Partiendo de elementos básicos de la arquitectura, los arquitectos de Hanghar han logrado crear un juego de geometrías espaciales muy definidas en esta casa reformada en el centro de Madrid. "Básicamente creamos una retícula que subdivide el espacio, con vanos que, repetidos varias veces, configuran una experiencia espacial diferente y generan continuidad visual. Es un recurso que podemos ver, por ejemplo, en palacios barrocos. No nos gusta inventar el fuego. Hacemos proyectos innovadores pero partiendo del 'abcd' de la arquitectura", nos explican desde el estudio.

La vivienda, de 65 metros cuadrados, plantea así un sistema flexible con estancias comunicadas entre sí que pueden ser habitadas de múltiples formas, según las necesidades de sus habitantes. Los únicos elementos que generan una referencia visual más sólida son la chimenea o el mobiliario de la cocina. La superficie del espacio original de la casa está dividida en estancias simétricas de 3,5 x 3,5 metros, generando una uniformidad o isotropía espacial que solo queda desequilibrada por la entrada de luz natural a través de las ventanas.

El uso de superficies de espejo, contribuye a potenciar la experiencia espacial inmersiva. "Una superficie espejada que genera una ficción espacial que amplifica al mismo tiempo que distorsiona los límites de la vivienda", explican en Hanghar. La luz y el reflejo, rebotan y potencian así el juego geométrico. Los materiales también tienen un papel importante en este diálogo de formas visuales. El suelo, del color de las baldosas de barro cocido, y los techos, de esmalte plástico, contribuyen a que las estancias sean como cajas en blanco sencillas y directas.