A veces no prestamos al dormitorio la atención que merece. Cuando, objetivamente, es el lugar en el que pasamos más horas. Tener un dormitorio confortable va más allá de lograr que se vea bonito. Se trata de crear una atmósfera que favorezca las ganas de desconectar. Los materiales te pueden ayudar en este cometido, así como los colores. Solo hay que escoger los más adecuados.

En solo dos horas, tu dormitorio se puede ver distinto. Aplicando algunos consejos, conseguirás la habitación de tus sueños. Una cama con cojines adicionales o un cuadro que te aporte tranquilidad visual son buenos compañeros para este viaje a la versión más bonita de tu dormitorio. ¡Sigue leyendo!

 

1. Utiliza sábanas de algodón o de lino

Cambia tus sábanas por otras de tejidos naturales, ya sean algodón 100% o de lino. Fíjate en el número de hilos de la urdimbre: cuanto mayor número de hilos, mejor serán estas. Los tejidos naturales tienen un tacto suave y delicado que ayudan a dormir mejor.

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Además, son transpirables y ayudan a regular el exceso de calor, por lo que resultan mucho más confortables. En cuanto al color, hay opciones que, en ningún caso ayudan a relajarse, como por ejemplo el rojo. El color de las sábanas es un tema importante para garantizar un sueño reconfortante: apuesta por los blancos y demás tonos claros como el beige. Y, a ser posible, extiende esta gama cromática a toda la habitación.

2. Añade cojines y plaids a tu rincón de descanso

Poco se habla de los complementos de la cama, pero son tan fundamentales como lo pueden ser a la hora de vestirse. En la cama, los cojines o los plaids, tienen un papel muy destacado, puesto que le dan volumen a la cama.

Además de las almohadas, apuesta por tres o cuatro cojines de diferentes tamaños para crear un efecto más dinámico. Además de adornar, estos tres o cuatro cojines también pueden resultar útiles durante el sueño, como punto de apoyo.

La ropa de cama en tejidos naturales y colores suaves te ayuda a conciliar el sueño con mayor facilidad.

A la hora de escoger un plaid, decántate por un modelo suave y gustoso: en este caso sí que puedes ser un poco más arriesgada en el tema del color.

3. Un colgador de madera

El dormitorio es un sitio donde nos ponemos y nos quitamos ropa y, muchas veces, esas prendas acaban en el suelo o encima de la cama. Como las mañanas son como son y apenas hay tiempo para nada, a menudo, esas prendas continúan ahí el resto del día y, cuando volvemos por la noche, volvemos a verlas.

 

Habitación con hueco para colgadores, taburete de madera, lámpara de techo de fibras, cama sobre suelo de gres

Para evitar esa sensación un poco desagradable, es más que aconsejable contar con un colgador dentro de la habitación. Uno de madera puede ser una buena opción. El colgador te permite recoger la ropa que ha quedado por ahí suelta en cuestión de segundos. Puedes situarlo en una de las esquinas de la habitación.

4. El cuadro de tus sueños, mejor en tu dormitorio

Todos tenemos un cuadro favorito. Existe la idea de que esa pintura, debe presidir el comedor o el salón, pero ¿qué hay del dormitorio? Poner tu cuadro favorito en el dormitorio es una buena opción: al fin y al cabo, es lo primero que ves al despertarte y lo último que ves al dormirte. Elige un marco adecuado, que combine con los muebles de la habitación. Y, si realmente es tan especial para ti, poténcialo con una pequeña luz en la parte superior.

 

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5. Iluminación doble

Un buen dormitorio debe tener una doble iluminación: por un lado, una luz procedente del techo, y, por el otro, una luz que ilumine los momentos de lectura.

La primera, la del techo, garantiza una luz más general, necesaria cuando abrimos el armario para elegir la ropa del día, por ejemplo. Mientras que la segunda ofrece un momento de relax al final del día, esos minutos antes de dormir que son tan importantes, según los especialistas.

 

Dormitorio en marrones con mueble y hornacina

Si no tienes mesita de noche porque no te cabe o no has encontrado un mdelo que te guste, seimpre puedes tener una luz que se enganche al cabecero. No hay excusa.

6. Evita la tecnología, te ayudará a dormir mejor

Aunque la tecnología nos facilita la vida en muchos aspectos, porque nos permite mantener un contacto más cercano con las personas que están lejos, también puede perjudicarnos. No es nada recomendable, por ejemplo, tener en el dormitorio la típica luz roja que nos avisa de que el televisor o el aparato de música está en reposo. ¡i que hablar de tener el aparato del wifi dentro de la habitación! Una habitación sin tecnología es una habitación más saludable. Evita todo lo que pueda provocarte un ruido visual.

 

Evitar los aparatos tecnológicos en la habitación te asegurará un sueño más confortable. Las lucecitas rojas son malas compañeras de cama.

7. La cortina suave

Para el dormitorio, evita las cortinas muy rígidas. Aunque tu objetivo sea tapar toda la luz procedente de la ventana o del balcón para, por ejemplo, poder hacer la siesta, hay opciones más amables que un store, por ejemplo, la cortina doble. El movimiento de correr la cortina forma parte del proceso de despertarse o de acostarte. No te lo saltes.

8. El efecto ¡wow!

Todo dormitorio tiene que tener un efecto wow! Una alfombra en la que quieras quedarte a vivir, una tira de luces que proporcione a la habitación una atmósfera mágica o un baúl a los pies de la cama que sea tan útil como bonito. Las opciones son infinitas. Es lo que dará al dormitorio un halo espacial.

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