El dormitorio es nuestro rincón particular, donde nos entregamos a los brazos de Morfeo y dejamos que el sueño nos invada. El lugar del descanso del guerrero. Así que no puede ser un espacio cualquiera. Tiene que responder a altas expectativas, por lo que, además de un buen colchón, unos textiles adecuados y una ventilación perfecta, debe cumplir con un claro objetivo con la llegada del frío: que sea arropado. 

Ya sabes, esa sensación de tranquilidad envolvente que se consigue con ciertos elementos muy cuidados y que, aunque personalísimos, suelen tener en común elementos que nos evocan relajación, calor y confortabilidad. Con esos criterios hemos seleccionado los que más nos han gustado, a ver si opinas lo mismo.

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Dormitorio gris con cuadro en tonos terracota.
CLAUS BRECHENMACHER

Luces y sombras

Luces sugeridas a través de textiles que calientan el ambiente y otorgan intimidad. Materiales en teoría fríos como el microcemento o tonos grises parecen implicar poca calidez, y sin embargo, bien combinados con linos, rosas y sobre todo, luz natural, resultan un acierto.

Dormitorio con paredes negras, techo blanco y silla de diseño.
Design Italy

Dualidad

Un dormitorio puede ser dos espacios a la vez, con dos colores antagónicos, y seguir siendo el espacio perfecto donde sentirse refugiado. Una pared negra invita a la evasión, mientras que una cortina blanca nos separa de la luminosidad de una ventana e incluso, de un espacio de trabajo.

Dormitorio rústico con toque modernos.
Pierre Yovanovitch

Con chimenea

Aunque solo sea porque tiene chimenea, un dormitorio ya es, por definición, arropado, calentito y gustoso. Unos techos altos rematados por vigas de madera vistas y un enorme espacio para estar en él, está claro que también ayudan.

Dormitorio de invierno con cama tapizada y ropa de cama blanca.
Ikea

Estilo mediterráneo

No dejamos de ser mediterráneos, así que todo lo que nos conecte con nuestra idiosincrasia siempre nos va a provocar sensaciones placenteras. Así que un dormitorio donde mandan los azules y los blancos, un cabecero en curva envolvente, madera, libros y una alfombra calentita a los pies, es la expresión de máximo arropamiento a la que podemos aspirar.

Dormitorio con pared de piedra y estilo natural.
EUGENI PONS

Pared de piedra

Pocas cosas nos retrotraen tanto a un lugar arropado como una pared de piedra, porque entonces sabremos que el entorno es rústico y eso, siempre, implica calorcito y ganas de quedarse en casa. Aprovechar ese material natural es mandatory en esos casos, y lo único que hay que hacer es buscar elementos blancos que combinen, una mesa de lectura y una mullida almohada. El resto, llegará solo.

Dormitorio con paredes y mesita de madera.
PICHAN SUJARITSATIT

Todo de madera

Madera de teca, tonos oscuros y una iluminación suave. Este dormitorio en un dúplex de Tailandia, invita al recogimiento y la introspección, a la calma y el aislamiento, en definitiva a descansar cuerpo y mente en un solo espacio.

Dormitorio con banco a los pies de la cama y alfombra de rayas.
VALENTÍN DE MADARIAGA

Una soleada buhardilla

¿Puede haber algo más cálido, arropado y acogedor que una soleada buhardilla con espacio para leer y materiales naturales como la madera de teca y caña o el mimbre? Valentín de Madariaga sabe que no, por eso este dormitorio resulta perfecto.

Dormitorio con banco a los pies de la cama y ropa de cama blanca.
ALVHEM

Aislarnos del ruido

Aislarnos del mundanal ruido, incluido el del resto de la casa, es lo que buscamos cuando cruzamos la puerta de nuestro dormitorio. Por eso, los clásicos siempre resultan tan efectivos a la hora de buscar ese cálido recogimiento. Colores blancos y neutros, una buena funda nórdica, detalles en madera y una alfombra, la combinación ideal del perfecto invierno.

Dormitorio con cuadro y ropa de cama amarillos.
Daniel Schäfer

Un templo de luz

Los ocres y amarillos siempre son sinónimo de calor, resultan acogedores y aportan una luminosidad extra a cualquier estancia. Por eso en los dormitorio su efecto es tan gratificante. En este ático barcelonés reformado, se apostó por un interiorismo muy sesentero que hizo del dormitorio un pequeño templo del arropamiento, con materiales como el lino para la cama o la fibra natural trenzada para el cabecero.

Dormitorio con paredes estucadas.
Eugeni Pons

Tierra y calidez

Sentirnos conectados con la tierra y cualquiera de sus elementos, está demostrado que es beneficioso para nuestra salud. Por eso, cuando elegimos tonos terrosos para nuestro dormitorio, sentiremos esa sensación de calidez y recogimiento que buscamos en un dormitorio. Transmiten serenidad y nos hacen sentir cómodos. Esta casa se inspiró en el agreste paisaje del Alentejo portugués para proyectar el dormitorio.

 

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