Si en alguna ocasión has comentado con familiares y conocidos la posibilidad de instalar ventanas en la cubierta de tu casa, seguro que habrás escuchado alguna de estas afirmaciones: son muy caras; falso: las hay de calidad para todos los bolsillos. Son poco seguras; falso: sus sistemas de seguridad son tan fiables como los de cualquier otra ventana. No son nada prácticas; falso: veremos más adelante cómo la industria ha resuelto esta problemática. a la larga te entrará agua; falso: algunos fabricantes ofrecen hasta diez años de garantía en sus ventanas.

Lo que sí sabemos es que su instalación puede ayudar a incrementar el flujo de luz natural en espacios infrailuminados, y eso es vital para equilibrar nuestros biorritmos. No en vano los países con mayores tasas de depresión son los que disfrutan de menos horas de sol. El Lighting Research Center afirma que este es clave para evitar los trastornos afectivos estacionales, vinculados a la ausencia de luz.

Con la incorporación de la domótica puedes accionar las ventanas de forma remota con un mando a distancia o mediante programación adecuada. Casa Hoddle, de Freedman White.

Luz caída del cielo

La luz posee una cualidad muy especial: los fotones tienen una pauta dual de onda-partícula que permite a la luz tener ese comportamiento tan físico y que a los arquitectos nos encanta y nos invita a hablar de pozos de luz y luz indirecta. Estas partículas son capaces de rebotar y aglomerarse o dispersarse como si de polvo se tratase.

Colocar ventanas cenitales facilita incorporar luz, por ejemplo, en la planta superior de una escalera y que esta se aproveche en las inferiores. Además, las paredes de las estancias quedan libres de ventanas y son, por tanto, más aprovechables, especialmente en espacios pequeños como los áticos. Esta disposición de huecos asegura más horas de radiación solar a lo largo del día, algo que aumenta la segregación de endorfinas (la hormona de la felicidad). Esta fuerte vinculación con el exterior, además, favorece la regulación de nuestros ritmos biológicos.

Diversos estudios aseguran que una claraboya incorpora un 65% más de luz a los espacios donde se instala en comparación con un hueco de fachada. Brighton House, de Matyas Architects.

Dónde y cómo colocarlas

Más allá del hecho de que una claraboya se pueda instalar en cubiertas planas o inclinadas, es importante considerar la orientación. Excepto en faldones de tejados con mucha inclinación y orientación norte, todas las orientaciones captan la radiación del sol en mayor o menor medida.

Una ventana cenital a norte capta mucha luz y muy poca radiación solar, por lo que evitamos el sobrecalentamiento de la estancia. Las ventanas a este incorporan la luz azulada de la mañana y el sol menos caluroso; la orientación a sur es la que más radiación solar recibe y mejora la precisión en la percepción de los matices de luz con el paso del día; la orientación a oeste capta los tonos de luz del atardecer y la radiación más calurosa.

Las ventanas en cubierta plana se protegen con cúpulas ultratransparentes, creando una esfera de protección perfecta que, además, también se abre automáticamente cuando es preciso mediante un sistema motorizado.

Las claraboyas pueden instalarse en tejados cerámicos, de hormigón, pizarra, grava o cubiertas vegetales; incluso en planta baja para iluminar un sótano cuya cubierta es una terraza transitable.

A nivel tecnológico, en cuanto a la composición de vidrios y marcos no difieren de las ventanas tradicionales. Marcos metálicos, de PVC o madera son los más habituales; también se fabrican con marcos mixtos, metálicos o de PVC en el exterior y madera en el interior. En el campo de los vidrios también tendremos que escoger si los queremos con doble o triple cámara, con vidrios bajoemisivos o traslúcidos, entre otras opciones.

La aparición de los aislamientos térmicos de alta eficiencia permite incorporar los espacios bajo cubierta a la superficie de la vivienda. Skylight House, de Chenchow Little.

Los problemas de mantenimiento se limitan a disponer de una escalera; a partir de ahí todo son facilidades: las ventanas disponen de una posición de limpieza práctica y segura. Es recomendable limpiar el cerco de estanqueidad una vez al año y realizar una inspección visual tras tormentas de nieve, granizo o viento más fuertes de lo habitual, pues podrían aparecer grietas en la cúpula. Por último, recomendamos que cualquier manipulación siempre la realice un profesional experto para evitar problemas futuros.

Estores, persianas, toldos, cortinas, mosquiteras… Las claraboyas poseen un amplio abanico de complementos tecnológicos para adaptarse a cualquier necesidad.