La arquitectura actual está viviendo un giro silencioso pero profundo: las casas ya no se piensan como cajas estancas que aíslan del mundo, sino como filtros por los que el paisaje se cuela, la luz circula y el aire se mueve. Esta tendencia —que no es nueva, pero sí más consciente— responde a un anhelo compartido: volver a sentirnos parte del entorno sin renunciar al confort. El interior se abre, el exterior se domestica, y entre ambos se crea una tercera zona (ambigua y flexible) donde ocurre la vida.

Vivir entre interior y exterior no es solo cuestión de levantar grandes ventanales o añadir una pérgola: implica una manera distinta de habitar. Implica entender que un muro puede no ser una frontera, sino un soporte para la vegetación. Que un porche puede tener el mismo peso emocional que un salón. Desde esta mirada trabaja Jaime Salvá, arquitecto afincado en Mallorca, cuya obra parece no querer decidir si está dentro o fuera. Y ahí está su fuerza.

Casa Evoque

Proyecto Evoque

Tomeu Canyellas

Arquitectura para vivir con las puertas abiertas

"El clima mediterráneo es, sin duda, uno de nuestros grandes aliados", explica Salvá cuando le preguntamos por el origen de su enfoque. "Nos permite imaginar casas más abiertas, permeables, conectadas con el exterior. Es un clima que invita a vivir con las puertas abiertas, a dejar que la brisa entre y que la luz se cuele por todos los rincones."

Esa idea de vivir con las estaciones —y no a pesar de ellas— guía la manera de entender la vivienda para este estudio. "Nos inspira a crear viviendas que se disfruten de verdad durante todo el año: como sentarse a la sombra de un pino en pleno agosto o compartir una copa de vino frente al fuego en una noche de invierno."

Casa Envy

Proyecto Envy

Tomeu Canyellas

Lejos de responder solo a una estética, cada decisión de diseño responde a una forma de vida: "Espacios que se adaptan al entorno y a las estaciones, en lugar de cerrarse a ellas." Así, el lenguaje que maneja Jaime Salvá tiene más que ver con la escucha que con la imposición.

Cuando el interior y el exterior se saludan

Uno de los rasgos más característicos del estilo del estudio, que él define como “mediterráneo contemporáneo”, es la eliminación de fronteras. "Utilizamos elementos que funcionan como conectores: porches generosos, pérgolas ligeras, pavimentos que continúan sin interrupción, carpinterías retráctiles que se esconden, techos que se prolongan."

Más allá de la técnica, hay una sensibilidad clara: "Diseñamos bancos que atraviesan los muros o patios que se meten en la casa. Todo suma para que el paso entre dentro y fuera sea natural, sin saltos."

El uso de materiales acompaña esta filosofía: "Nos gusta trabajar con materiales naturales, que envejezcan bien y tengan coherencia con el lugar: piedra de la zona, madera tratada, revocos minerales, cerámica artesanal…" La intención es clara: no romper el discurso entre lo construido y lo que ya estaba ahí, sino escribirlo juntos.

Casa Envy

Envy

Tomeu Canyellas

En esa línea, las ventanas (a menudo tratadas como meros huecos funcionales) cobran un protagonismo estructural: "Las carpinterías que usamos permiten aperturas grandes, con perfiles mínimos o incluso ocultos." Salvá apuesta por abrir la casa al paisaje, sí, pero sin comprometer el confort térmico: "Gracias a la tecnología actual, podemos abrir por completo una fachada sin perder eficiencia."

Pero no se trata solo de innovación tecnológica. "Cuidamos mucho los elementos pasivos de la arquitectura vernácula y sostenible: por ejemplo, favorecemos la ventilación cruzada ubicando las ventanas en los puntos adecuados, según orientación, tamaño y función."

La vegetación como parte del plano

En su estudio, el jardín se piensa desde el minuto uno. "La vegetación es fundamental en los proyectos que realizamos. Nos conecta con la naturaleza. Incluyéndola desde el inicio, se convierte en parte del proyecto, no en un añadido."

Esto se traduce en decisiones como "colocar árboles donde harán sombra, trepadoras que tamizan la luz, setos que acompañan recorridos o protegen visualmente." La naturaleza no adorna: participa. “Incluso huertos o jardines aromáticos que aportan vida.”

Esa integración se hace también desde la funcionalidad. "Diseñamos pensando en el clima: orientamos bien las estancias, creamos sombras cuando toca, dejamos pasar el sol en invierno y lo bloqueamos en verano." Todo está calculado para que el exterior sea utilizable más allá de los meses de verano. “Una terraza no debería ser solo para las vacaciones: puede ser parte real de tu día a día.”

Casa Envy

Envy

Tomeu Canyellas

El caso ENVY: cuando el espacio respira

Uno de los ejemplos que resume mejor esta filosofía es el proyecto ENVY. “Diseñamos una terraza cubierta de grandes dimensiones que funciona como un auténtico conector entre la casa y el entorno.”

Esta gran terraza no está sola: “Detrás de ella, un jardín frondoso; delante, la piscina. Está totalmente conectada con la zona de salón-comedor-cocina, y también con una terraza descubierta. Dispone además de una cocina exterior, lo que potencia aún más su uso como espacio de convivencia.”

La clave técnica está en las carpinterías: “Son correderas y se ocultan completamente dentro del muro. Cuando están abiertas, se borra la línea que separa el dentro del fuera: la casa respira y se funde con el paisaje.”

El pavimento continuo refuerza esta fluidez: “Todo está pensado para que vivir en esta casa sea una experiencia sensorial que acompaña el ritmo del día, las estaciones y la luz.”