Renovación con espíritu mexicano: la transformación de un antiguo local para degustar mezcal en un refugio con artesanía y diseño local

Con azulejos de terracota

En los 400 metros de este antiguo local de degustación de mezcal abandonado, el dúo restauró los arcos y la fachada de cerámica de Talavera, recreó los balcones y las ventanas de hierro forjado, reunió arte contemporáneo y artesanía nacional, diseñó una gran escalera con azulejos de terracota y plantó un enorme guayabo japonés de cinco metros en el centro.

En la entrada, la escalera diseñada por el dúo, de azulejos de terracota artesanales, de Tata Mosaicos, y barandilla de acero. Lámparas de techo Origo, de David Pompa.

Los diseñadores

Bart van Seggelen y Valérie Boerma, del estudio holandés Barde vanVoltt que ha reformado la casa.

En sintonía con el entorno

"Nuestro objetivo era establecer una conexión con la vegetación de las calles circundantes y tamizar la luz natural del potente sol mexicano, que iluminase sin molestar" nos explica Valérie.

En el patio al que da la cocina, mesa de mármol travertino y sillas, todo de Casa Quieta; lámparas a medida, de Nuumbra Estudio e ILWT; azulejos, de Tata Mosaicos, y paisajismo, de Aldaba.

El patio interior

Para conseguirlo reemplazaron el viejo tejado por paneles panorámicos corredizos de vidrio, que abrieron la casa literalmente al cielo creando un patio interior-exterior en mitad del edificio que distribuye las estancias.

En el patio interior creado al eliminar el tejado existente, butacas Safari, de Kaare Klint, editadas por Carl Hansen & Søn, y taburetes, de Church Estudio.

De inspiración local

"Nos asociamos con diseñadores, marcas y artesanos mexicanos contemporáneos e incorporamos su trabajo al nuestro", cuenta Boerma. 

La cocina está situada entre los dos patios. El de la derecha, creado en la reforma, incluye una zona de bar. En el comedor, junto a la cocina, mesa diseñada por los holandeses; sillas Scriba, de Acoocooro; lámparas Meta Parallel, de David Pompa, y armario hecho a medida por el arquitecto mexicano Roberto Michelsen. 

De comercio local

Los diseñadores aseguran que el 90 % de sus proveedores han sido locales.

En la cocina, diseño del estudio, estanterías, de Casa Quieta, con escultura de palos quemados, del artista mexicano Juan Sacristán, y acuarelas abstractas, de Lunnawabi. Aplique Tempo, de Lievore Altherr para Vibia. 

Impregnada de cultura mexicana

"De esta forma, nuestra visión inicial del proyecto se volvió más audaz, integradora y profundamente arraigada en la cultura mexicana".

En el patio interior se recrearon los balcones y las ventanas de hierro forjado originales y se restauraron los arcos.

El peso del color

Los colores utilizados en esta reforma muestran este mismo espíritu mexicano. 

En la primera planta, silla hecha por un artesano inspirada en la Zig Zag de Gerrit Rietveld y customizada por Roberto Michelsen; aplique Cupallo, de David Pompa, y suelo de mármol Silk Georgette, del Grupo Arca.

Raíces

Las obras de artistas locales refuerzan aún más la conexión con el entorno y el pasado, amarrando bien la casa a sus raíces. 

En el dormitorio principal, estructura de cama, diseño de los holandeses; colcha, de Zara Home; lámpara Meta, de David Pompa; tapiz, de Kreyé; maceta y planta, de Aldaba Jardines; alfombra, de txt.ure, y cortinas, de Telas de Pani.