Seguro que alguna vez te has preguntado por qué unas estancias parecen un todo coherente y equilibrado mientras que otras son solo un conjunto de elementos inconexos que no logran su objetivo. Una de las posibles respuestas es que en las primeras se han ayudado de un punto focal alrededor del cual se disponen el resto de elementos.

¿Cómo saber cuál es el punto focal?

¿Qué es el punto focal? A grandes rasgos podría definirse como el elemento que capta inmediatamente la atención al acceder a una estancia. Es importante aclarar que no tiene por qué ser el elemento más grande, sino algo que sirva de punto de partida para empezar a decorar.

En numerosas ocasiones es una pared la que funciona de punto focal. Esto puede deberse bien a que sea la primera que se percibe al entrar en una habitación, o bien porque cuenta con algo que la hace especial. Un buen ejemplo del primer caso se encuentra en el dormitorio. La cama es la flamante protagonista de esta estancia a partir de la cual se disponen el resto de elementos tales como mesillas, lámparas y cómodas.

La cama es el punto focal del dormitorio. Darle calidez y textura ayudará a crear un ambiente muy especial.

La cama es el punto focal del dormitorio. Darle calidez y textura ayudará a crear un ambiente muy especial.

Eugeni Pons

 

¿Cómo sacarle partido? Agregándole a esa pared un bonito cabecero o un color adecuado que invite a la relajación. Para el resto se recomienda utilizar el blanco o una tonalidad suave de una misma gama de colores. De igual forma, el papel pintado se ha convertido últimamente en un gran aliado de la decoración, así que habrá que buscar cuál de las distintas opciones se adecúa más a esa estancia. Rayas y estampados florales nunca fallan.

Para maximizar el impacto de ese punto focal en casa, es fundamental elegir elementos que aporten armonía y tranquilidad al espacio. Además de un elegante cabecero o una paleta de colores relajantes, se puede considerar la incorporación de elementos decorativos que complementen el estilo general de la habitación, como una obra de arte llamativa o una pieza de mobiliario distintiva. Este enfoque no solo crea un punto de interés visual, sino que también contribuye a definir la atmósfera deseada, convirtiendo ese rincón en un refugio acogedor dentro del hogar.

Contrariamente a lo que pudiera parecer, el sofá no suele ser el punto focal del salón pero es una opción muy socorrida. Por el contrario, la chimenea sí suele tener ese privilegio ya que, además, lucirá de maravilla al añadirle un revestimiento interesante como piedra o ladrillo. Disponer el mobiliario alrededor de ella sin obstaculizarla ayudará a conseguir el efecto deseado. Los aficionados al arte están de enhorabuena ya que los cuadros también funcionan en este sentido.

Cuando el punto focal sea la chimenea será necesario darle espacio y no colocar delante con otros muebles que impidan su visión.

Cuando el punto focal sea la chimenea será necesario darle espacio y no colocar delante con otros muebles que impidan su visión.

Eugeni Pons

Cuando el punto focal no tiene tanto empaque por si solo, es importante reforzarlo creando un conjunto potente. Este sería el caso de una consola a la que se le añadiría un espejo, un cuadro o alguna planta. El mueble bajo de la televisión también es un buen punto de referencia, a menudo reforzado por la presencia de composiciones de cuadros.

En resumen, el punto focal va a ayudar a organizar la distribución de la habitación haciendo que los muebles se dispongan alrededor de él. Teniendo esta idea como premisa será fácil colocarlos de tal manera que potencien su importancia.

Por otro, lado existen recursos como los revestimientos, la pintura, los cuadros o los espejos que ayudan a reforzar ese punto creando un ambiente organizado y armonioso en el que todo tiene un sentido.

 

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