En lo que antes era un edificio donde los escolares circulaban por los pasillos y aprendían en altísimas aulas, en el distrito de Oud-Charloism de la ciudad holandesa de Róterdam, vive ahora la interiorista Nannette van der Vooren. Su larga experiencia –ha trabajado nueve años con el diseñador Piet Boon– y su gusto por lo esencial se han impuesto en esta reforma en la que no ha habido concesiones a la nostalgia. Elementos de la época en que se levantó la construcción, a principios del siglo pasado, como las viejas baldosas hidráulicas, no se conservaron porque Van der Vooren tomó la drástica decisión de crear un espacio totalmente nuevo que ofreciera un estilo y un confort acorde con nuestros días, fusionando aulas de una altura impresionante, de más de cuatro metros, y largos pasillos, y desplazando la escalera a una esquina del estar.

Las largas perspectivas, los materiales nobles y naturales, los armarios que ocultan todo lo que pueda perturbar la mirada, y un buen diseño de iluminación son la base de este proyecto pues la luz natural y los espacios despejados aportan energía y felicidad a Nannette. Las paredes están acabadas con yeso natural, con un efecto empolvado que resulta suave y relajante, algo que también transmiten el mobiliario elegido (en el que hay diseños de Piet Boon), los objetos decorativos de color blanco y las obras de arte de su colección particular. Las dimensiones del espacio la han obligado a elegir piezas en proporción a ellas, y el conjunto da una sensación inmediata de riqueza y volumen.

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casa interiorista nannette van der vooren
Kasia Gatkowska / Photofoyer

Una chimenea se convierte en el punto focal del salón cuando los asientos se organizan en torno a ella.

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Junto a la escalera que conduce al altillo se ha hecho un mueble a medida diseñado por la interiorista, que se utiliza como banco y estante. Los cojines son de la firma Philomijn.  El suelo es de tablas anchas de madera de abeto con grandes nudos en su relieve.

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Kasia Gatkowska / Photofoyer

La cocina, con una buena entrada de luz natural, tiene un bloque flotante, acabado con hormigón encerado, en el que el fregadero y la placa de inducción se integran a la perfección. El suelo es de mármol travertino en tonos grises.

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Kasia Gatkowska / Photofoyer

En el luminoso comedor, la mesa es de House Doctor, con sillas CH24, de Hans J. Wegner para Carl Hansen & Søn. En el mobiliario se ha optado por el negro para crear un fuerte contraste con el envoltorio blanco del espacio. Los candelabros son de K’willem in huis.

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Kasia Gatkowska / Photofoyer

Nannete van der Vooren ha aprovechado la altura de las antiguas aulas de la escuela que ocupaba antes la casa para ubicar su estudio de interiorismo en el nivel superior. Tuvo que comprar casi todo el mobiliario para adaptarlo a las dimensiones de su nueva vivienda.

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Kasia Gatkowska / Photofoyer

Dos ventanas con carpintería de cuarterones dejan entrar la luz y el verde al salón, creando reflejos de luz y sombra. La mesita auxiliar es de K’willem in huis, con un servicio de café, de Bolia. Lámpara de pie Sofisticato, de Koen Van Guijze para Serax.

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Kasia Gatkowska / Photofoyer

El proyecto ha optado por situar la escalera que conduce al piso superior en un rincón del salón, restándole protagonismo en el espacio con el fin de que la casa se perciba como una unidad y no como dos plantas comunicadas por una escalera. Una obra de su colección de arte aporta vida y color a este espacio de transición.

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Kasia Gatkowska / Photofoyer

La fotografía es de Desirée Dolron, una fotógrafa artística cuya obra fascina a Nannette por su lenguaje, de una serenidad clásica. Butaca, de IKEA, tapizada por Marktplaats en el mismo blanco empolvado que los otros asientos del salón. Mesita Klink, de Piet Boon.

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Kasia Gatkowska / Photofoyer

Otra obra de la fotógrafa Desirée Dolron.

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Kasia Gatkowska / Photofoyer

En todas las estancias, ya sea la habitación infantil o en el dormitorio principal, la diseñadora disfruta mostrando intencionadamente la textura de la madera, de los tejidos de hilo o el efecto del yeso natural.

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En el suelo del baño se ha colocado el mismo travertino gris plateado que en la cocina. Lavabo doble de Corian y grifería Gun Metal, diseño de Piet Boon para Cocoon. 

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Kasia Gatkowska / Photofoyer

Lámparas de pared, de Nosta, e interruptores, de Sumum.

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En el baño de cortesía, un lavamanos contenido en un bloque vertical de cemento encerado, situado bajo la entrada de luz natural y encajado en una hornacina. La grifería, de acero acabado en color negro, es el modelo PB SET01, diseño de Piet Boon para Cocoon. En el alféizar de la ventana, un candelabro de la firma K’willem in huis.

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Kasia Gatkowska / Photofoyer

El cabecero, hecho a medida, está confeccionado con el mismo tejido que la ropa de cama. Lámpara de pared, de IKEA.