Aunque lo parezca, John Pawson no es un hombre hierático: pequeños tics inconscientes y mucho sentido del humor rompen lo que debería ser una fachada serena. Pero su arquitectura sí lo es. Adalid del gesto mínimo, de la contención, convencido de la austeridad constructiva y estética, se le señala como uno de los padres del minimalismo arquitectónico. Calvin Klein, alter ego de esa tendencia en la moda, recurrió a él para su flagship neoyorquina en los años noventa y de ahí salió la etiqueta, que él se deja colgar. Autor de abadías contemporáneas (Novy Dvur), de casas con halo de iglesia o de hoteles de una opulencia callada para Edition, el último en Madrid. Ahora prepara dos villas en Ibiza, Can Adelfa y Can Almendro, para Sabina Estates, una promotora que quiere reunir las palabras ecología, lujo y holístico en residenciales diseñados por él y por otros primeros espadas como Chipperfield o Marcio Kogan y talentos locales como Jaime Romano o Rolf Blakstad, autor de la Club House.

Recreación del exterior de Can Almendro

¿Qué hace un arquitecto como usted en un proyecto como este?

Los impulsores me preguntaron si me gustaría diseñar aquí una casa. Y dije que sí. No hubo ni contactos previos ni briefings explicativos. Era 2018. Vine y me dejaron escoger el terreno. Me quedé con el mejor, con esa vaguada mirando al mar. Lo que sí me sorprendió es cuando me pidieron 900 m2 construidos. He hecho casas más grandes, aunque no suelo porque es más complicado lograr unas buenas proporciones y elegancia. Aquí lo he conseguido escondiendo parte del volumen.

 Recreación del interior de Can Almendro

¿Ninguna especificación más, materiales o sostenibilidad (el hilo conductor de todo Sabina)?

Eso es algo que ya se sobreentiende desde hace años en arquitectura. En mi estudio siempre tenemos en cuenta temas como climatización y cerramientos; hemos limitado los cristales en lo posible y hecho unos muros muy gruesos para asegurar una temperatura estable. Este es un entorno al que no quieres “gritarle”, sino fundirte con el. De ahí el uso de la piedra local, los encalados mediterráneos.

Pawson durante un viaje de prospección a Ibiza  para elegir el terreno. En la primera página del artículo, el libro sobre su proyecto.

Siempre trabaja con cliente directo, pero en este caso se trata de una promotora... ¿Qué ha sido lo más complicado?

No puedes contarle al cliente final lo elegantes que serán los interiores, la armonía de las proporciones, la atmósfera tan diferente que tendrá gracias a detalles imperceptibles como unos determinados interruptores, a la luz, a la ausencia de ruido. Son unas casas física y visualmente calladas. Marcan la diferencia las cosas que te dejas fuera más que las que pones. Y eso no se ve en un plano o en una maqueta.

¿Qué decisiones de diseño ha tomado en este sentido?

La cantidad de metros cuadrados, buscando siempre un efecto íntimo y evitando lo monumental, y el terreno en pendiente han sido los que han mandado. Casa Almendro tiene una sola planta troceada en cinco niveles con un desnivel de tres metros entre cada uno. Eso ayuda a la escala y a que desde uno no veas el que hay enfrente de ti. Hay que ser modesto a la hora de ubicar una construcción en este terreno salvaje.

La terraza de Can Adelfa. Ambas villas ocupan una superficie total de 900 m2. Su construcción está previsto que concluya en 2024.

No es la primera vez que trabaja en las Baleares.

Ya había hecho tres casas en Mallorca. Una reforma de una casa payesa en el campo. Luego llegó Neuendorf. Más tarde otra en Palma. Estaba familiarizado con la técnica de la piedra seca, las pequeñas ventanas, los muros gruesos... Cuando llego a cada nuevo solar procuro empaparme de todo lo posible, del pueblo, de la zona, de la arquitectura local, del paisaje, de la ubicación... Puedo retener un 90% de todo, mientras que los arquitectos que vienen conmigo absorben como un 50% de todo eso. Necesito descargar toda esa información adicional rápidamente y escribirla para utilizarla al diseñar. n