Este mes de marzo damos la bienvenida a la primavera y a la Semana Santa, dos fechas claves en el calendario que invitan a viajar tiempo al aire libre. Como las temperaturas se caldean y dejan de ser extremas, sentimos la necesidad de conocer nuevos destinos.

Para quien esté pensando en hacer una escapada y necesite ideas, hemos hecho una selección de algunos de los pueblos más bonitos de España que cada mes National Geographic selecciona para visitar.  Todo son destinos tranquilos, tanto de montaña como junto al mar, en la costa, en los que no faltan los monumentos, serpenteantes calles rebosantes de historia y vistas espectaculares y que consideramos ideales para visitar en Semana Santa (o en cualquier fecha). 

 

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Hondarribia
Ana Benet / Pexels

Hondarribia (Guipúzcoa)

Su ubicación estratégica, entre España y Francia, ha sido clave en la configuración de la villa y ha dejado para el recuerdo una muralla transitable que rodea la ciudad vieja y que cuenta con puertas de entrada como la de San Nicolás y Santa María. 

Ese pueblo norteño amurallado cuenta con menciones en los textos de Victor Hugo o Pío Baroja. Dar un paseo por esta localidad costera permite descubrir monumentos de visita obligada, como  la iglesia de Santa María de la Asunción y del Manzano y el castillo de Carlos V, reconvertido en Parador de Turismo.

Extramuros de Hondarribia se encuentra la Marina, antiguo barrio de pescadores, conocido por sus casas de colores, pintadas así porque porque se aprovechaba la pintura sobrante de los barcosEn la alto del monte Jaizkibel, se yergue la Ermita de Guadalupe.

Albarraci´n
Jesu´s Esteban /Pexels

Albarracín (Teruel)

Antigua capital de un reino de taifas, esta localidad de tan solo mil habitantes ha conservado todo su sabor islámico y medieval. Lo primero que sorprende al llegar es su imponente recinto fortificado, cuyo perímetro sobrepasa con creces la superficie del casco urbano.

Sus muros cobijan el conjunto de edificios de interés y las casas entre un entramado de calles adoquinadas. En uno de sus extremos se encuentra el castillo, encaramado en lo alto de un peñasco.

Además, merece la pena visitar la catedral de El Salvador y el Parque Cultural de Albarracín, que alberga muestras de arte postpaleolítico.

Ezcaray La Rioja
ISTOCK

Ezcaray (La Rioja)

Situada a orillas del río Oja, la villa de Ezcaray y sus alrededores es una escapada perfecta tanto para quienes buscan descanso y tranquilidad como para quienes prefieren la acción de los deportes de montaña. 

La arquitectura de esta localidad bien merece una visita, ya que incluye monumentos como la iglesia de Santa María la Mayor, una fortaleza románica del siglo XII. En un paseo por sus calles merece la pena prestar atención a las casas nobles barrocas del siglo XVIII, como la Casa de los Condes de Torremúzquiz y el Palacio del Ángel.

En esta localidad al sureste de La Rioja, la tradición vinícola se une a la ancestral industria textil y a la exquisita gastronomía, entre la que destaca El Portal del Echaurre, dos estrellas Michelin.

Localidad extremeña de Trujillo
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Trujillo (Cáceres)

Situada entre las vegas de los ríos Tajo y Guadiana, Trujillo merece ser descubierta con calma ya que ha sabido mantener su esencia medieval y palaciega. La localidad extremeña alberga un importante conjunto de iglesias, castillos y casonas solariegas que se estructuran en torno a su Plaza Mayor.

Situada a 45 kilómetros de Cáceres y a dos horas y media de Madrid, en sus calles conviven restos visigodos, romanos, árabes y cristianos que conforman un rico patrimonio que reivindica ser algo más que una ciudad de paso, perfecta para descubrir en Semana Santa. Además, fue cuna de ilustres personajes vinculados al descubrimiento de América.

 

Peñíscola
Ramón Perucho /Pexels

Peñíscola (Castellón)

Este pueblo de costa, ubicado junto al mar Mediterráneo todavía conserva su atractivo original:una pequeña aldea amurallada que se alza sobre una península rocosa donde sobresale a 64 m sobre el nivel del mar el castillo del Papa Luna, construido por Los Templarios sobre los restos de una antigua alcazaba árabe y constituye una estampa digna de fotografiar.

Desde el patio de armas y desde la torre del Homenaje del castillo puede disfrutarse de una bonita panorámica de la costa. En un paseo por Peñíscola, hay otros enclaves que merecen una visita, como el faro y el Museo del Mar. Además, us alrededores son perfectos para los amantes del senderismo, donde encontrarán un escenario natural para hacerlo en el Parque Natural de la Sierra de Irta.

Plaza Mayor de Pedraza
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Pedraza (Segovia)

National Geographic lo define como "el tesoro medieval de Castilla-La Mancha". Uno de sus elementos más distintivos de Pedraza es el imponente castillo de piedra que se alza desde el siglo XII y en cuyo torreón tuvo un estudio el pintor Zuolaga.

La localidad cuenta con una preciosa plaza mayor y el conjunto de sus calles empedradas y sus casas blasonadas merecen una visita. Los amantes del arte disfrutarán en el Museo Zuloaga, donde se expone la obra del pintor Ignacio Zuloaga y parte del patrimonio familiar, donde destaca un cuadro de El Greco, otro de Goya y bodegones de pintores flamencos. Además, otro de los grandes atractivos de esta localidad castellana es su gastronomía.

Calella de Palafrugell
Manuel Torres Garcia / Pexels

Calella de Palafrugell (Gerona)

El mar siempre merece una visita y este enclave marinero ubicado junto al Mediterráneo, a 3,5 km de Palafrugell, engancha por su esencia marinera. Su origen era un barrio de pescadores, como se percibe en sus casitas agrupadas frente al mar y protegidas desde una loma por la blanca iglesia de Sant Pere. Su privilegiada ubicación ofrece miradores desde los que contemplar la belleza de las calas:  El Golfet, Els Canyers, Port Pelegrí,y Canadell, son algunas de ellas

Al sur, el Cap Roig limita el pueblo, y está por un castillo de aspecto medieval aunque fue levantado a comienzos del siglo XX por un matrimonio ruso.