Cuando hay más de 420.000 personas pendientes de lo que digas o muestres, es fácil que a alguien esa pose le parezca de mal gusto o ese escrito lo vea fuera de lugar. Sin embargo, agradar a todo el mundo es algo que nunca ha perseguido esta pizpireta diseñadora, DJ, pintora, editora… De hecho, seguramente, el secreto es que huye del 'complacer al desconocido' como un rayo. Porque sabe, mejor que nadie, que crear una senda particular y única -y no traicionarla-, es la manera de seducir.

Eres hija de la era digital, pero también de Lydia Delgado y del cantante Sergio Makaroff, ¿cuál es tu primer recuerdo relacionado con el arte?

Me vienen a la mente encuentros donde mi padre tocaba la guitarra junto a otros amigos de mi madre, eran cenas informales donde se reunían artistas de todo tipo y conversaban sobre diferentes temas. Por otro lado, mi abuelo era un apasionado de la fotografía. También mi madre dibujaba en casa esquetches para sus diseños de ropa. Así que he tenido la gran suerte de nacer y criarme en un entorno creativo donde el arte era algo muy aceptado y bienvenido.

Esta mesa de Sancal es su zona preferida. "Puedo estar horas sentada trabajando, pintando, viendo películas o jugando a juegos de mesa".

¿Cómo era tu habitación de adolescente?

Mientras los demás niños de mi edad escuchaban Laura Pausini, las paredes de mi habitación estaban pintadas de negro con la cara de Marilyn Manson y miles de fotos y pósters suyos por todos los rincones. Como mi adolescencia fue un poco turbulenta, me gustaba escuchar su música y sentir que alguien también padecía la misma ira y frustración que yo. Era una época bastante dark. Recuerdo que mis amigas venían a casa y me decían: “No entendemos cómo puedes dormir aquí”.

¡Jajaja! ¡Hasta tu WC estaba pintado de negro! Luego, ¿en cuántas casas has vivido?

No en muchas, la verdad. Empecé a viajar cuando tenía 25 o 26 años, que es cuando pude ganar un poco de dinero. Cuando era pequeña, no tuve la oportunidad de moverme mucho, hasta que mi madre se casó con un hombre que tenía familia en Londres. Pero, antes, casi no había salido de Catalunya. Con lo cual, mi objetivo al hacerme mayor era viajar lo máximo que pudiera. Dicho esto, siempre he tenido mi residencia en España.

"Amo el azul klein, inicialmente quería pintar las estanterías de ese color, a fin de combinarlas con la paredes salmón y las lámparas naranjas pero pensé que sería más acertado usar tonos menos contrastados".

Y, ¿qué características se mantienen en todas ellas?

Lo que siempre he intentado es tener muebles y objetos de colores vivos y alegres que me evoquen algún lugar caribeño y cálido. Me gusta entrar donde vivo y que parezca que estoy de viaje. Las plantas varias y mis cuadros colgados en la pared son una característica en común.

¿Con qué objetos te identificas?

He ido coleccionando figuritas de cerámica y porcelana vintage, no obstante, ahora me he cansado de tener objetos tan pequeños. Me gusta más uno grande, como un jarrón o una figura más geométrica y conceptual de colores bonitos. Creo que con lo que más me identifico es con mis cuadros ahora mismo, ya sé que queda un poco raro que lo diga yo pero tienen un no-sé-qué que hace que la sala se vuelva alegre y llena de vida. Me dan buen rollito…

"Siempre había tenido el sueño de pintar mi habitación de rosa y este año lo llevé a cabo. ¡Quedó de ensueño! Moqueta rosa, paredes rosas, techo rosa, armarios rosas y cama y cabecero rosa. Una verdadera tartita de fresa y nata que no empacha".

¿Y prenda de ropa?

Con cualquier pieza rara, ecléctica y de buena calidad.

¿Qué opinas del diseño español, en general?

Me parece que España es un lugar lleno de talento y de artistazos. Estoy contenta porque, poco a poco, estamos llegando a un público mucho más internacional que antes y se nos está dando el valor que merecemos. España es lo máximo y la creatividad que sale de aquí es espectacular. Tenemos que estar orgullosos y seguros de nosotros mismos.

"Hasta este piso, que hemos terminado hace poco y del que me siento orgullosa, el único lugar bello y bien decorado en el que he vivido fue el apartamento de mi madre, durante mi infancia -hasta los 22 años-", se sincera Miranda.

¿Cuánto habla tu casa de ti?

Este piso refleja mucho cómo soy y mis gustos. Todas las estancias están pintadas de colores muy alegres pero nunca demasiado estridentes. Escogí tonos pastel como lila, salmón y un verde maravilloso. En la habitación, combino el rosa con una cortina de conchas que traje de Tailandia y mesitas de noche a medida, también rosa y beige. Lámparas chinas pintadas a mano en el techo, que compré por una página rarísima de internet. Dormir allí es una sensación súper gustosa y envolvedora. El rosa es naif pero también sexy y travieso.

¿Qué haces en casa que nadie se imaginaría?

¡Los vecinos deben flipar! Me grabo a mí misma con unos looks frikísimos y haciendo unas cosas que desde fuera tienen cero explicación. ¡Jajaja! Parezco una chalada (bueno, igual lo soy). Supongo que es entretenido verlo desde fuera.

"No me suelen gustar los muebles antiguos y toscos de madera oscura o distribuciones laberínticas", reconoce.

¿Qué valoras y buscas en una casa?

Lo tengo clarísimo. Espacios amplios y diáfanos. Techos altos y pocas estancias pero grandes. Un lugar con mucha capacidad para guardar ropa, porque soy muy amante de coleccionar piezas especiales. Cuando viajo, me encanta encontrar prendas exclusivas en pequeñas tiendas regionales. Y lo que busco con muchas ganas e ilusión es tener una casita con jardín y poder crear así mi pequeño paraíso, algún día. Flores, palmeras, gatos y un estudio para pintar en medio del edén.

¿Hay alguna disciplina artística que te quede por descubrir?

La escultura, por ejemplo. Me encantaría aprender también a hacer cerámica. Y ayer se me ocurrió que me gustaría hacer lámparas. ¡Ah! Y muebles, me fascinaría diseñarlos.

"mi abuela pintaba unos cuadros preciosos aunque, como tenía que pasar la mayor parte del tiempo siendo ama de casa, no pudo desarrollar su pasión, una pena".

Artistas. ¿Con cuáles te quedas?

Fernand Leger, Tom Wesselman, Matisse, Picasso, Miró, Henri Rousseau, David Hockney, Tracey Emin, Claes Oldenburg, Christo Vladimirov, Louise Bourgeois, Magritte, Cindy Sherman, Calder, Jean Arp, Jean Cocteau...

Sigo varios artistas contemporáneos en Instagram como Oh de Laval, Katie Stout, John Yuyi,Filip Custic, Danny Fox...

¿Diseñadores?

Lydia Delgado, por supuesto.

Asimismo, Elsa Schiaparelli, Thierry Mugler, Vivien Westwood, Simone Rocha, Dilara Findikoglu, Sibilla, Palomo Spain, etc. Me encanta la silla de Mariscal con colores primarios que hizo en el 81. Y toda la esencia en el diseño gráfico de la década de los 80's. También amo los diseños emblemáticos que salieron de La Bauhaus o diseñadores de los 70's como Verner Panton.

¿Y arquitectos?

Mi mega favorito es César Manrique, me alucinan todas sus creaciones incluyendo sus cuadros, sus colaboraciones y toda su ideología. Es mi ídolo en todos los sentidos.

¿Qué opinas del fast fashion/fast deco?

Como mi madre siempre ha sido una persona amante del producto artesanal, producido en pequeñas cantidades y creado con verdadero amor, aprendí a valorar que las cosas son mejores cuando están hechas para durar, usando materiales de buena calidad. Así, se apoya a un comercio más local. Entiendo que para las grandes marcas sea complicado hacer un producto de estas características pero aprecio que se esté poniendo énfasis en la creación de prendas o muebles sostenibles, que respeten cada vez más el planeta.

¿Cuál es la Playlist de Miranda?