¿Os acordáis de Lost in Translation? Al personaje de Bill Murray, por un lado, y al de Scarlett Johansson, por el otro, les tocaba vivir en un hotel por diferentes razones. Y tú, ¿vivirías en un hotel?

Nadia Kruka vive en el hotel Alda Sada Marina desde hace casi dos años. ¿Qué le llevó a vivir así? "Coincidió que en aquel momento tenía previsto cambiarme de piso. Por cuestiones personales y económicas, el piso en el que vivía me quedaba grande y entonces inicié la búsqueda", recuerda. "Cuando me entero de la posibilidad de vivir en el hotel, me acerco a averiguar y realmente todo fueron facilidades", añade.

En 1937, François Kollar realizó una sesión de fotos de Gabrielle Chanel en su 'suite' del Ritz Paris. "El Ritz es mi hogar", declaró la reconocida diseñadora.

Muchas de las personalidades más icónicas del siglo XX pasaron sus días en un hotel. Coco Chanel decoró su habitación del Ritz de París a su gusto: con pantallas lacadas, espejos dorados y una banqueta de terciopelo. Oscar Wilde también terminó sus días en un hotel de la capital francesa, aunque lo hizo con menos lujos y menos dinero.

Hoy, no hace falta dedicarse a algo creativo para plantearse esta opción. Trabajadores del sector educativo y del sector sanitario se alojan en régimen de larga estancia, como comenta Raquel Silva, del departamento de Marketing y Comunicación de Alda Hotels. "Ofrecemos tarifas especiales , personalizadas según las demandas de nuestros clientes. Lo habíamos empezado a idear justo antes de la pandemia y, una vez reabrimos nuestros hoteles, retomamos esta iniciativa con muy buena acogida", explica.

Aunque tenía vértigo, en la película 'Pretty Woman', Richard Gere vivía en el último piso de un hotel porque "era el mejor".

La pandemia, también, llevó a Assumpta Baldó, propietaria de Casa Mathilda, en Barcelona, a replantearse la oferta de su establecimiento, un Bed & Breakfast boutique. "Ajustamos los precios para que saliera una tarifa mensual aceptable", informa. Pasada la pandemia –o casi– ha regresado a la normalidad. "Ahora volvemos a tener tarifas por noche, lo habitual en los hoteles. A tanto por noche, ¡es difícil que nadie se instale a vivir en un hotel! Aunque nada es imposible claro y siempre habrá excepciones", reflexiona.

Para Nadia Kruka, todo son ventajas: "No hay que presentar avales ni pagos por adelantado", cita. "Sin olvidar la comodidad, la ubicación y la agradable sensación de estar rodeada de gente que, frente a cualquier problema, pueden ofrecer una solución". Y añade: "Es mucho mejor de lo que me imaginaba... Destaco, por encima de todo, la comodidad y la calidad de vida que obtengo".