Los vidrios que salen de sus hornos son la metáfora misma de su historia, la de una frágil resiliencia demostrada por 305 años de hacer artesanalde la misma familia, en la misma isla y bajo el mismo nombre. Muertes prematuras, guerras varias, crisis económicas, revoluciones industriales, modas y modismos la han sacudido, pero nunca derribado y, sin perder su esencia ni su fórmula (antiquísima y tan secreta como la de la Coca-Cola), la novena generación (han leído bien), formada por los cinco hijos de Daniel Aldeguer Gordiola, sigue fabricando esas cristalerías y lámparas de araña que toda familia mallorquina se enorgullece de pasar a la siguiente generación.

a pleno pulmón - vidrio soplado

En primer término, jarra azul Carpata y copa bicolor Soraya, en honor de la mujer del sha de Persia, una de las piezas más complicadas. Detrás, candelabro Palmera Hoja, jarra verde Aracne y frutero de vidrio verde Samos.

Neus Pastor

Ellos, además de continuar la producción con cuatro maestros sopladores en la fábrica que construyera su padre en Algaida en los años setenta, siguen dando pasos adelante: el último, lograr que el vidrio mallorquín sea reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

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Plato decorativo Isla.

neus pastor

Guardianes del conocimiento

Algunas cosas casi no han cambiado desde que Gabriel Gordiola, catalán, y Blas Rigal, aragonés, se asociaron y decidieron mudarse de la Península a Mallorca para montar y explotar un horno de vidrio. El primero era el capitalista y alquimista, creador de las fórmulas químicas para vitrificar; el segundo ejecutaba y soplaba.

"Aún se mantiene el sistema gremial medieval, pero adaptado a la empresa: maestro, ayudante, aprendiz... Los que tenemos se han formado con nosotros. Hay un horno de fundir y otro de trabajo con cuatro bocas, una por maestro. Cada uno tiene su sello y su especialidad, lo puedes ver. Se trata ante todo de que el oficio no se pierda", explica Marisa Aldeguer Palou, galerista de arte, pero que ha dedicado muchas horas al horno. Como sus tres hermanas y su hermano, ella nació encima de la manufactura cuando estaba en La Portela; luego cambió de lugar.

Gordiola ha sabido adaptarse al signo de los tiempos. Nació con vocación utilitaria, soplando piezas prácticas: porrones, vinagreras, botijos y botes de boticario en un estilo que bebía de las tradiciones catalana y aragonesa, en ese vidrio grueso con imperfecciones (cuerdas en el argot) que llevan a gala porque demuestran que ellos realizan todo el proceso mezclando los ingredientes con su fórmula. Fue Bernardo, el hijo del fundador, quien la refinó trayendo desde Italia decoración y florituras.

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Botella Archiduque con detalles ámbar, en honor del archiduque Luis Salvador de Austria, que degustaba sus licores en una igual.

Neus Pastor

Al morir Rigal en 1760, su padre le hizo venir de Venecia, donde lo había enviado a trabajar con la familia Barovier. Comenzaron a hacer "arañas y lucernas para alumbrar los palacios de los reyes de Europa y otras mansiones principales de los grandes de la tierra", rezaba la portada de un catálogo. Rimbombante aunque ciertísimo. Entonces y ahora.

 

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Jarra azul Carpata

Neus Pastor

A fecha de hoy Michelle Obama, la reina emérita, Pedro Almodóvar, la familia March o el decorador Michael Smith son clientes fieles. Óscar de la Renta, anfitrión exquisito, tenía debilidad por sus cristalerías. Las copas Soraya y Pahlevi, que requieren a tres artesanos trabajando en equipo, son un homenaje a la "princesa de los ojos tristes", pues la familia real iraní animó a Daniel Aldeguer a montar una fábrica en ese país antes de la revolución de los ayatolás.

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En la otra fotografía, el maestro vidriero Jaume soplando una pieza.

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Y a la tercera...

Gabriel Gordiola, tercera hornada, fue el verdadero creador del ADN de sus vidrios en la primera mitad del siglo XIX pues abandonó influencias anteriores y se puso a diseñar en vidrio verde objetos decorativos como peces o floreros. En 1900 se añade el color topacio, los únicos tonos junto con el transparente que trabajan para sus fórmulas.

"Es muy rústico, incluso rudo, pero tiene el encanto de la cercanía que no tiene algo sofisticado", comenta Marisa. Siguiendo con la línea del tiempo, por diversas vicisitudes, en 1960 su padre Daniel Aldeguer Gordiola fue el único heredero de la tradición. Decide dejar la abogacía y dedicarse a ella. Con él, la vidriera vive su edad de oro.

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El maestro Jaume dando forma en el horno de trabajo a un cisne, una de las piezas decorativas más delicadas del catálogo.

Neus Pastor

"Coincide además con el boom del turismo que ha sido un impulso", comenta su hija. Se abrió tienda en el centro de Palma para que el viajero se llevase algo más que un souvenir. Arqueólogo aficionado dedicado en su juventud a buscar los primeros hornos romanos que hubo en la isla o a desenterrar vidrios fenicios, romanos e hititas en excavaciones por Asia y África, en la nueva fábrica que levanta, y que hoy es una atracción turística más de la isla, inaugura un Museo del Vidrio, donde además de recopilar piezas de los trescientos años de Gordiola reúne una colección de objetos antiquísimos de todo el mundo.

 

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La manufactura de Algaida fue construida por Daniel Aldeguer Gordiola en los años setenta. Vista de la nave de los hornos, inspirada en el castillo gótico levantado por Jaime II de Mallorca en Perpiñán.

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Despejar incógnitas

A día de hoy Gordiola se enfrenta a nuevos retos. La continuidad de la técnica del soplado: "Intentamos que los que entran a trabajar se enamoren del oficio, se emocionen; si no sienten esa emoción la pieza no sale igual", apunta Marisa.

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Las gotas de vidrio son catas que se hacen a diario para comprobar la calidad y la tonalidad del vidrio en los distintos colores.

Neus Pastor

El altísimo coste de fundir: tanto por el precio del combustible con el que se realiza esta tarea, que nunca se apaga, como por conseguir madera para alimentar el horno de trabajo. Y ese traspaso a la décima generación. Resolviéndolos están, pero con algo muy claro: "Siempre defender el producto; somos una empresa, pero pequeña y artesana", continúa. Que es justo lo que quieren y deben seguir siendo.