Empezó practicando yoga como tantas personas que necesitan encontrar un momento de paz en medio del caos. Corría a clase después del trabajo o arañaba unos minutos a la mañana para poder empezar el día con un saludo al Sol. Poco a poco, Xuan Lan, nacida en Francia en 1974, descubrió que la práctica de yoga ocupaba un lugar cada vez más importante en su corazón. Así que, respiró hondo, dejó el trabajo estable de oficina y se formó como profesora para empezar a dar clases tanto presenciales como a través de Internet.
Hasta hace poco, corría de un estudio a otro para grabar las sesiones que siguen sus ya más de un millón y medio de seguidores a través de Youtube. Pero después de la pandemia sintió que había llegado el momento de conectar con ellos desde un espacio más personal, así que empezó a buscar un local desde el que grabar y emitir sus vídeos.
Junto a su marido, Fabien Mollet-Viéville, estuvo varios meses buceando en las webs especializadas. Hasta que dieron con un tesoro en la zona histórica de Barcelona, una antigua fábrica de cereales que hasta ahora albergaba un coworking de empresas sostenibles. "Fue un flechazo. Al entrar, sentimos que era un sitio especial. Había sido el espacio de trabajo de un grupo de personas con los mismos valores que nosotros queríamos transmitir. Así que cuando lo reformamos, nos centramos en respetar el espíritu del local, mejorarlo dentro de un presupuesto y darle nuestro toque", comenta. Ese toque incluye unas lámparas de algodón de Marruecos o cuerdas de cáñamo para las barandillas.
Desde que puede contar con su propio set de grabación, que incluye espacios interiores (incluida una cocina) y exteriores, reconoce que, tanto ella como su equipo –catorce profesionales entre profesores de yoga y personal técnico– van más relajados, y han podido mejorar la calidad de sus vídeos.
"Esto no significa que no busquemos otros escenarios –puntualiza–. Hace poco estuvimos grabando en Andalucía, en un emplazamiento maravilloso. Y justo después del confinamiento, empezamos a buscar entornos con una arquitectura emocionante, como la Casa Batlló, la Fundació Joan Miró o el Macba", dice, revelando su sensibilidad artística. "Este mes hemos grabado en un búnker de Berlín", revela.
Su espíritu aventurero permanece intacto. Pero ahora tiene una maravillosa razón para volver.
Fotos: Meritxell Arjalaguer. Estilismo: Olivia Ricard x Slowkind