Fredrik Karlsson iba para golfista, pero acabó como diseñador y estilista. Hizo su primer swing con cuatro años, pero tras estudiar dos años en la universidad, en EE. UU., adoptó, por seguir con la terminología golfista, un approach radicalmente diferente. Ahora su mejor "hándicap" es encontrar casas, ver oportunidades y reformarlas exactamente como él quiere. Por eso, rehabilitar su propio apartamento ha resultado una aventura apasionante. Especialmente cuando se trata de un inmueble de 1902 con un impresionante vestíbulo de mármol sueco Kolmgården en el centro de Estocolmo, en la elegante zona de Östermalm.
Karlsson ha cambiado la distribución de las habitaciones –donde había un dormitorio ahora hay una cocina– y ha sustituido el antiguo suelo por uno de parqué en espiga.
Retrato de Fredrik Karlsson
Foto: The Sisters Agency
En este piso de 60 m2 cada mueble tiene su espacio alrededor, por lo que puede verse y experimentarse como una obra de arte individual, con la presencia de clásicos que no fallan, como Pierre Jeanneret, Charlotte Perriand o Jean Prouvé. Los tonos naturales que caracterizan todos sus proyectos ejercen aquí también de telón de fondo, y, como muestra, el salón: el sofá beige de Hay combina con una manta de lana blanca y una alfombra gris claro en el suelo, todo ello en tonos naturales claros escandinavos que, después, se contrastan con cálidos muebles de madera.Las paredes no son una excepción: todas están pintadas en el color "confort blanco" de Jotún.
La manta de lana del sofá es de Linum
Foto: The Sisters Agency
El interiorista, que trabaja para firmas como Fritz Hansen, Hästens u Off-White, y que también es fundador de la e-shop Galerie North, colecciona objetos que se revenden con facilidad. Pero hay algo que nunca pondría a la venta, y es su colección de libros. Tiene tanto de diseño como de arte y arquitectura, y es un buen conocedor de ellos; los consulta con asiduidad y transmite esa pasión a sus clientes. No hay duda de que este golfista ha encontrado su camino y, como él mismo reconoce, es un sueño poder dedicarse cada día a lo que más le interesa: la moda, el diseño y el interiorismo, y combinarlo de tal manera que todos los sentidos se conmuevan y se reúnan en un fino todo.
"La estética desempeña un papel muy importante para mí y, de hecho, lo ha hecho desde que era niño", recuerda. "Creo que se debe a que desde pequeño jugué al golf y crecí en un entorno ordenado, con ropa bonita y sencilla y en un ambiente tranquilo". Y añade: "No se trata de diseño, no es cuestión de estilo, sino de estar rodeado de objetos, estar en armonía y vivir una vida hermosa". Que es un enamorado de su oficio y que cuida cada detalle lo revelan, por ejemplo, los cubrerradiadores con los frentes de ratán que ha realizado él mismo, así como la estantería que tapiza una pared del dormitorio. Es posible que el mundo del golf haya perdido a una estrella. Nunca lo sabremos. Pero lo que sí es seguro es que los interiores que diseña este señor bien merecen un trofeo.
Pintura de Wolfgang Voegele
Foto: The Sisters Agency