Equilibrar la aparente sobriedad de un banco con un proyecto que se aleje de lo anodino ha sido la propuesta de María Lozano, fundadora del estudio TheDreamLab (conocido también por su abreviatura D' Lab) para el nuevo centro de negocios de Banco Europeo en Madrid. María es una apasionada del cromatismo y las formas orgánicas, y eso se nota en este trabajo.

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Sala de reuniones bajo techo abovedado con jardín interior
Germán Saiz

Una joya arquitectónica

El estudio se ha ocupado de renovar la planta baja de un palacete de comienzos del siglo XX en el barrio de Salamanca, que fue embajada de Alemania hasta la Segunda Guerra Mundial.

La sala de reuniones, bajo un techo abovedado, se abre al jardín interior. Mesa Essens, de Jonathan Prestwich para Inclass; sillas Rely, de Hee Welling para &Tradition; lámparas Under The Bell, de Iskos-Berlin para Muuto, y suelo, de Bolon.

Zona lounge con sofá, mesa y lámpara
Germán Saiz

Amplitud y elegancia

En total, la intervención ha abarcado 500 metros cuadrados en los que se encuentra el nuevo business center, que comprende un vestíbulo de entrada, un espacio central para eventos con una pequeña zona lounge, cinco salas de reuniones, una sala multifunción, una kitchenette, aseos y zona de servicio.

Todas las estancias siguen un estilo similar, con el foco en la sofisticación y en el diseño. 

La zona lounge, con sofá Gran K, de O. y L. WeissKrogh para Kragelund; mesa Podia, de Ferm Living, y lámpara Atom, de Aromas del Campo.

Cocina con taburetes y vistas al jardín
Germán Saiz

Preservar el entorno original

"Uno de los requisitos del cliente fue que se respetara y ensalzara la arquitectura del edificio original", nos cuenta la autora –no en balde la fachada del palacete y el jardín interior están protegidos por patrimonio–.

"Hemos introducido el verde para que los espacios sean una extensión de este oasis en el centro de Madrid". María Lozano, TheDreamLab.

En la cocina, taburetes Bob H75, de Nadia Arratibel para Ondarreta. El papel de la vegetación está presente a lo largo del edificio, y un ejemplo de esto es la imponente planta de la cocina

Vestíbulo con sofá Rico y suelo con baldosas
Germán Saiz

Con la vista en el futuro y honrando el pasado

"Era importante utilizar materiales nobles que dialogaran con los existentes: madera, latón, piedra. El diseño debía ser moderno, elegante y sobrio, sin filigranas innecesarias. Una arquitectura que mirase al futuro, respetando el pasado".

El vestíbulo, con sofá Rico, de Ferm Living. Las baldosas en tonalidades rojas y blancas de forma triangular son todo un acierto en esta estancia. Aportan vitalidad al espacio y combinan a la perfección con el verde de las paredes. 

Vestíbulo con mesa, escalera y suelo con baldosas
Germán Saiz

Detalles en verde

La paleta de colores genera una atmósfera elegante y cálida, con toques en color verde.

"El uso del verde no solo remite al color corporativo del banco. También queríamos dar protagonismo al espectacular jardín interior, introduciendo el verde para que todos los espacios se sintieran como una prolongación de este oasis en el centro de Madrid".

El vestíbulo, con mesita High Slit, de Hay.

fachada y jardín interior del edificio
Germán Saiz

Diseño, funcionalidad y diversión

Con ello, el estudio ha cumplido las tres F que son su santo y seña: Forma, Función y Fun; diseño, funcionalidad y diversión. Es decir, ha conseguido reconvertir un antiguo palacio de principios del siglo XX en la sede del Banco Europeo, un espacio que apuesta por la modernidad y la sobriedad. 

El proyecto respetó la fachada y el jardín interior, protegidos por patrimonio. También se restauraron los suelos y la escalera del vestíbulo y la zona de recepción –encima–, ambos de mármol. En esta última área se instaló también una mesa de bronce cepillado y panelados de madera alistonados.