En el corazón de Manhattan, en Nueva York, este apartamento en un piso 40 cuenta con unas vistas espectaculares. El interiorismo, con influencias del diseño escandinavo, responde a la personalidad de su propietaria: una joven ejecutiva apasionada por los viajes y la moda. El estudio encargado del proyecto: Soeur Interiors (fundado y dirigido por Larisa Barton) se ha decantado por una estética sencilla y acogedora en la que destaca el mimo que se ha puesto en el uso del color y detalles como la iluminación. Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en Arquitectura y Diseño suscríbete a nuestra newsletter . Un apartamento espectacular en el barrio de moda de Nueva York El apartamento está en un edificio nuevo en NoMad: uno de los barrios más lujosos y de moda de Nueva York. Se trata de un espacio amplio de dos dormitorios que en total cuenta con 158 metros cuadrados. Nada más entrar, se accede a un amplio salón de techos altos (3,3 metros) con orientación sur, este y oeste. En la parte opuesta están los dos dormitorios, que cuentan con amplios armarios, y un baño con revestimiento de mármol. Tonos neutros en la zona de día (con un toque de negro) para dejarle todo el protagonismo a las vistas "Desde el primer momento, la dueña y yo congeniamos enseguida desde el punto de vista estético", comenta Barton. La intención de la interiorista desde el principio era la de priorizar las vistas, que estas hablaran por sí solas. Para ello, y junto con su equipo, se decidió por una paleta de tonos neutros y cálidos, aunque se ha recurrido también a detalles en color negro, véase la mesa del comedor y las patas de las sillas o el armario de la televisión, para añadir una nota de sofisticación. Inspiración en el diseño nórdico Inspirándose en los principios del diseño escandinavo, la interiorista ha buscado dar forma a un espacio cómodo y racional que responda a la vida ajetreada de la dueña. Por ejemplo, la dueña quería incorporar una pequeña zona de bar y, así, Barton se decantó por no diseñar un espacio aparte (teniendo en cuenta su uso ocasional) y en su lugar ha diseñado un armario a pared polivalente que integra una funcional minibarra a una altura ideal para preparar unos buenos cócteles. Blancos y marfiles en el dormitorio para transformarlo en un santuario En el dormitorio principal se ha apostado todo a tonos blancos y marfiles. "Mi cliente lleva una vida muy ajetreada y queríamos que el dormitorio fuera una suerte de santuario para cuando llega a casa", comenta Barton. Una distribución práctica "El mayor reto al que nos enfrentamos en esta reforma fue que la dueña se comprometiera con una distribución de espacios amplios y grandes", dice Barton. La interiorista explica que ella prefería priorizar las vistas, pero que esa decisión impedía que el espacio se ajustara a su forma de vida. "La convencimos de hacer algo más práctico". Finalmente, el proyecto tardó un año y medio en completarse debido a que la mesa del comedor estuvo retenida en Brasil varios meses. Una decoración suave y agradable a través de los materiales y la iluminación Además, Barton buscó conseguir una luz suave y agradable. "Todas las luminarias de techo proporcionan una luz ambiental muy agradable, como la lámpara de cristal natural del comedor o la lámpara de tela del dormitorio", asegura la interiorista, que añade que se centraron en crear una sensación acogedora y de confort que encajara en las líneas limpias y el minimalismo imperante en la decoración. Además, la interiorista ha apostado por materiales naturales como el roble y el mármol Calacatta Borghini (por ejemplo en el baño), junto con textiles con mucha textura. En las paredes, el yeso se utiliza en distintos formatos para añadir una nota natural sin restar luminosidad al espacio.