Nicole Kidman ha comenzado el año en España. La oscarizada intérprete ha estado en Mallorca este mes de enero para participar en el rodaje de la serie Lioness, producida po Paramount+, junto a la también actriz Zoe Saldaña, conocida por sus papeles en Avatar y Guardianes de la Galaxia. Durante su estancia en la isla balear, la australiana ha compartido a través de sus redes sociales, momentos de su estancia y sus paseos por la isla.

Durante su estancia en Mallorca, probablemente no haya echado de menos su apartamento en el neoyorquino de Tribeca, ya que se ha alojado en una lujosa villa de diseño situada en Son Vida, una de las zonas residenciales más exclusivas de la isla. Se trata de la conocida mansión Villa Solitaire, obra del arquitecto italiano Matteo Thun en 2017 que está valorada en 65 millones de euros y se puso a la venta el pasado verano, tal y como se ha publicado en Mallorca Bulletin. Su propietario es un inversor extranjero que ha hecho fortuna con las criptomonedas.

Villa Solitaire es la propiedad más cara de Mallorca.

Tal como se ha publicado en diferentes medios, la productora de la serie alquiló la villa para que la actriz se instalara en ella durante el rodaje de Lioness y para ello desembolsó 120.000 euros por dos semanas, es decir, el precio de la vivienda durante una semana en temporada alta. Tan a gusto se sintió la intérprete australiana que, cuando se acabó el rodaje en la villa, decidió alargar allí su estancia.

La que es la vivienda más cara de la isla, tiene 2.300 metros cuadrados y se erige sobre una parcela de 4.250. Consta de siete dormitorios, seis baños, dos piscinas y terrazas al aire libre que suman más de 2.000 metros y ofrecen a los residentes un amplio espacio con fabulosas vistas al mar Mediterráneo. En la casa no falta barbacoa, terrazas o una azotea con cine al aire libre y jacuzzi.

La villa tiene dos piscinas y terrazas al aire libre con vistas al Mediterráneo.

Villa Solitaire tiene una estructura vanguardista y un interiorismo en el que domina el estilo minimalista, donde los tonos neutros reinan en un mobiliario hecho a medida por la firma italiana Nilufar.

El minimalismo impera en la decoración de la lujosa villa.

La descripción de la villa en la web de la agencia Engel & Völkers que tiene a la venta la propiedad, aporta información sobre la lujosa construcción: "El sótano sorprende con una instalación de videoarte y un jardín zen, una zona de fitness con sala de tratamiento, sauna, baño de vapor, seis plazas de aparcamiento y un área separada para el personal con dos dormitorios y plaza de aparcamiento".

Todo en la propiedad desprende coherencia constructiva, como es propio en los trabajos firmados por Matteo Thun, hoy un galardonado y reconocido arquitecto con una sólida carrera profesional a sus espaldas. Estudió bajo la supervisión de Oskar Kokoschka y en 1978 se trasladó a Milán, donde empezó a trabajar con Ettore Sottsass. En 1981 fue uno de los cofundadores del Grupo Memphis y tres años después fundó su estudio, en Milán. Ha colaborado para fabricantes tan prestigiosos como Artemide, Catalano, Driade, Illy, Philips, Fontana Arte, Missoni, Porche Design, Vitra, Villeroy&Boch o Zucchetti, por citar algunos. Fue, además, desde 1990 hasta 1993, director creativo para Swatch. Ha sido reconocido tres veces con el premio de diseño italiano de Compasso d’Oro. Y su hotel Side, en Hamburgo, realizado junto al artista Robert Wilson, recibió en 2001 el premio de Hotel del año. En 2004 se incorporó en el Hall of Fame en Nueva York. Ya sea una taza de café o un complejo hotelero, una silla o una mansión como la que ha acogido a la célebre actriz australiana en Mallorca, las creaciones de Thun prescinden de adornos y reflejan funcionalidad.