Bien por la forma en la que se relacionan socialmente, la cultura, el clima o la gastronomía, las diferencias entre los países pueden ser abismales. Sin tener que salir de Europa, se suele decir que los países del sur son más parecidos entre ellos respecto a los del norte, y viceversa. Al compartir cultura mediterránea y por su proximidad geográfica, tendemos a pensar que Italia es una de las naciones más parecidas respecto a España.

Pero hay ciertas cosas que hacen de manera muy distinta a nosotros. Así lo ve la arquitecta italiana Marta Montecucco, fundadora de MAO Studio, quien al instalarse en nuestro país se adentró en un universo repleto de costumbres dentro de la vivienda muy diferentes a las que estaba acostumbrada. Estas son algunas de las más chocantes para ella:

La lavadora en la cocina en lugar de en el baño

“En Italia, si no hay un espacio específico para lavar, la lavadora se pone en el baño, normalmente en el de servicio. Y si es posible, se hace como una zona previa al baño (que llamamos antebaño), donde se ubica el lavabo y la lavadora, y luego ya en otro espacio el inodoro, el bidé y la ducha. Eso me parece fundamental, porque mezclar el lavado de la ropa con las actividades de la cocina es muy poco higiénico.

Es verdad que en Italia no es tan habitual que haya lavadero, mientras en España sí, especialmente en las viviendas de protección oficial, donde se queda como una extensión de la cocina. Esto conlleva que, muchas veces, la cocina no tenga buena iluminación porque da a un lavadero que está tapado por lamas. Con esta solución se reduce la calidad espacial de la cocina y el lavadero, aunque exista, no está en una ubicación funcional a su uso. Esa conexión entre cocina y lavadero no tendría que existir”.

Baño

En Italia, el interruptor de la luz del baño se suele poner dentro.

Cortesía de Marta Montecucco

La dimensión de las habitaciones

“En Italia, por normativa, las estancias son más amplias, tanto los dormitorios como los salones. Cuando llegué, eso fue algo que al principio echaba mucho en falta. Aunque parezca mentira, entre 8 y 9 metros cuadrados hay diferencia en un dormitorio. Y en los salones también hace la diferencia: en muchas viviendas españolas antiguas te encuentras salones de 16 o 18 metros cuadrados y la casa tiene cuatro dormitorios. ¡Es una locura!"

Terrazas cerradas

"En Italia también se cierran algunas terrazas, pero no es tan habitual como en España. Normalmente en Italia, las terrazas se quedan como un elemento exterior, no se integran dentro de la vivienda. Aquí creo que se empezó a hacer por necesidad, porque el espacio interior es reducido y se necesita ganar metros útiles. Pero creo que ya se ha vuelto algo cultural. Se da por hecho que hay que integrar la terraza, cuando en realidad tiene ventajas indudables, sobre todo en climas como el español, donde realmente se pueden utilizar buena parte del año. Y sobre todo pueden usarse para crear rincones verdes y generar una conexión con la naturaleza desde el interior de la vivienda".

El interruptor del baño

"En Italia, el interruptor del baño se suele poner dentro, como en la mayoría de las estancias. Ese fue un choque cultural muy grande para mí al principio. Aquí entras al baño y si alguien pasa por el pasillo, puede apagar la luz desde fuera sin querer, y tú estas dentro, a oscuras. Parece una anécdota, pero es algo en lo que siempre me fijo".

Mesa de comedor

"En Italia esta´ cada vez más integrado mezclar materiales nobles o clásicos, como el mármol, con materiales contemporáneos e industriales como el metal", dice la arquitecta.

Cortesía de Marta Montecucco

Los armarios empotrados

"En Italia los armarios de las casas antiguas no son empotrados como aquí. Son muebles, hechos a medida, empotrados en un hueco de la pared, pero no están construidos dentro de ella, sino “rellena” el hueco. De esta forma no se pierde espacio ni arriba ni abajo. Es un mueble de suelo a techo, como se hace ahora en las reformas u obra nueva de vivienda. Lo que siempre me ha llamado la atención es que el hecho de que la vivienda tenga “armarios empotrados” a la hora de buscar para comprar o alquilar sea un plus para la casa, como que le otorga más caché, cuando en realidad implica una perdida de espacio y, si tienes que reformar el espacio, implica una demolición".

La convivencia de lo antiguo y lo nuevo

"Y ya entrando en un tema más de materiales y estética, lo que más echo de menos es el diálogo entre lo antiguo y lo contemporáneo. En Italia eso está siempre muy presente. Siempre se tiene en cuenta el alma de una casa, lo antiguo: se intenta preservarlo, mantenerlo, conservar el carácter, pero también los elementos, los materiales. Ese diálogo puede ser por contraste o por mimesis, pero casi siempre hay respeto hacia lo antiguo, incluso hacia lo 'viejo' a secas. Y eso se nota también en el uso de los materiales. Y últimamente en Italia está cada vez más integrado mezclar materiales nobles o clásicos, como el mármol, con materiales contemporáneos e industriales como el metal. Hay más atrevimiento. En España creo que hay más afán de “lo nuevo”. Aunque hay excepciones, en general no hay tanta voluntad de integración entre lo antiguo y lo contemporáneo. Y eso creo que se debe también a una diferencia en la formación académica: en Italia se insiste mucho durante la carrera en el análisis del contexto, en estudiar el entorno, las preexistencias, la historia. Mientras en España la mirada está más puesta en el desarrollo del proyecto como elemento autónomo".