La actriz Lily Collins, protagonista de Emily in Paris, acaba de comprarse una casa con mucha historia. Y no solo porque a la persona a la que se la ha comprado es a la también actriz y humorista Kristen Wiig, que también, sino porque esta vez no se trata de una mansión arquetípica de un exclusivo barrio californiano. En esta transacción entre celebrities entra en juego una casa que es todo un icono de la arquitectura norteamericana. Ubicada en Pasadena, ciudad vecina a Los Ángeles, se trata de la "House #10" de las Case Study Houses llevadas a cabo por la revista Arts & Architecture entre la década de 1940 y 1960. Una serie de casas cuya construcción se encargó a los arquitectos más importantes de la época, como Ray y Charles Eames, y que dieron forma al estilo arquitectónico del modernismo de California.

En concreto esta casa, que es la número diez del proyecto, fue construida en el año 1947 por el dúo de arquitectos (padre e hijo) Kemper Nomland Sr. y Kemper Nomland Jr. La fachada exterior de la casa, situada en un paisaje de colinas, cuenta con un tejado inclinado que sigue la línea descendente de la ladera y las grandes ventanas y paredes acristaladas consiguen un diseño fluido entre interior y exterior. Dentro, las estancias de la casa siguen el mismo plan fluido y el comedor y el salón se encuentran divididos únicamente por una totémica chimenea de piedra.

Los materiales empleados y la búsqueda de nuevas técnicas de construcción enmarcaron las peculiaridades del periodo de después de la Segunda Guerra Mundial en el que surgió el proyecto de las Case Study Houses, con la idea de crear residencias funcionales y accesibles. Uno de los objetivos principales de este programa era crear casas replicables, con materiales industriales fáciles de tener a mano a gran escala después de un periodo de conflicto para ofrecer viviendas a las familias americanas. Los elegidos fueron vidrio de alambre corrugado y madera contrachapada.

Los cuatro dormitorios, cuatro cuartos de baño, salón-comedor y cocina están decorados con mobiliario de estilo mid-century en madera, y el interiorismo se completa con un suelo de madera con sistema de calefacción radiante y ventanales que ocupan las paredes de suelo a techo. Esta casa unifamiliar de una sola planta se caracteriza por su ubicación,en un paisaje inclinado que provoca que las estancia estén colocadas a diferentes niveles y con el acceso a la piscina bajando unas escaleras.

Wiig compró la casa en el año 2017, pero previamente los anteriores dueños, que se hicieron con ella en 2012, llevaron a cabo una serie de mejoras por las que recibió en 2015 el premio de Preservación Histórica de la ciudad. En su jardín también se puede encontrar la placa que indica que se trata de un lugar histórico de interés nacional. De las 36 casas que finalmente se llegaron a construir, 11 de ellas cuentan con la insignia. Ahora Lily Collins se ha hecho con ella por un precio de 3,9 millones de dólares, una diferencia de un millón en comparación con los 2,9 millones que había pagado Kristen Wiig.

Teniendo en cuenta la localización de la casa, además de un hito de la arquitectura contemporánea, Lily Collins se lleva también nuevos vecinos de renombre como la cantante Grimes, Meryl Streep o Mandy Moore.