor y los proveedores siempre ha sido un factor importante para la viabilidad y la ejecución del proyecto. Por razones obvias, nadie piensa en acudir a un profesional ubicado lejos del lugar donde se levantará su futura residencia; primero, por las inevitables reuniones que se requieren para cerrar la propuesta de diseño y sus detalles; y segundo, por el coste de trasladar materiales y profesionales por un periodo más o menos prolongado. Todo eso parece superado por el nuevo paradigma de la arquitectura prefabricada. De entrada, y en teoría, la posibilidad de elegir un proyecto de base a partir de un amplio catálogo disponible onlinetiene el potencial de agilizar la fase de concreción del diseño final.

Según Rubén Navarro, de inHAUS, la solución logística para llevar una de las casas de la firma a cualquier lugar de España tiene un coste más reducido que los múltiples traslados de materiales, trabajadores y proveedores a una obra tradicional. En la imagen, su modelo Pedralbes, de 220 metros cuadrados y dos plantas.

Pero es en el apartado logístico donde, con matices, se atisba un cambio más importante en el proceso que lleva a la realización de una casa prefabricada. Al producir toda o gran parte de la vivienda en una factoría para luego trasladarla fácilmente en camiones y levantarla en pocos días en el emplazamiento final se pueden salvar inconvenientes como el ámbito geográfico en el que puede operar una empresa constructora y el traslado y disponibilidad de mano de obra, factores que repercuten en el coste final.

Según Rubén Navarro, cofundador y CEO de la firma Casas inHAUS, especializada en casas prefabricadas de hormigón, "la localización geográfica dentro de España afecta al coste de nuestros proyectos en una proporción relativamente baja. En los precios de nuestro catálogo ya incluimos el transporte por carretera de nuestros 111 modelos a una distancia de 400 km. Este es un hecho diferenciador de Casas inHAUS: va dentro de nuestro sistema de precio cerrado llave en mano, con todo incluido".

Para Matthieu Filiol, director comercial de Hormipresa, más allá del precio el principal inconveniente de la obra tradicional es el relevo generacional y la disponibilidad de empresas y empleados a trasladarse a cualquier lugar del país, cosa que no sucede con la arquitectura prefabricada.

Añade que gracias a su ubicación en Valencia, en ese radio cubren sus principales mercados: Catalunya y casi toda la costa mediterránea, Madrid y el centro de España, y más de la mitad de Andalucía. Y concluye: "La distancia en kilómetros es un factor más, pero no es determinante al tratarse del segmento de casas modulares de diseño y calidad premium. Al final, la solución logística para llevar una de nuestras casas a cualquier lugar de España tiene un coste más reducido que los múltiples traslados de materiales, trabajadores y proveedores a una obra tradicional".

Que en la arquitectura prefabricada el diseño de la vivienda es indisociable de la metodología de fabricación, transporte y montaje lo demuestra también el ejemplo de Arquima, empresa que en este caso trabaja con la madera certificada como materia prima para construir sus casas pasivas. Su fundador y CEO, José Antonio González, comenta al respecto: "El sistema constructivo de Arquima fue pensado desde sus inicios para que el coste del transporte no fuera especialmente sensible en el coste global de un proyecto para cualquier punto de la península, e incluso para Europa. Por esa razón se decidió utilizar un sistema industrializado en 2D, que nos permitiera ocupar el máximo volumen en cada camión, es decir, no transportar aire, y que además estos transportes fueran de medidas estándar. De esta manera, podemos cargar casas de 200 metros cuadrados entre tres y cuatro camiones, y el sobrecoste del transporte a 1.500 km de la fábrica no afecta en más de un 1 o 2 % al coste global del proyecto".

La facilidad de transporte de las casas prefabricadas, bien en módulos 3D o en elementos 2D empaquetados, facilita que estas puedan llegar por carretera a cualquier rincón de España.

Por su parte, Matthieu Filiol, director comercial de Hormipresa, otra compañía que opera en el sector de las casas prefabricadas de hormigón, reconoce que la ubicación geográfica sí tiene un impacto en la logística y el coste del proyecto, y pone como ejemplo las Baleares, "donde hay un coste de transporte y mano de obra in situ más elevado que impacta un 15% el precio final respecto a una obra similar en Barcelona".

De todos modos, al disponer de un nuevo centro de producción en Ciudad Real –además de la primera fábrica en Tarragona–, "tenemos precios equivalentes en Madrid que en Barcelona". También menciona el coste del desplazamiento de equipos. "Este coste se diluye si desplazamos equipos para hacer varias casas. Si es para hacer una es más delicado".

Pero, más allá del precio, para Filiol la principal problemática en la construcción tradicional es el relevo generacional, sobre todo en lugares alejados de las grandes ciudades; un factor que determina también la disponibilidad de la mano de obra para trasladarse. "En cambio, las empresas de construcción industrializadas no tienen tanto problema en moverse".

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