El impresionismo como movimiento artístico surgió en Francia a finales del siglo XIX y supuso una verdadera revolución en la forma en que se concebía y representaba el arte.

Con su enfoque innovador en la captura de la luz, el color y la atmósfera, los pintores impresionistas desafiaron las convenciones artísticas de la época y dieron paso a una nueva forma de expresión pictórica. Entre los artistas más influyentes, adscritos a este movimiento, hay nombres tan populares como Claude Monet, Édouard Manet, Pierre-Auguste Renoir, Edgar Degas, Camille Pissarro y Berthe Morisot. Estos pintores impresionistas, unidos por su búsqueda de representar la realidad de una manera más subjetiva y emocional, compartían la idea de capturar la impresión momentánea de una escena.

Estos pintores, se interesaban por captar la luz natural y representar cómo afectaba a los colores en diferentes momentos del día. Para expresarse, utilizaban pinceladas sueltas (a modo de manchas) y colores muy vivos. Generalmente, solían representar escenas cotidianas, para diferenciarse del academicismo anterior, en el que abundaban los temas mitológicos o históricos. Además, en estas escenas, trataban de captar el momento espontáneo, sin la rigidez de las composiciones tradicionales. La vida, en definitiva. Muchos son los pintores impresionistas que marcaron esta diferencia y, entre ellos, seleccionamos estas obras para repasar esta etapa tan importante de la Historia del Arte

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Impresión Sol Naciente de Monet
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1. 'Impresión, sol naciente' de Monet

Entre las numerosas obras maestras del impresionismo, una de las que más destaca por su impacto cultural y su significado artístico es "Impresión, sol naciente" de Claude Monet (1872). esta obra es considerada la piedra angular del movimiento impresionista y de hecho, dio nombre al movimiento.

El término 'impresionismo' surgió con esta pieza en la que se captaba una impresión, más que una imagen precisa. En este lienzo, considerado una piedra angular del movimiento impresionista, Monet captura el amanecer sobre el puerto de Le Havre, utilizando pinceladas sueltas para representar los reflejos del sol en el agua. La atmósfera etérea y la sensación de fugacidad hacen de esta obra una pieza icónica. 

'La clase de danza', Edgar Degas, 1871
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2. 'La clase de danza', Edgar Degas, 1871

Bailarinas distraídas, en la Ópera de París, esperando la evaluación de su maestro e iluminadas por la luz natural que entra por la derecha, a través de una ventana que se refleja en el gran espejo a la izquierda. Así es la escena espontánea que se representa en esta mítica pieza de Edgar Degas, pintada en 1874, en la que los trazos impresionistas transmiten una atmósfera única. El cuadro se encuentra en el Museo D'Orsay de París desde 1986. 

Baile en el Moulin de la Galette, Pierre Auguste Renoir, 1876
Museo de Orsay

3. Baile en el Moulin de la Galette, Pierre Auguste Renoir, 1876

Otro de los grandes pintores impresionistas, Renoir, es el autor de este famoso cuadro en el que se representa una escena en el Moulin de la Galette, un salón de baile al aire libre, en ele que podemos ver una gran cantidad de gente, entre ellos, actores, artista, críticos de arte conocidos y familiares del pintor. Su espectacular dominio de las luces y las sombras, las sensuales figuras femeninas y su pincelada delicada hacen de esta pieza una verdadera obra maestra. 

6. 'La Cuna', Berthe Morisot, 1872
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4. 'La Cuna', Berthe Morisot, 1872

La pintora Berthe Morisot, realizó este cuadro representando a su hermana Edna Portillon junto a su hija Blanche. El cuadro estuvo expuesto en la primera exposición impresionista en 1874. El cuadro no consiguió venderse y permaneció en manos de la familia hasta que fue comprado por el Museo del Louvre en 1930. De pincelada fluida y con un número reducido de colores, este cuadro representa el tema de la maternidad desde un punto de vista cotidiano. 

'Calle de París, tiempo lluvioso', Gustave Caillebotte
Art Institute of Chicago

5. 'Calle de París, tiempo lluvioso', Gustave Caillebotte

Probablemente se trate del impresionista menos conocido, pero no por ello menos importante. Su técnica realista, aún se puede apreciar en esta pintura, si bien, su ejecución lo acerca al impresionismo. La pintura fue realizada para ser exhibida en la tercera exposición impresionista, organizada por la Société anonyme des Artistes Peintres, Sculpteurs et Graveurs en París en abril de 1877, durante la cual presentaron otras cinco obras. 

Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia, Camille Pissarro, 1897
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Wikimedia Commons

6. Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia, Camille Pissarro, 1897

Como una serie de quince obras que Pissarro realizó entre 1897 y 1898 desde la ventana de su hotel parisino, esta es una de las que mejor representa el estilo de este impresionista, especialista en el puntillismo. Sin embargo, a final de su carrera, de cuando es esta pieza, su puntillismo evolucionó hacia un impresionismo más relajado y de mucha más calidad. La escena, captada a primera hora de la tarde, muestra la circulación habitual de carruajes y personas en esta zona tan transitada de París. 

Niña en sillón azul, Mary Cassat, 1878
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7. Niña en sillón azul, Mary Cassatt, 1878

La estadounidense Mary Cassatt fue invitada por Edgar Degas a participar en la Cuarta Exposición Impresionista, en 1879. Si bien no se sabe qué obras presentó, es probable que Niña en sillón azul estuviera entre ellas. Su composición asimétrica muestra la influencia de Degas. La forma en que tiene de retratar esta escena de la infancia, con una niña aburrida y de mirada perdida, la convierte en una de sus obras más famosas.

Un bar del Folies-Bergère, Edouard Manet, 1882
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8. Un bar del Folies-Bergère, Edouard Manet, 1882

La que fue la última gran obra de Manet, fue expuesta en el Salón de París de 1882. La escena, en un cabaret parisino, muestra a una camarera con un espejo detrás, donde se puede ver reflejado todo el ambiente del local. Marcadamente impresionista, la pintura reproduce una representación detallada y realista de un espacio como este en el París del siglo XIX. 

9. Inundación en Port-Marly, Alfred Sisley, 1876
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9. Inundación en Port-Marly, Alfred Sisley, 1876

El pintor francobritánico, realizó una serie de pinturas en Port-Marly en 1872 y 1976. Sisley fue eminentemente un pintor paisajista, que se distinguió del resto de impresionistas, por la inclusión en sus cuadros de elementos naturales como el agua, la nieve o la niebla. Junto a Monet, es considerado uno de los impresionistas más puros. Su forma intimista de retratar atmósferas es única. 

La merienda, Marie Bracquemond, 1880
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10. La merienda, Marie Bracquemond, 1880

En esta obra, Marie Bracquemond, retrata a su hermana sentada al aire libre. Sus pequeñas pinceladas y suaves graduaciones, la convierten en una de las obras más hermosas del impresionismo, si bien, en su momento, la pintora no fue muy reconocida, entre otras cosas porque no recibió el apoyo de su marido (necesario en aquella época) y dejó de pintar en 1980.