No es raro escucharlas, ni decirlas, pero hay muchas expresiones y palabras bastante habituales en el mundo de la decoración o el interiorismo, que parecen retrotraernos a otras épocas.

Sexismo, clasismo y hasta algo de apropiación cultural se mezclan en muchas de ellas y, por eso, ya ha llegado la hora de decir ¡Basta! Estos conceptos se han quedado anticuados.

Escena de la serie "Matrimonio con hijos"

Habitación de matrimonio

Aunque en muchos hoteles y en muchas descripciones de vivienda se sigue utilizando este concepto... ¿hace falta decir por qué está totalmente desfasado?

En principio, el dormitorio de matrimonio se diferencia del dormitorio doble porque solo hay una cama y esta es de tamaño grande: esto es, está pensada para ser utilizada por una pareja que, se entiende, tiene algún tipo de relación sentimental. Es más, según la descripción se da por hecho que deben estar casados.

Esto lo diferencia del dormitorio doble, pensado para dos personas pero que puede tener dos camas separadas y que puede ser compartido por amigos o hermanos. Sobra decir que hay numerosas cosas mal en todo esto: ¿hace falta estar casados para dormir juntos? ¿En el caso de ser una pareja estamos obligados a dormir en la misma cama siempre? Cada uno gestiona su relación como considera y una nomenclatura no tiene por qué hacernos sentir mal.

La alternativa perfecta en una vivienda sería decir sencillamente dormitorio principal para referirnos al más grande. En un hotel, donde en Europa ya no es nada habitual que se diga “habitación de matrimonio”, basta con decir habitación doble con una cama o con dos camas. Por cierto, de la expresión cama de matrimonio mejor ni hablemos.

dormitorio con ventana casa suecia

Decoración masculina y femenina

Lo hemos escuchado cientos de veces y muchas de ellas por interioristas o decoradores que, en realidad, no tiene mala intención. Pero a veces resulta casi inevitable: los colores más oscuros e intensos y aparentemente tradicionales (véase el marrón, el negro, el azul marino, el verde oscuro...) se suelen identificar con los hombres mientras que los tonos pastel, rosas y derivados del rojo se suelen relacionar más con las mujeres.

Obviamente, es sexista ligar un color determinado a un género y, mucho peor todavía, unir conceptos como lo acogedor y lo delicado a las mujeres y lo sobrio o lo elegante a los hombres.

¿La solución? Hablar eso, de cualidades de una decoración o un interiorismo sin hacer referencia al género ( a no ser que sea para reflexionar sobre ello como hizo Patricia Urquiola con la butaca Gender de Cassina).

Una habitación puede ser acogedora, en tonos pastel, sobria, seria, elegante, desenfadada... Y estos adjetivos se ligarán a las personas que sencillamente comulguen con ellos, sea cual sea el género con el que se identifican (o también si no se identifican con ninguno de ellos).

 

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Baño de cortesía

Como baño de cortesía se conoce al baño, habitualmente más pequeño de nuestra vivienda, en el que permitimos entrar a las visitas.

El baño privado es, sin embargo, aquel destinado solo a la familia y en el que las personas que no viven en casa no suelen entrar. Aunque no sea tan ofensivo como otras expresiones desfasadas... ¿De cortesía? ¿Consideramos cortés permitir que una de nuestras visitas entre a nuestro baño?

Este baño puede tener varias maneras menos absurdas de referirnos a él. Por ejemplo, puede ser el baño social, aunque este nombre pueda parecer un baño destinado a hacer reuniones, o sencillamente baño para visitas. ¿Más formas? Referirnos a él como baño auxiliar, habiendo otro baño principal en la casa, o sencillamente: baño número dos.

 

Palabras anticuadas

Decoración étnica

Según la RAE una etnia es una "comunidad humana definida por afinidades raciales, lingüísticas o culturales".

Entonces, ¿Por qué nos empeñamos en calificar como "decoración de estilo étnico" toda aquella que pueda tener retazos de elementos culturales sacados (en muchas ocasiones de una manera más que cuestionable) de culturas subsaharianas, árabes o andinas? Que quede claro: tan étnicos son nuestros referentes estéticos como los de una persona de otro país o cultura, así que esta expresión no procede en absoluto.

¿Una expresión más correcta para referirse a ello? Es difícil cuando un interiorismo es una amalgama de elementos sacados de contexto y rozan la apropiación cultural pero, sencillamente, podríamos hacer referencia a de qué países o culturas en concreto están sacados los objetos que hemos elegido.

 

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Cuarto de invitados

¿Sigue existiendo el cuarto de invitados? ¿Tiene sentido en nuestra época, en la que no sobran precisamente los metros cuadrados de una casa, reservar un espacio para las visitas? De esto hemos hablado ampliamente con expertos del interiorismo y el debate sigue candente.

Mientras hay algunas opiniones que consideran que sigue totalmente en vigor, sobre todo en segundas viviendas destinadas a vacaciones en las que es habitual tener visitas, otros consideran que la clásica habitación de invitados ha pasado ahora a ser algo que antes no teníamos en cuenta: un despacho para trabajar. En todo caso, está claro que llamarlo cuarto de invitados, cuando no sabemos cuál será la utilidad que finalmente se le dé, es algo que, dese luego, sí está desfasado.

 

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