En su canal de YouTube, el interiorista Abel de González comparte trucos e ideas para mejorar la forma en que vivimos. En uno de sus últimos vídeos, charla con la arquitecta Lucía Bravo, fundadora de LB Arquitectura, para reflexionar sobre el entorno doméstico y cómo nos relacionamos con él. Más allá de los lugares comunes del mercado inmobiliario, Lucía plantea algo que puede parecer paradójico, pero tiene mucha lógica y sensatez: para comprar casa, hay que empezar por el final. “Si quisiera comprarme una casa ahora mismo, seguiría el método cangrejo”, dice. ¿Y si, en lugar de buscar metros cuadrados, ubicaciones o promociones nuevas, empezáramos por nosotros mismos?

Comprar o reformar, según la arquitecta Lucía Bravo

Elebe Arquitectura Casas Madrid scaled 39c4019b

Lucía lo tiene claro: “Hay poca oferta en el mercado y mucha gente compra algo que no es lo que quería”. Y lo dice con conocimiento de causa. Cada vez ve más casos de personas que adquieren una vivienda nueva, solo para acabar reformándola. “Al final, pagas el precio de lo nuevo y encima tienes que rehacer espacios. Eso encarece todo”.

La clave está, según ella, en saber desde el principio qué se necesita. No es una cuestión de metros o acabados, sino de adaptación. “Una casa reformada puede tener más sentido si sabes lo que buscas: más metros, una mejor distribución o, simplemente, una cocina con ventanas”, explica. A menudo, una vivienda de segunda mano con una reforma estratégica no solo es más económica, sino también más ajustada a lo que realmente se necesita.

¿Qué es el método del cangrejo? Lucía Bravo lo explica

Lucía lo llama así porque, como el crustáceo, camina hacia atrás. “Empiezas por el final: ¿cómo quieres vivir?, ¿cuántos sois?, ¿qué presupuesto tienes?, ¿qué espacios necesitas?”. A partir de ahí, se retrocede. Se definen los metros mínimos, las prioridades, las concesiones. Solo entonces se empieza a buscar. “Así evitas frustrarte con casas que no se ajustan. Vas al grano”, afirma.

De esta forma, el método del cangrejo no es solo un truco mental, es una herramienta concreta para enfocar la búsqueda con claridad. Y funciona: “Filtras por precio y metros útiles, y ya reduces el abanico realista. Lo demás, lo valoras después”.

Qué mirar en una casa para reformar

mini reforma

Bravo insiste en que no todo se puede transformar. Por eso, antes de dejarse llevar por las fotos, hay que mirar el estado del edificio, la distribución existente y, sobre todo, la estructura. “Si no puedes mover muros, solo vas a poder aprovechar un 30% de lo que querías. Entonces, no compensa”.

Otro punto esencial: la luz natural. “Si no hay al menos cuatro ventanas, yo no sigo. No compensa por muy bonita que sea la reforma”, asegura. También recomienda consultar el registro de la propiedad y la última inspección técnica del edificio. Solo así se sabe realmente qué se puede hacer.

Reformar con cabeza: presupuesto, IVA y financiación

Sobre el coste de reformar, Lucía es clara: “Calcula unos 1.100 € por m², más un 21% de IVA. El 10% solo se aplica si los materiales no superan el 40% del total, y eso rara vez se cumple”. Y añade: “Si el banco financia hasta un 30% extra sobre el valor de la vivienda, puedes plantearte una reforma sin vaciar tus ahorros”.

En su experiencia, lo nuevo pierde el encanto rápido. Lo reformado, en cambio, se adapta. “Tú decides dónde va cada ventana, qué materiales usas, cómo fluye la luz. Esa es la diferencia entre habitar un espacio o adaptarte a él”.