En arquitectura se utiliza el término passivhhaus a la filosofía de diseño constructivo que prioriza la comodidad y el aprovechamiento de los recursos naturales disponibles para reducir al mínimo la dependencia de sistemas activos, como la calefacción o el aire acondicionado. Es decir, busca eliminar los gastos energéticos para tener el máximo de confort. “Este enfoque no compromete la estética ni el diseño, cumpliendo con estos requisitos mientras garantiza un máximo confort. Es importante destacar que los principios y estrategias pueden variar según el clima y las condiciones específicas de cada ubicación”, señala Lourdes Treviño, fundadora de Freehand Arquitectura.

Este estudio boutique especializado en arquitectura e interiorismo es el artífice de Villa Dana, una vivienda passivhaus en la urbanización La Moraleja (Alcobendas, Madrid), que es un ejemplo destacado de su compromiso con los principios de diseño innovadores.

 

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salón villa dana
Freehand

Reducciión de emisiones

Según explican desde el estudio, los edificios y las casas representan el 48% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero, “y gracias a construcciones como Villa Dana podemos reducir el consumo energético del hogar, que se traduce en una menor contaminación, además de suponer un importante ahorro económico para los propietarios”.

cocina villa dana
Freehand

Un proyecto que sigue tres ejes

Para dar vida a este proyecto, en el estudio se apoyaron en tres pilares. El primero consiste en fusionar la arquitectura y el interiorismo con el entorno siguiendo los principios de construcción ECO-friendly, y Passivhaus, que implican respetar profundamente el medioambiente, así como las condiciones climáticas y geográficas para preservar el entorno natural.

El segundo se centra en decantarse por espacios abiertos y el tercer punto se basa en la construcción de marcos hacia el paisaje en cada apertura.

escaleras villa dana
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Independencia eléctrica

Además, este proyecto funciona casi independientemente de la red eléctrica, por lo que es menos vulnerable a los incrementos del coste de la electricidad. 

Incluso, con un pequeño aporte de energía solar, mediante paneles fotovoltaicos y gracias a los grandes marcos abiertos al exterior, podría convertirse en una “casa positiva, es decir, que produzca más energía de la que consume”, apunta la arquitecta.

dormitorio villa dana
Freehand

Un correcto aislamiento

“Esta vivienda pasiva es hermética, no permite las infiltraciones no deseadas del exterior, y mediante un sistema eficaz de ventilación con recuperación de temperatura se consigue una calidad del aire mejor. El aire circula por el hogar, se filtra y calienta de manera eficiente, controlando la humedad y renovando el aire, dando una sensación de frescor a toda la casa. Una buena calidad del aire interior garantiza una buena salud para los habitantes. No obstante, se pueden abrir sus ventanas y ventilar de manera tradicional. El secreto consiste en conseguir un buen sistema de protección e incorporar un método de ventilación que recupere el calor que se genera para ahorrar en consumo energético”, explica la arquitecta mexicana afincada en España, Lourdes Treviño Quiroz, certificada como Passivhaus Designer.

ban~o villa dana
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Apuesta por el confort

El interior de esta construcción se diseñó para explotar su geometría dinámica, en base a la que está construida, aportando un alto confort dentro de ella, tanto en la calidad del aire, como en aislamiento térmico y temperatura constante durante todo el año. “Los materiales utilizados en la construcción, tanto de la vivienda como del mobiliario, son naturales (sin olvidar la armonía con el entorno) como fachadas de termoarcilla, y la creación de atmósferas confortables”, señala la arquitecta cuyos proyectos son sostenibles y de máxima eficiencia energética.