“Las paredes suelen ser las grandes olvidadas junto con los techos, aunque, paradójicamente, se trata de uno de los elementos con más potencial en una casa. Se piensa mucho en el suelo, en los muebles, en la iluminación…, pero si se trabajan bien, las paredes pueden ampliar, reflejar y transformar un espacio. Si quieres ampliar y difundir la luz es mejor una pared lisa o con acabado satinado, pero si buscas carácter y juego de sombras, una textura sutil funcionará. He configurado proyectos enteros en torno a paredes singulares geométrica y materialmente y la estrategia es muy efectiva”, cuenta el arquitecto Emiliano Domingo, fundador de Bardo Arquitectura.

En pasillos y habitaciones con zonas más oscuras, los espejos agrandan el espacio y proporcionan distintas perspectivas y mayor sensación de profundidad
Eugeni Pons
Usar espejos grandes o generar contraste con el color transformará la pared en “una superficie activa”
“Suelo jugar mucho con espejos grandes integrados, que no solo reflejan la luz natural, sino que multiplican visualmente el espacio. También me gusta generar contraste: a veces, una pared más oscura en el fondo hace que todo lo que tiene delante parezca más luminoso y profundo, incluso una estancia completamente oscura, monocromo, puede dar paso a que psicológicamente veamos otras estancias de manera mucho más luminosa. Al final, se trata de entender la pared no como un simple límite, sino como una superficie activa con la que podemos trabajar luz, profundidad y hasta movimiento”.

Los revestimientos con textura "pueden hacer maravillas con la luz", dice el arquitecto Emiliano Domingo
Número 26
¡Larga vida a los revestimientos con textura!
Domingo confirma que los revestimientos con textura “han vuelto con fuerza”, y que bien utilizados “pueden hacer maravillas con la luz”. Eso sí, en su opinión no todas las texturas funcionan igual. “Si lo que se busca es potenciar la luz natural, yo suelo apostar por texturas que tengan cierto volumen, pero también juego con las sombras: relieves suaves, cerámicas esmaltadas, incluso paredes de madera lacadas en brillo con algún tipo de geometría, que atrapan la luz y la hacen rebotar con sutileza”.

"Las paredes con revestimientos de madera muy clara y veta marcada aportan calidez sin apagar la luz", opina el arquitecto
RBA
Sí al gotelé…, pero hay texturas más elegantes para las paredes de casa
El experto tiene ciertas dudas respecto al gotelé. “En general, prefiero texturas más controladas y elegantes, a no ser que busquemos aportar (o reforzar) carácter industrial al espacio”. En su lugar, prefiere las “paredes con revestimientos de madera muy clara y veta marcada, que aportan calidez sin apagar la luz”.

Una pared en tono oscuro, como un grafito, puede hacer que la luz que entra se vea más vibrante
Rafael Vargas
Trucos como contrastes estratégicos
Como ya se ha comentado, los espejos son un clásico infalible. En todo caso, Domingo cree que hay más trucos “que funcionan genial; sobre todo en espacios pequeños”. Uno de los que usa mucho es lo que define como “contraste estratégico”. El arquitecto aclara que “introducir elementos oscuros, como una pared en tono grafito o un mueble negro mate, puede hacer que la luz que entra se vea más vibrante. Es como si el ojo necesitara ese contraste para notar mejor la luminosidad del espacio”.
Los materiales brillantes o ligeramente reflectantes consiguen que luz se reparta mejor
Para el experto, otro recurso estrella es el uso de “materiales brillantes o ligeramente reflectantes: desde cerámicas hasta lacados suaves, que no hacen efecto espejo, pero sí ayudan a que la luz rebote y se reparta mejor”.

Piso de 28 metros en Madrid con una pared de espejo que recorre todo el piso. Proyecto: Bardo Arquitectura
Maru Serrano
Para sacarle más partido a la luz natural en espacios pequeños apuesta por tonos empolvados en las paredes
“Es buena idea usar el mismo color en paredes, techos, puertas y molduras para dar continuidad visual. En espacios pequeños recomiendo los blancos rotos, beiges o tonos empolvados, que reflejan bien sin resultar fríos”. Domingo incide en la idea de que el contraste funciona. “Por ejemplo, un recibidor de un único color oscuro antes de una sala más luminosa resaltará la luz de esta última. Al final, no se trata de que entre más luz (a veces no se puede), sino de hacer magia con la que ya tenemos. Por eso, es buena idea meter un punto de contraste oscuro para que lo claro brille aún más. La luz necesita algo con lo que medirse”.