Tomar un café caliente al despertar o leer un buen libro junto a la chimenea son pequeños gestos que definen el hygge danés, que hace los hogares más cálidos y a las personas más felices. Razón no les falta, pocos gestos hay más placenteros que contemplar el crepitar de la lumbre en casa, que puede conseguir que el tiempo se detenga. Pero las chimeneas no solo invitan a la calma y a bajar revoluciones, son un elemento cada vez más necesario para combatir las bajas temperaturas. Si estás pensando en instalar una en casa, los expertos aluden a prestar atención al espacio, las necesidades y el presupuesto con el que se cuenta. Desde Freehand Arquitectura, estudio boutique de arquitectura e interiorismo que realiza "proyectos con alma" y certificado como Passive House Designers, explican las diferencias que hay según el tipo de combustible y que son determinantes para conseguir la chimenea perfecta.
Chimenea de leña, la opción más romántica
La madera es el combustible más común, romántico, económico y que más calor genera. Además, estéticamente es perfecta para dar un hogareño a la estancia. Eso sí, su funcionamiento requiere de un esfuerzo físico y de una dedicación que mientras a los apasionados del fuego resulta un placer, podría convertirse una labor ardua para otras personas. Es la opción ideal para cuando se vive en una casa.
La chimenea Shaker, de Vittus, aúna sencillez clásica y belleza moderna en su diseño minimizado, multifuncional y de reducidas dimensiones.
Chimenea de gas, apuesta por el diseño
Es perfecta para un piso, ya que no es necesario almacenar el combustible y se puede regular el tamaño de las llamas. Para su instalación hace falta que esté conectadas al suministro de gas. Es una apuesta limpia y estética, perfecta para ambientes más modernos. También, hay modelos estancos que no necesitan salida de humos.
La versión de gas de la chimenea Gyrofocus con cero emisiones mantiene su mítico diseño.
Chimenea de pellets, la más sostenible
Los pellets son un combustible ecológico creado a partir de residuos de manera, como madera residual, serrines y virutas. Tiene la misma calidez que la chimenea de leña, pero con una eficiencia superior y menos emisiones de CO2.
La chimenea de pellets sirve para calentar los meses de invierno.
Foto: Salva López
Chimenea de bioetanol, la que menos mancha
Es perfecta si quieres escapar de los humos y la suciedad, ya que, no requiere ningún conducto al exterior. Pero son menos potentes que el resto, su quemador se enfría igual de rápido de cómo se calienta. Hay que tener mucho cuidado a la hora de recargarlas, pues su combustible es altamente inflamable y puede resultar peligroso.
Chimenea ejecutada a medida del ancho total del salón, con un quemador de bioetanol de un metro.
Foto: Lupe Clemente
Chimenea de vapor, decorativas
Estas son ideales en Madrid, o ciudades con poca humedad. Tienen una estética excepcional. Funcionan con iluminación led que además puede cambiar de colores. El efecto es muy natural, aunque no generan calor.
Chimenea de vapor de un proyecto de Freehand Arquitectura.
Foto: Freehand Arquitectura