11 edificios para conocer al modernista Domènech i Montaner en el 100 aniversario de su muerte

Construido entre 1880 y 1882, el edificio que acogía la editorial Montaner i Simon fue el primero del barrio de l'Eixample que integraba la tipología y la tecnología industrial en el centro urbano, combinando hierro y ladrillo visto. La fachada de la editorial, hoy convertida en la Fundació Antoni Tàpies, es un manifiesto antiacadémico en el que las referencias al estilo gótico y los de símbolos heráldicos se mezclan para obtener un estilo propio. 

Una de las principales características del Palau de la Música es su unidad compositiva, pese a la gran variedad de colores y formas decorativas. Haciendo el paralelismo con la música clásica, podría compararse a la obra de Bach. El interior es uno de los espacios más extraordinarios construidos en Europa a finales del XIX, principios del XX. En él, podemos encontrar figuras alegóricas relacionadas con el mundo de la música y un gran lucernario central que es el centro de todas las miradas. 

La Casa Fuster supone para el arquitecto el desafío de componer una fachada con el aumento de huecos que una casa moderna de vecinos supone respecto a la tradición clásica de la arquitectura. La fachada de Casa Fuster, hoy un elegante hotel, se curva, subrayando la importante secuencia urbana del fin de Paseo de Gracia. En el techo de la entrada hay esculpidos unos nidos de golondrinas, una mirada a la vida cotidiana muy frecuente en Domènech i Montaner. 

El interior de la casa Lleó i Morera no solo destaca por el refinamiento y la calidad del artesonado, esculturas, mosaicos, pinturas, marcos, mobiliario y vitrales, sino por la equitativa distribución de todos estos detalles desde la planta principal hasta la última de las viviendas. El encanto de la fachada se mantiene, a pesar de la amputación sufrida en sus adornos y en la planta baja en 1943. En 1988 los arquitectos Óscar Tusquets y Carles Díaz emprendieron una reforma.

El Hospital constituye la obra de más envergadura y trascendencia urbana de Domènec i Montaner. Ocupa una supermanzana de ¡13,5 Has.! La utilización del material cerámico vidriado hace de Sant Pau el ejemplo modernista más importante de Europa. La Torre del Reloj fue rehabilitada en 1990 por los arquitectos Gil Nebot, Margarit y Buixadé. Los pasillos del pabellón de Administración están decorados con cerámica, y sus espléndidas vidrieras crean una especial y acogedora atmósfera. 

La decoración exterior del Palau Montaner opera sobre una estructura arquitectónica bastante convencional, cambiando su carácter académico. El episodio del gran Hall del Palau Montaner, desarrollado a doble altura a la manera de la Sala Principal de un castillo, incluye todas las técnicas y "patterns" decorativos que Domènech ya había desarrollado en sus anteriores obras.  

El proyecto inicial de Domènech i Montaner tenía una menor altura, pero su yerno, F. Guàrdia i Vial, añadió cuidadosamente las dos plantas intermedias sin que la casa perdiera su unidad conceptual. La entrada al taller de J. Thomas, uno de los más prestigiosos impresores de Barcelona, fue recuperada gracias a la remodelación llevada a cabo por Cristian Cirici para la tienda de muebles B.D. Barcelona.

La sala anterior de La Fonda es una ensalada de decoración cerámica e interpretación heráldica. El comedor interior es una mágica pecera donde nadan las sirenas y su zócalo-colgador es una de las piezas más extraordinarias de diseño creadas por Domènech. 

Diseñado para albergar el Café-Restaurant, el principal restaurante de la feria durante los meses que duró la Exposición Universal de 1888, el Castillo de los Tres Dragons forma parte a día de hoy del Museo de Ciencias Naturales. Ubicado en un extremo del parque de la Ciutadella, el Castillo de los Tres Dragones debía funcionar como reclamo arquitectónico. Sin embargo, algunos problemas durante la ejecución de las obras, llevaron a Lluís Domènech i Montaner a abandonar el proyecto, que acabó otro arquitecto cuando ya quedaba poco tiempo para clausurar la feria. 

Situada en el Paseo de Blay de Olot, la casa Solà Morales ha sido declarada bien cultural de interés nacional. Dividida en tres cuerpos superpuestos, Domènech y Montaner la construyó entre 1912-1916. El primero, con una puerta de acceso de arco rebajado a cada lado, está decorado con elementos que recuerdan los desaparecidos bajos de la casa León-Morera. El segundo está totalmente recubierto con esgrafiados. Y el tercero está formado por una galería seguida de falsos arcos y el tejado.

Este edificio marcadamente modernista fue ideado por Lluís Domènech i Montaner como residencia para Ricard de Capmany en Canet de Mar. Las obras acabaron en 1892 y la casa destaca por el uso del ladrillo, el hierro y la cerámica. Ca la Bianga se nos aparece como una fantasía o un capricho lleno de detalles y formas geométricas variadas que lo convierten en un castillo o en una iglesia con su campanario.