"Las piscinas son ese lugar en el que todo el mundo sonríe", escribe Anabel Vázquez en su libro Piscinosofía. Tratado acuático y desordenado sobre piscinas reales e imaginadas. Estos espacios con agua son símbolo de placer y del buen tiempo. Son un espacio de felicidad y, erróneamente a lo que se pueda creer, también cuando los metros cuadrados escasean, tienen cabida las minipiscinas o albercas, que proporcionan deleite cuando las temperaturas te elevan.
Para aprovechar el espacio, la mayoría están diseñadas adosadas a los muros o paredes exteriores de terrazas, patios o jardines, para sí optimizar los metros. También es importante que estos oasis veraniegos establezcan un diálogo con el espacio en el que se encuentran y se integren de manera armoniosa en ellos, porque la cohesión con la casa y el entorno es esencial.
Si estás buscando una manera de incluir una piscina pequeña en tu vivienda para disfrutar de chapuzones entre horas, toma nota de estos ejemplos. Por su tamaño reducido, no todas son aptas para lanzarse de cabeza o para entregarse a entrenamientos de natación, pero sí son un lugar en el que remojarse y disfrutar del agua.
Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en Arquitectura y Diseño suscríbete a nuestra newsletter.